baloncesto

Casademont Zaragoza: prueba de esfuerzo ante el Gran Canaria

El equipo aragonés recibe este domingo (20.00) a un rival veloz, intenso y combativo que no admite ni una sola distracción 

Omar Cook lanza a canasta en un entrenamiento.
Omar Cook lanza a canasta en un entrenamiento.
José Miguel Marco

Regresa la competición. La Liga Endesa se detuvo el pasado 12 de febrero, hace ya tres semanas, debido a la celebración de la Copa del Rey y a los diferentes compromisos internacionales, con la selecciones inmersas en la fase de clasificación para el Mundial de 2023. Y la interrupción le sobrevino al cuadro aragonés en otro periodo de dudas y debilidades, después de haber claudicado en la pista del Manresa (94-73) sin apenas competir. Los zaragozanos remotan ahora el campeonato (20.00, Movistar+), y lo hacen frente al Gran Canaria, un sólido aspirante a participar en el ‘play off’ que, pese a sus intermitencias, dispone en su plantilla de una amplitud de recursos devastadores.

Sin embargo, el careo se produce en el pabellón Príncipe Felipe (20.00), lo que eleva notablemente las opciones de triunfo del equipo aragonés: de sus ocho triunfos actuales, seis los ha facturado al abrigo de sus aficionados, donde, salvo excepciones, el Casademont sí viene exhibiendo su versión más sólida y eficaz. En este sentido, los zaragozanos han ganado sus tres últimos compromisos en casa, y con actuaciones convincentes. El equipo de Ponsarnau superó el pasado 28 de diciembre al Baskonia (97-79), una de las plantillas más rutilantes del panorama europeo; se impuso después al UCAM Murcia (91-78), el 26 de enero, tras protagonizar una espectacular remontada tras el descanso –firmó un parcial de 53-30 en la segunda mitad–; y también doblegó al Unicaja de Málaga (93-82), en su último partido como local, después de haber completado un magistral primer tiempo. Anteriormente, el Casademont también había sumado la victoria en casa frente al Manresa (98-91), el Breogán (79-75) y el Real Betis (82-72).

En este escenario, el Gran Canaria comparece en el pabellón Príncipe Felipe con numerosas incógnitas aún por resolver. Es un bloque imprevisible, voluble, con una irregularidad manifiesta en los dos lados de la pista. En la Liga Endesa, el equipo de Porfirio Fisac ha rectificado, por fin, su indecisa trayectoria, tras haber facturado dos victorias consecutivas: tumbó con muchas dificultades al Monbus Obradoiro (71-69), en el partido aplazado de la jornada 17, y ganó después al Urbas Fuenlabrada (79-60), para acabar con un tramo especialmente improductivo en la Liga Endesa. Antes de esas dos victorias, los grancanarios habían encadenado hasta siete derrotas, al haber claudicado con Tenerife (98-89), Burgos (82-89), Manresa (80-82), Bilbao Basket (95-80), UCAM Murcia (83-100), Valencia (91-62) y Manresa (91-72), después de ofrecer su perfil más vulnerable.

Sin embargo, la plantilla insular dispone de numerosos recursos en su plantilla para imponerse a cualquier rival y en cualquier escenario. Entre ellos Dylan Ennis y Nico Brussino, dos exjugadores del Casademont Zaragoza que contribuyeron, con actuaciones de altura, a los éxitos más recientes del conjunto aragonés. El escolta es, en la actualidad, el hombre más productivo del equipo insular con unos registros de 14,7 puntos, 2,2 rebotes, 1,8 asistencias y 11,2 créditos de valoración por partido en 24 minutos de juego. Al margen de su talento, su verticalidad y su capacidad anotadora, Ennis siempre fue un jugador especialmente querido en Zaragoza por su carisma, su simpatía y su carácter afable.

En el juego interior, sus principales amenazas atienden a John Shurna y Artem Pustovyi. El americano aporta 9,1 tantos y 4,7 capturas por duelo; mientras que el ucraniano –ahora muy afectado anímicamente por la invasión rusa– promedia 9,3 puntos y 4,4 rebotes en menos de 20 minutos por choque. Pero el Gran Canaria cuenta con otros muchos argumentos como Slaughter, Albicy, Chris Kramer y Miquel Salvó. Es un bloque dinámico, veloz, intenso, físico y combativo, que no admite distracciones y que obligará a los zaragozanos a un desgaste superior. Se trata, de hecho, de una exigente prueba de esfuerzo, resistencia, concentración y capacidad competitiva.

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