baloncesto

Nuevo revés para el Casademont Zaragoza en el debut en liga de Aday Mara (83-97)

El equipo aragonés nada puede hacer ante la superioridad del Baskonia y encaja su cuarta derrota en cuatro partidos. El gran estreno del canterano fue la nota más positiva para los zaragozanos.  

Fotos del partido del Casademont Zaragoza contra el Baskonia
Fotos del partido del Casademont Zaragoza contra el Baskonia
ALVARO SANCHEZ

Cuatro derrotas en cuatro jornadas. Ante el Baskonia, y salvo en pequeñas fases del duelo, el Casademont Zaragoza tampoco alcanzó la altura requerida para competir (83-97). Se desencajó sin remisión, sobre todo en el primer tiempo, víctima sobre todo de su indolencia defensiva, y fue permanentemente superado por un rival mucho más intenso, enérgico y vigoroso, mucho más convencido de sus fuerzas, con muchos más argumentos, que se manejó con una comodidad imprevista desde el salto inicial. El conjunto vitoriano apenas tuvo tiempo para preparar el partido, al haberse enfrentado el pasado viernes por la noche al Partizán, en la segunda jornada de la Euroliga, en un choque que además necesitó de una prórroga para resolverse. Pero en Zaragoza, lejos de acusar el desgaste físico acumulado, el equipo visitante disfrutó de un duelo plácido y sosegado en el inicio, sin ninguna oposición. Anotó hasta 60 puntos en el primer tiempo (43-60), y partir de ahí pudo guardar energías pensando ya en la doble jornada que le sobreviene ahora en la máxima competición continental.

El Casademont se resistió a enarbolar la bandera blanca: mejoró su rendimiento en la reanudación, sostenido -por fin- por una estructura de contención sólida y solvente, sin apenas fisuras, y por la determinación ofensiva de Santi Yusta y Christian Mekowulu. Sin embargo, aunque redujo su desventaja hasta los seis puntos (60-66) al filo de la media hora, ya era tarde para poder optar a la victoria. El Baskonia se recompuso y enseguida recuperó el pulso. Y el conjunto de Martin Schiller acabó cediendo, exhausto, ya sin fuerzas, tras haber remado contracorriente durante todo el encuentro. Son cuatro derrotas en los cuatro encuentros disputados, y todos con un denominador común: la negativa imagen ofrecida por un bloque deprimido y desencantado, cabizbajo, sin fe en sus propias posibilidades, que abandonó la pista silbado por la grada después de haber protagonizado otro partido desalentador. 

La nota más ilusionante atendió al estreno de Aday Mara, la joya de la cantera aragonesa, que ofreció muy buenas sensaciones por su personalidad, su capacidad de intimidación y su amplitud de recursos ofensivos. Su repertorio, de hecho, incluye una interesante amenaza desde la línea exterior, gracias a su efectividad en los lanzamientos triples. Con 17 años y 2,20 metros de estatura, se trata de una de las mayores promesas del baloncesto continental.

Su debut en la Liga Endesa se produjo en el ecuador del primer acto, en una situación de difícil manejo (4-11), pero su respuesta resultó formidable, por encima de las expectativas generadas. Su entrada tuvo un efecto expansivo en la grada, que recuperó el entusiasmo, y también en sus compañeros, quienes se contagiaron de las ganas de un jugador con unas capacidades físicas sobresalientes. Mara aportó 8 puntos, 4 rebotes y una asistencia en los 19 minutos que permaneció sobre la pista; guarismos muy positivos para un jugador que, además, tiene una notable incidencia en los aspectos intangibles del juego, sobre todo por su envergadura y su capacidad para modificar los tiros de sus adversarios. También Yusta (21 tantos) presentó una notable resistencia a la derrota. Con este desenlace, el Casademont se mantiene en la penúltima posición de la tabla, por delante únicamente del recién ascendido Girona. Consumidas cuatro jornadas, son los dos únicos equipos de la categoría que siguen sin ganar.

La escuadra local partió de nuevo con Sant-Roos en la dirección, mientras los tres bases de su plantilla -Javi García, Ponitka y Ferrari- aguadaban en el banquillo su oportunidad. El cuadro aragonés compareció de nuevo con dudas, exhibiendo importantes lagunas en los dos lados de la pista. En defensa se descompuso con facilidad, sobre todo en la defensa del perímetro, ante un oponente que se distingue precisamente por su elevada amenaza en el tiro exterior. Y en ataque fue un bloque lento, plano y previsible, sin criterio, sin capacidad alguna para hallar ventajas ni generar tiros liberados. En este escenario, el Casademont permaneció sin anotar los tres primeros minutos del choque, un diáfano indicador de su juego anárquico y precipitado. Por entonces, el Baskonia ya había edificado una renta de 10 puntos en el marcador, con siete tantos seguidos de Markus Howard y un lanzamiento triple de Daulton Hommes, ejecutado sin ninguna oposición. El preparador del conjunto local, Martin Schiller, tuvo que detener el encuentro.

Tras el tiempo muerto, el Casademont elevó su intensidad atrás y pudo, por fin, anular alguno de los ataques de su adversario. Y saltó a la pista Aday Mara para liderar la reacción del equipo aragonés. Yusta, con dos penetraciones de astucia, y Lomazs, con un lanzamiento exterior, alimentaron la autoestima de los locales. Después emergió con fuerza Aday Mara, que emitió señales muy positivas en su estreno en la Liga ACB. El pívot facturó 8 puntos y 2 rebotes en apenas 5 minutos. Un triple suyo redujo la desventaja de los aragoneses (16-21), levantó a una grada huérfana de alegrías y conllevó, además, el tiempo muerto de los visitantes. Hommes, desde más allá del arco, tomó la responsabilidad ofensiva de los vitorianos en un momento especialmente comprometido, para ampliar la distancia justo al cierre del acto inaugural (21-29).

En un primer momento, el Casademont se mantuvo firme, sin desencajarse, y siguió creyendo en la remontada. Primero con la insistencia de Radoncic; y más tarde, al cuarto de hora, con la energía de Mekowulu bajos aros (33-40). Sin embargo, el Baskonia golpeó con fuerza después, con Giedraitis (17 puntos al descanso), Hommes (12) y Howard (12) como principales ejecutores, y el Casademont ya no resistió en la tormenta. El equipo vasco alcanzó el intermedio con hasta 60 puntos anotados y la máxima ventaja del duelo (43-60), mientras los locales abandonaban la pista en medio de una sonora pitada de su propia afición.

Tras el descanso, el Casademont elevó sus prestaciones defensivas. Y el Baskonia tuvo numerosas dificultades para anotar, lo que enseguida se tradujo en el marcador: tras un parcial de 17-4, el equipo local se situó a 6 puntos de distancia (60-66), al filo de la media hora, tras completar sus mejores minutos de la temporada. Una canasta de Matt Costello, que conllevó un tiro libre adicional, y dos triples consecutivos de Kurucs aportaron oxígeno a los visitantes (62-75). A partir de ahí, ya no hubo opción a la victoria y la afición asistió con amargura al desplome del Casademont. El equipo está abocado a una crisis gigantesca.

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