baloncesto
Porfirio Fisac, el séptimo entrenador del Casademont Zaragoza en los últimos dos años
El segoviano llega con el reto de aportar estabilidad a un banquillo en permanente estado de erupción.
Con el regreso de Porfirio Fisac, el Casademont espera hallar, por fin, la estabilidad, la serenidad y la regularidad que le han faltado al banquillo aragonés en las últimas temporadas. Desde la marcha, precisamente, del entrenador segoviano –verano de 2020–, el equipo ha vivido instalado en un volcán enfurecido que se ha ido cobrado un reguero de víctimas sin remisión. Todo han sido turbulencias, agitación y fichajes fallidos. Ocampo, Hernández, Casimiro, Ponsarnau, Schiller... Ceses y dimisiones han integrado el paisaje habitual de los dos últimos años, con el equipo marcado por los rigores de la clasificación.
El último en caer ha sido Martin Schiller, destituido el pasado martes tras sólo cuatro jornadas de la Liga Endesa. El austriaco había firmado con el Casademont por una temporada, hasta junio de 2023, pero quedó sentenciado por los negativos resultados –cuatro derrotas en cuatro partidos– y por la deficiente imagen de un equipo frágil, desnortado, sin la altura requerida para competir. Con Schiller en el banquillo, el Casademont claudicó en Santiago de Compostela, ante el Obradoiro, en la jornada inaugural (76-73); cedió en casa, tres días más tarde, frente al UCAM Murcia (64-81); también mordió el polvo en su desplazamiento a Gran Canaria (88-72); y cayó el pasado domingo frente al Baskonia (83-97).
Schiller sustituyó en el cargo a Dragan Sakota, el entrenador contratado en el tramo final del pasado curso para rectificar la trayectoria de un conjunto que, por juego, resultados y sensaciones, se encaminaba irremediablemente a la Liga LEB. El serbio dirigió al Casademont los 10 últimos partidos del campeonato regular –sumó cuatro victorias–, y acabó firmando la salvación en la última jornada.
El entrenador balcánico, de 71 años, se había incorporado al Casademont Zaragoza el pasado mes de marzo. Lo hizo para suplir a Jaume Ponsarnau, quien había sido sentenciado con un balance desalentador: ocho únicas victorias en los 23 encuentros disputados en la Liga Endesa; y sólo dos triunfos en los seis choques de la FIBA Europe Cup, donde el equipo quedó eliminado a las primeras de cambio. Ponsarnau fue contratado en el verano de 2021 como sustituto de Luis Casimiro, el tercer entrenador de los zaragozanos durante la temporada predecente.
En este sentido, inició aquel ejercicio Diego Ocampo, que fue destituido el 2 de noviembre de 2020 tras 8 partidos y dos victorias en la Liga Endesa. Mientras, en la Final a Ocho de Atenas –celebrada en octubre por la pandemia del coronavirus–, el Casademont finalizó cuarto: superó los cuartos de final con un triunfo ante el Tenerife (87-81); cayó en semifinales con el AEK (99-75); y perdió ante el Dijon (70-65) la final de consolación. En la siguiente edición del torneo, Ocampo solo dirigió el triunfo ante el Star Lublin (85-86).
Posteriormente llegó Sergio Hernández, subcampeón mundial con la selección de Argentina, quien dimitió el 16 de abril por motivos personales –ocho triunfos en 21 encuentros–; y cerró la temporada Luis Casimiro, quien guió al equipo hasta la conquista de la medalla de bronce de la Champions League, en mayo de 2021, en la Final a Ocho celebrada en la localidad rusa de Nizhni Novgorod. Entonces, el Casademont eliminó en los cuartos de final al equipo anfitrión (78-86); claudicó después ante el Pinar Karsiyaka turco (79-84), en el duelo de semifinales; y superó al Estrasburgo francés (89-77), en la batalla por el tercer puesto.
Además, esa misma temporada, Sergio Lamúa ejerció de entrenador interino en el partido ante el Gipuzkoa Basket, en la jornada 32, que finalizó con un contundente triunfo de los zaragozanos (99-71). Y el pasado curso, Aleix Durán dirigió al equipo en Valencia, el 20 de marzo, en el choque de la jornada 25, que acabó con una ajustada derrota de los zaragozanos (81-79).
