Casademont Zaragoza, que el ritmo no pare

El Casademont volvió a demostrar anteayer que es capaz de firmar ráfagas de buen juego. El siguiente paso es asentarlas.

Casademont Zaragoza - UCAM Murcia
Partido Casademont Zaragoza - UCAM Murcia
Toni Galán

Dominar el ritmo, marcar el ritmo, controlar el ritmo… Qué fácil es decirlo y qué difícil lograrlo. Si no, que le pregunten a Jaume Ponsarnau. Como cualquier entrenador, el de Tárrega se obsesiona por jugar un baloncesto vivo y equilibrado, pero hasta ahora solo lo ha encontrado a ráfagas. Como la que este miércoles, a través de una segunda mitad soberbia (53-30 de parcial), trajo el vital triunfo ante el UCAM Murcia de Sito Alonso.

Sí, los murcianos venían de ‘resaca’ tras sellar su clasificación para la Copa del Rey y no fueron el equipo que se ha erigido en revelación la temporada, pero esto no resta mérito a la victoria de un Casademont Zaragoza que solo ha disputado tres encuentros en enero, acumulaba 10 días sin competir y se compareció en la cita con hasta tres jugadores recién salidos de la covid.

El primer cuarto ante el Murcia no distó mucho de lo ofrecido ante el Unicaja y el Real Madrid. Los siguientes 30 minutos, sí. El Casademont fue un equipo más compenetrado, más dinámico y, sobre todo, más eficaz. Porque los partidos se controlan desde la defensa y se definen desde el acierto en ataque. Las verdaderas reacciones, empuje aparte, solo llegan cuando se gana efectividad hacia el aro. Y ahí estaba Waczynski para impartir un clínic de tiro desde todas las distancias.

El polaco convirtió todo lo que lanzó. Desatascó a un equipo que necesita adquirir confianza desde todas las líneas. Porque veces se gana un partido de 13 puntos dejándote 14 desde la personal. Pocos enfrentamientos permiten prestaciones tan bajas desde el triple (7 de 22 intentos en conjunto), con excepción del propio Adam Waczynski (3 de 3) y de Jordan Bone (3 de 6).

Bone es el base más en forma ahora mismo. En la búsqueda del ansiado ritmo competitivo, el norteamericano es indispensable. Corre, asiste, lanza… Si el físico le respeta, será el director de juego de referencia en la recta final de la temporada. Está para más minutos de los que le brinda Ponsarnau. Reclama liderazgo. Y cuando lo asume, el Casademont Zaragoza mejora.

Contra el Murcia, el técnico catalán no atinó con el quinteto inicial, pero Rodrigo San Miguel y el propio Bone espolearon al equipo después. San Miguel, principalmente, por su vigor defensivo. El de Nashville, por su mayor fluidez a la hora de generar juego; por su clarividencia para encontrar situaciones ventajosas que, ya en la segunda mitad del encuentro, fueron convertidas en puntos.

"En el segundo cuarto la gente que ha entrado ha entendido el partido, cómo se tenía que atacar su defensa y nos han abierto y marcado el camino. Por eso hemos salido también con ellos en el tercer cuarto. Hoy han sido estos, pero su confianza ha ayudado a que el resto de jugadores también entendiese el partido. Así, la rotación de la segunda parte también ha sido buena", reconoció el propio Ponsarnau al término del partido contra el Murcia.

El Casademont, al fin, había logrado reponerse de su desacierto inicial. Había sabido contrarrestar un inicio tan desalentador como el firmado ante el Unicaja o el Real Madrid. Había exhibido un arreón de coraje que, tal y como ensalzó el técnico, es «el camino a seguir» en los siguientes compromisos.

Fuenlabrada, siguiente paso

Empezando por el que el próximo lunes, a partir de las 20.30, el cuadro aragonés jugará en Fuenlabrada. Habrán transcurrido cinco días desde la victoria del miércoles. El Casademont, al fin, podrá preparar el duelo sobre unos parámetros lógicos. Si no hay nuevos contratiempos, Ponsarnau dispondrá de su plantel al completo -a excepción de Okoye- para trabajar sobre el paradigma de la segunda mitad completada ante el Murcia; para alcanzar una regularidad que pasa por mantener el ritmo competitivo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión