El sexto director deportivo
Muedra llega avalado por una dilatada trayectoria. En la etapa más reciente se ha centrado en las labores de ojeador, "alejado de la dinámica del día a día de los clubes".
Toni Muedra (Valencia, 1976) es el sexto director deportivo en las dos décadas de historia del Basket Zaragoza. Llega al club aragonés avalado por una dilatada trayectoria en el deporte de la canasta. Siendo un adolescente, ya compaginó los estudios con la labor de entrenador en categorías base y en 2002, con 26 años, entró en la escuela de Valencia Basket. Desde allí, fue ascendiendo hasta ser nombrado director del cuadro ‘taronja’ en 2008.
En su etapa como responsable del área deportiva, el Valencia conquistó dos títulos de Eurocup (2010 y 2014), un subcampeonato de Copa del Rey (2017) y mantuvo al equipo en las eliminatorias finales de la ACB. Después, tras abandonar el club de su ciudad, Toni Muedra aterrizó en el Bayern de Múnich, donde vivió una etapa "inestable".
El presidente del club bávaro, el exfutbolista Uli Hoeness, acababa de ser condenado a tres años y seis meses de cárcel por un fraude fiscal estimado en 27 millones de euros, y esta circunstancia, tal y como ayer reconoció Toni Muedra, condicionó la dinámica interna de trabajo. "Aunque solo tengo palabras buenas para la gente de allí por la forma en que me trataron, lo cierto es que la situación era algo complicada", recordó, antes de pasar a definir la labor que desempeñó en su periplo en Alemania.
"Iniciamos un proyecto para crear un departamento de ‘scouting’ (ojeador) para el control de jugadores. Creo en ese trabajo porque hay pocos equipos que se puedan permitir pagar altos traspasos por un jugador. Hay que intentar optimizar los gastos", añadió, sobre sus funciones durante las campañas 2015-16 y 2016-17.
Cambio de aires
Al salir del Bayern de Múnich en el verano de 2017, Muedra tomó la decisión de alejarse del día a día de los equipos. Quiso tomar distancia para ver las cosas "con otra perspectiva" y, durante los últimos cinco años, se centró en proyectos que tenía pendientes en distintas partes del mundo.
"Quería ver cómo se trabaja en distintos lugares y, además, colaboré con varios equipos en temas de ‘scouting’. Eso me permitió seguir vinculado al mundo del baloncesto, aunque alejado de la dinámica del día a día. A veces, es una especie de ‘bunker’ y creo que se pierde la perspectiva completa del negocio", completó ayer el nuevo director deportivo del Casademont Zaragoza, en una rueda de prensa de presentación que precedió a una prolongada charla con Jaume Ponsarnau, y sus jugadores sobre el parqué del pabellón Príncipe Felipe.
