baloncesto

Aday Mara y Lucas Langarita pasan a ser jugadores de la primera plantilla del Casademont Zaragoza

Porfirio Fisac, técnico de los aragoneses, modifica los horarios de entrenamiento -el equipo se ejercitará por las tardes- para que los dos jóvenes valores puedan compaginar sus estudios con el deporte profesional.

Lucas Langarita y Aday Mara, canteranos del Casademont Zaragoza.
Lucas Langarita y Aday Mara, canteranos del Casademont Zaragoza.
ACB PHOTO

Aday Mara y Lucas Langarita, las perlas de la cantera aragonesa, ya son a todos los efectos jugadores del primer equipo del Casademont. La incorporación de ambos, de 17 años de edad, amplía la rotación del equipo zaragozano en un momento especialmente comprometido: ha claudicado en los cinco primeros compromisos de la Liga Endesa, y emitiendo señales preocupantes en su juego. Con este paisaje, el siguiente adversario atiende al Joventut, un conjunto siempre intenso, enérgico y combativo, con importantes recursos, que además eleva notablemente sus prestaciones al abrigo de su afición. El Casademont modifica ahora sus horarios de entrenamiento -se ejercitará por las tardes- para que los dos jóvenes valores puedan compaginar sus estudios con el deporte profesional.  

El entrenador de los aragoneses, Porfirio Fisac, necesita “gente con carácter” para iniciar la escalada hacia los puestos de salvación. Y Aday y Lucas, pese a su juventud, ya han dado evidentes muestras de personalidad, descaro, temperamento y arrojo. “La idea es que jueguen los mismos que ante el Fuenlabrada, aunque ahora hemos añadido a un jugador más como Lucas. Aday y Lucas pasan a ser jugadores del primer equipo al 100%, y veremos ahora cómo planteamos las cosas y quiénes viajan a Badalona”, advirtió este viernes el entrenador del Casademont, consciente de que “el carácter es vital” para sumar victorias. 

En este sentido, Aday y Lucas son, a sus 17 años, dos de de los valores más prometedores del baloncesto español. Y ya han demostraron su inmenso potencial en numerosas ocasiones. Lo hicieron, por ejemplo, con la selección española sub-17, en el Campeonato del Mundo de la categoría, el pasado verano, con una actuación colosal. Ambos brillaron con fuerza en los ocho encuentros que disputaron con el combinado nacional, y resultaron capitales en la conquista del subcampeonato. De hecho, España únicamente cayó en la final ante Estados Unidos, tras haber protagonizado una gran remontada ante Australia (70-68), en la eliminatoria de cuartos; y tras haber batido a la potente selección de Francia después, en el choque de las semifinales (53-68). 

Aday Mara, de 2,20 metros de estatura, es la torre de la cantera del Casademont Zaragoza. Finalizó el Mundial sub-17 con unos registros de 12,6 puntos, 5 rebotes y 16,4 créditos de valoración por partido, en 18 minutos de media. Debutó con el primer equipo en noviembre de 2021, en la FIBA Europe Cup, tras haber dominado con suficiencia en las diferentes categorías inferiores de la entidad. Se incorporó al club en edad infantil y, desde entonces, ha progresado en la escala jerárquica con un impacto sobresaliente. Por su altura, su intimidación, su contundencia, su capacidad reboteadora e, incluso, sus acertadas lecturas del juego -asiste con mucha facilidad-, el pívot suele monopolizar la atención mediática en cada uno de los partidos.

Mara también ha tenido un gran repercusión en el presente curso, después de haberse entrenado en la Liga Endesa. Su irrupción llegó ante el Baskonia, el pasado 16 de octubre, en la cuarta jornada de la competición. Y tuvo un impacto formidable desde el primer momento, al facturar 8 puntos, 4 rebotes, una asistencia y un tapón en sus primeros cinco minutos de juego. Guarismos muy positivos para un jugador que, más allá de las estadísticas, tiene una notable incidencia en los aspectos intangibles del juego. Su repertorio, además, incluye una interesante amenaza desde la línea exterior, gracias a su efectividad en los lanzamientos triples.

El pívot también participó el pasado fin de semana, ante el Fuenlabrada, ahora bajo las órdenes de Porfirio Fisac. Y sumó 4 puntos, 2 rebotes y un tapón en los cuatro minutos que permaneció sobre la pista.

Langarita, por su parte, entró en el quinteto ideal del Campeonato sub-17 del pasado verano. Actúa de escolta, dispone también de una amplitud de recursos devastadores y se distingue por su sobresaliente interpretación del juego. Dirige, asiste, anota… Y además de sus rápidas penetraciones a canasta, representa una gran amenaza desde la línea exterior por su puntería en los lanzamientos triples. Él lideró el triunfo de España ante Australia, en los cuartos de final, cuando la selección nacional parecía haberse quedado sin respuestas: asumió la responsabilidad y salió al rescate de su equipo con 23 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en 34 minutos. Acabó su participación en el Mundial con 11,1 tantos, 2,4 capturas y 2,9 asistencias por partido en 26 minutos de juego; y permaneció media hora sobre la pista ante los Estados Unidos en la gran final, un diáfano indicador de su importante rol en el equipo.

Tanto Mara como Langarita se han alimentado en casa de una cultura deportiva esencial en su progresión. Los padres de Aday fueron jugadores profesionales: Javier Mara compitió con el antiguo CAI Zaragoza (CBZ), mientras que su madre, la tinerfeña Geli Gómez, se dedicó al voleibol y fue internacional española absoluta. En cuanto a Lucas, su madre es Patricia Hernández, jugadora internacional y olímpica en los Juegos de Barcelona 92. Y su hermana, Claudia Langarita, fue medallista de bronce en el Europeo sub-16 de 2019, y el pasado verano conquistó el Campeonato de Europa sub-20 con el combinado español.

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