baloncesto

Casademont Zaragoza: las líneas maestras de Toni Muedra

El nuevo director deportivo del Casademont Zaragoza considera innegociables el carácter, el entusiasmo, el compromiso y la máxima implicación de los jugadores.

Toni Muedra, el nuevo director deportivo del Casademont Zaragoza.
Toni Muedra, el nuevo director deportivo del Casademont Zaragoza.
Heraldo.es

Toni Muedra, el nuevo director deportivo del Casademont Zaragoza, se incorpora al club aragonés la próxima semana, como sustituto de Pep Cargol, avalado por una trayectoria exitosa y un perfil muy definido: fiel a su carácter inconformista, considera que un equipo profesional está obligado a vaciarse sobre la pista, a dar siempre el máximo, independientemente del rival y del escenario. No admite relajación, ni desconexiones, ni mucho menos consentiría la indolente actitud que la plantilla zaragozana ha evidenciado en determinados momentos de la temporada.

En este escenario de desidia y dejadez se sitúan, por ejemplo, los dos compromisos contra el Fuenlabrada, saldados con dos contudentes derrotas, o el duelo de la primera vuelta ante el Unicaja de Málaga, que los aragoneses perdieron por 40 puntos de distancia (112-72). "La afición no lo fía todo a ganar o perder, sino que valora otras cosas", advirtió Muedra durante su etapa en el Valencia Basket. "Un equipo implicado, agresivo y competitivo atrae a la gente al pabellón", añadió el por entonces director deportivo de los levantinos.

Él trazará ahora, en el Casademont, las líneas maestras de un ambicioso plan que contempla, a corto plazo, el regreso del equipo aragonés a la zona noble de la Liga Endesa, además de su retorno a la competición continental. Muedra trabaja sobre unas consignas inquebrantables: quiere jugadores con carácter, energía, entusiasmo, compromiso, implicación, ambición, generosidad; jugadores que hagan más cosas para el equipo que para sí mismos, primando siempre el colectivo por encima de las individualidades.

En Valencia, en su etapa como máximo responsable de la parcela técnica (2008-2014), el club redujo drásticamente su presupuesto. Muedra, por ello, tuvo que escarbar en ligas menores para extraer futuros diamantes o, en su defecto, apostar por jugadores ya reconocidos que, tras haber completado una mala campaña, habían rebajado su caché. Así, fue el arquitecto de un Valencia Basket sólido, muy competitivo, que conquistó dos títulos de la Eurocup (2010 y 2014), además de ser subcampeón en la Copa del Rey en 2013 y semifinalista de la Liga Endesa en tres ocasiones. Lo hizo tras haber reforzado el equipo con jugadores como Nando de Colo, Kelati, Dubljevic, Lishchuk, Doellman, Jason Robinson, Romain Sato, Omar Cook y Rodrigo San Miguel, entre otros.

¿Y los técnicos? Muedra mostró en Valencia una preferencia por el quehacer metódico y el ideario de los entrenadores balcánicos; preparadores con carácter, con una propuesta rígida, con sistemas cerrados, que impregnan el vestuario de un aroma marcial. Cuando se incorporó a la dirección deportiva, el banquillo levantino estaba ocupado por Neven Spahija, a quien siempre ha elogiado por su personalidad y su capacidad para sacar un elevado rendimiento a las plantillas. Después contrató Svetislav Pesic, y un año más tarde apostó por Velimir Perasovic, otro preparador de la antigua Yugoslavia distinguido por exigir el máximo a sus jugadores. Posteriormente, en su etapa en el Bayern de Múnich (2015-2017), Muedra ejerció de director del equipo de ojeadores. El conjunto germano alcanzó las semifinales de la Liga, sumó dos subcampeonatos de la Copa de Alemania y, además, logró participar en la máxima competición continental.

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