baloncesto

El sueño americano de David Corrales

El zaragozano, de 20 años, juega en Hobart (Nueva York) mientras cursa las carreras de Matemáticas e Ingeniería Informática. En su último partido anotó 19 puntos en 17 minutos. 

El base David Corrales se dispone a lanzar.
El base David Corrales se dispone a lanzar.
hobart college

Humildad, esfuerzo y perseverancia. Aplicando siempre esas máximas, David Corrales ha ido sorteando obstáculos con una fuerza y una determinación admirables. Sin ruido, sin apenas atención mediática, el zaragozano se está forjando una trayectoria ejemplar, de mucho mérito, en el ámbito académico y en el deportivo: juega a baloncesto en la Universidad de Hobart, en la prestigiosa NCAA, mientras cursa las carreras de Matemáticas e Ingeniería informática. 

"Es un luchador", advierte su padre, Álvaro Corrales, quien recuerda que David, ya desde sus inicios, tuvo que sobreponerse a un importante hándicap: "Desde que comenzó a jugar a baloncesto, siempre fue el más bajo de su equipo, y con diferencia"; una carencia que ha sabido suplir "con muchísimo sacrificio y tesón", y una inexorable fe en sus propias posibilidades. "Ahora mide 1,78 metros, lo que supone un gran inconveniente para convertirse en jugador profesional", admite su progenitor.

David, en este sentido, nunca se ha dejado vencer por el desánimo. Y ayer se reivindicó con una exhibición de altura ante la Universidad de Clarkson (89-70), reclamando un mayor protagonismo para la recta final de la temporada. El base, de 20 años, lideró la victoria de Hobart con una soberbia exhibición ofensiva: anotó 19 puntos en 17 minutos de juego, con una efectividad del 83% desde el perímetro –convirtió 5 de sus 6 lanzamientos triples–. "Para mí fue un partido más. Salí contento por mi actuación, pero sobre todo por el triunfo", confiesa el jugador aragonés, quien recuerda que el baloncesto "es un deporte de equipo", por lo que el colectivo siempre debe estar "por encima de las individualidades". En la plantilla de Hobart, compuesta por hasta 18 jugadores, David es el único extranjero.

El zaragozano inició su formación en los equipos de baloncesto de Helios. A los 13 años, en edad infantil, se incorporó a las categorías inferiores del Casademont Zaragoza, donde permaneció cinco temporadas. Allí compartió vestuario con jugadores de renombre como Carlos Alocén, Vit Krejci, Jaime Fernández, Jaime Pradilla, Javi García y Raúl Lobaco. Hasta que, en el verano de 2019, escogió el sueño americano. "La experiencia está resultando muy positiva en todos los sentidos. No sólo porque puedo compaginar los estudios con el baloncesto, sino también porque me está aportando otros muchos valores. Por ejemplo, está claro que he crecido en madurez y que ahora soy una persona más independiente", sostiene David, quien cumple su tercer año en los Estados Unidos.

Su padre, Álvaro, es uno de los cuatro socios de AGM Sport, empresa aragonesa especializada en facilitar el acceso de los estudiantes a las becas –deportivas, académicas e internacionales– que otorgan cada año las universidades de los Estados Unidos. Fue él quien le abrió las puertas a esta apasionante aventura. "Al principio, yo no estaba nada convencido porque el cambio es muy grande. Se trata de otro país, de otro idioma, de otra cultura... Sin embargo, al final opté por probar suerte y tomé, sin duda, la decisión acertada", confiesa el jugador aragonés.

"Allí todo es distinto –explica el zaragozano–. Las aulas son reducidas, con muy pocos alumnos, lo que favorece la cercanía con el profesor. Y no son horarios especialmente intensivos: yo acudo a clase de lunes a viernes, tres horas diarias", afirma David, quien luego le dedica al baloncesto "seis días a la semana", entre entrenamientos y partidos, con sesiones de trabajo que, "dependiendo de la carga física empleada", abarcan "de dos a tres horas" por jornada.

¿Qué recuerdos guarda de su etapa formativa en Aragón? "Tanto en Helios, donde empecé con siete 7 años, como en el Casademont Zaragoza, donde estuve hasta los 18, me enseñaron muchísimo en todos los aspectos. No sólo me permitieron progresar como jugador, sino que también me ayudaron a crecer como persona", indica el base. Además de David, otros siete jugadores aragoneses de baloncesto se marcharon también a los Estados Unidos, en el últimos años, para compaginar el deporte con los estudios en la Universidad. Se trata de Jorge Lázaro, Jorge Latapia, Alejandra Mastral, Elena Aznar, Marina Cenís, Inés Latapia y Candela Lascorz.  

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