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San Miguel, capitán del Casademont Zaragoza: "Ha sido la temporada más dura que recuerdo"

El base aragonés y Santi Yusta hacen balance de un curso deficiente, donde la salvación se demoró hasta el último instante de la última jornada.  

Rodrigo San Miguel y Santi Yusta, en la sala de prensa del pabellón Príncipe Felipe.
Rodrigo San Miguel y Santi Yusta, en la sala de prensa del pabellón Príncipe Felipe.
Oliver Duch

El Casademont quedó expuesto hasta el final. La salvación se demoró hasta el último instante de la última jornada, cuando Giorgi Shermadini, prácticamente sobre la bocina, dio el triunfo al Tenerife en la pista del Morabanc Andorra (75-77). Sin esa victoria del conjunto insular, los aragoneses se hubieran despeñado irremediablemente a la Liga LEB Oro, pese a haber doblegado al UCAM Murcia (72-77) en el Palacio de los Deportes. “No voy a decir que hemos hecho los deberes, pero al final salvamos la temporada, que era lo importante”, señaló este lunes el capitán de los zaragozanos, Rodrigo San Miguel, quien, al mismo tiempo, también subrayó la necesidad de realizar un ejercicio de autocrítica: “No fuimos regulares durante el año, ni en la Liga Endesa ni en la FIFA Europe Cup, y los objetivos fueron cambiando. Está claro que debemos hacer una reflexión sobre lo que ha pasado este año, y así poder mejorar. Hemos jugado mucho con fuego y eso no es agradable para nadie. Por mucho que nos alegráramos el otro día por la permanencia, hay que muchos aspectos que analizar”, insistió el base, consciente de que “mucha gente sufrió el sábado en sus casas, algunos con hasta tres pantallas a la vez”, para seguir “una última jornada de infarto”.

La continuidad en la máxima categoría ha obligado a un desgaste superior. No ha habido tregua. “Ha sido la temporada más difícil de los últimos años, la más difícil que recuerdo. De hecho, no recuerdo un año en el que tantos equipos estuviéramos implicados hasta el final en la lucha por la salvación”, explicó San Miguel, quien también confesó la “pesada carga” que ha venido soportando durante el presente curso: “Yo he llevado una mochila de mucha responsabilidad. Soy de aquí, soy el capitán del equipo, y llevo cinco temporadas en el club -repartidos en dos etapas-. Así, pase lo que pase conmigo en el futuro, no podía permitir que el equipo se cayera a la Liga LEB”, advirtió el jugador zaragozano. 

“Ha sido un curso difícil no sólo para nosotros, sino para muchísimos equipos. Basta con mirar que han perdido la categoría el Andorra y el Burgos, que son dos conjuntos habituados a estar en la parte alta de la clasificación. El Burgos es, además, doble campeón de la Champions League”, recordó el jugador del Casademont Zaragoza.

“Cuando lo teníamos prácticamente hecho, con las tres victorias seguidas, no supimos rematarlo con los dos partidos en casa, y todo se nos complicó”, recordó el base. En este sentido, el Casademont conquistó el triunfo ante el Obradoiro (80-73) y el Barcelona (76-71), en el pabellón Príncipe Felipe, y después contra el Río Breogán (82-86), en su desplazamiento a Lugo; pero claudicó después en la capital aragonesa, ante el Bilbao Basket (80-82) y el Andorra (80-83), en dos compromisos trascendentales en la lucha por la salvación. “Y nos la tuvimos que jugar en Murcia, contra un rival que luchaba por entrar en los ‘play off’, al margen de que también dependíamos de otros resultados. Afortunadamente logramos la permanencia, y la sensación fue alivio, de mucho alivio”, afirmó.

San Miguel sostuvo, además, que “nunca hubo estabilidad” y que, por ello, “no resultó nada fácil” ir sorteando cada uno de los obstáculos. “Ha habido muchos cambios en el equipo. Si comparas la plantilla de agosto con la que hemos finalizado la temporada, no tiene nada que ver. Nada es igual: ni el quinteto que empezó, ni las piezas angulares del equipo, ni los los roles a desempeñar… Yo lo entiendo, porque cuando no funcionan las cosas siempre se busca una reacción; pero no es una situación agradable”, añadió el base, en referencia a un curso de continuos volantazos, despidos y contrataciones que han afectado a jugadores, entrenadores e, incluso, a la dirección deportiva de la entidad. El Casademont, de hecho, ha acometido hasta 16 cambios en el presente ejercicio para modificar su deficiente trayectoria.

Respecto a la plantilla, hasta ocho jugadores tienen contrato en vigor con los aragoneses. Se trata de Tryggvi Hlinason, Hans Vanwijn, Dino Radoncic, Santi Yusta, Javi García, Jaime Fernández, Stan Okoye y Aleix Font. Además, el club debe pronunciarse también sobre Rodrigo San Miguel. El Casademont, en este sentido, tiene la opción de ampliar el contrato del base, de manera unilateral, hasta junio de 2023. “Ahora toca esperar a ver qué decide la entidad. Yo soy feliz en Zaragoza y me encantaría seguir más tiempo en el equipo, pero no depende de mí”, admitió el aragonés. 

El mismo discurso ofreció Santi Yusta. El alero no ocultó su decepción por la “mala campaña” del equipo, “de muchos altibajos”, pero hizo hincapié en “la reacción” de una plantilla que “supo levantarse”, además de subrayar “la importancia” que tiene la salvación “para el club y sus trabajadores, para la ciudad, para los aficionados...”

De hecho, al igual que San Miguel, el madrileño también se refirió a su propia “mochila de responsabilidad”. “Yo tengo un año más de contrato con el Casademont, y estoy muy bien aquí, en Zaragoza. Bajar hubiera sido un mazazo”, indicó Yusta, cuya aportación ha resultado decisiva en el recorrido hacia la permanencia: “Con la lesión que tuvo en la pretemporada, ya me tocó ir remando poco a poco en el plano individual. Tuve que ir cogiendo toda la forma que pude para llegar al cien por cien, tanto física como mentalmente, a la recta decisiva de la temporada. Me ha costado mucho, porque al ser una segunda lesión te mina la cabeza. Sin embargo, he llegado para ayudar al equipo y lo importante es que, al final, hemos salvado la temporada”, advirtió.

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