baloncesto

El Casademont Zaragoza se clasifica para la fase final de la Champions League

El conjunto aragonés arrolla al Nymburk checo (90-71) y luchará por el título continental. La Final a Ocho se celebrará del 5 al 9 de mayo en una sede todavía por determinar.  

Reto consumado. El Casademont se impuso ayer al Nymburk checo (90-71), en la quinta jornada del ‘play off’ de la Champions League, y el triunfo le reportó una importante recompensa: selló su clasificación matemática para la fase definitiva del torneo; una Final a Ocho que se desarrollará del 5 al 9 de mayo, en una sede todavía por determinar, ya con eliminatorias directas, y que conlleva réditos económicos y deportivos para la entidad en una temporada especialmente lesiva por la drástica caída de los ingresos. El cuadro aragonés optará al cetro continental por segunda vez consecutiva, después de haber finalizado cuarto en la anterior edición. Los de Sergio Hernández de nuevo comenzaron el duelo con su silueta desfigurada, exhibiendo su perfil más vulnerable, pero supieron sobreponerse tras el descanso hasta acabar completando una gran segunda mitad.

El Casademont se manejó con dudas en el inicio, con ataques precipitados y malas selecciones de tiro. El juego era anárquico, descontrolado, sin orden ni disciplina. No había una propuesta colectiva solvente. A los cuatro minutos, la productividad de los locales se reducía a una sola canasta, anotada por Hlinason, además de tres aciertos de Jonathan Barreiro desde la línea de personal. Al menos, el Nymburg también presentaba un desatino inusual en sus lanzamientos (3 de 8 en tiros de campo), y el duelo se mantenía equilibrado en el ecuador del acto inaugural (5-6). Tres acciones de Wiley en la pintura y un certero triple de Sulaimon elevaron la facturación del conjunto zaragozano, poco después. Sin embargo, los visitantes respondieron con contundencia, de la mano de Palyza, Prewitt y Kritz, y edificaron una renta de seis puntos en el marcador (14-20), la máxima del partido, que conllevó el tiempo muerto de Sergio Hernández. Pero el Casademont siguió empleándose sin serenidad, sin las pausas preceptivas, siempre con jugadas individuales, y los checos ampliaron su distancia justo al cierre del primer cuarto (16-22).

Mejoró el cuadro aragonés en el segundo acto. En ataque tuvo una mejor interpretación del juego, con lecturas más solidarias, y siempre generó ventajas cuando dotó de balones a su juego interior. Especialmente a Jacob Wiley, quien alcanzó el cuarto de hora con 12 puntos y 3 rebotes capturados. El desempeño del pívot, intenso atrás y punzante arriba, y un triple de Nico Brussino iniciaron la reacción de los zaragozanos, quienes, sin embargo, seguían evidenciando importantes lagunas en las labores de contención. Pese a sus desequilibrios defensivos, aún muy pronunciados, el Casademont no sólo volteó el marcador antes del descanso, sino que fue capaz de aumentar su ventaja hasta los cinco puntos (45-40), ahora con Harris, Sulaimon y Brussino –todos con 8 tantos en el intermedio– como jugadores más incisivos.

El Casademont, ahora sí, por fin elevó sus prestaciones defensivas, y el Nymburk tuvo muchas dificultades para anotar -no lo hizo en los dos primeros minutos de la reanudación-. El conjunto local amplió la distancia hasta los 10 tantos (52-42), una renta que no fue mayor por sus repetidos errores en los lanzamientos, la mayoría muy liberados. La mejoría atrás de los zaragozanos no se trasladaba al marcador, lo que aportó oxígeno al equipo checo justo cuando vivía sus peores minutos. El Nymburk, de hecho, pudo recuperar el pulso y fue recortando su desventaja poco a poco, sin pausa, hasta igualar la contienda con los triples de Palyza y Prewitt (54-54). A partir de ahí, la contestación del Casademont fue inmediata, contundente y dañina para su rival: un parcial de 9-0, en los últimos compases del cuarto, para llegar a la media hora con el choque nuevamente inclinado a su favor (63-54).

En la recta final, los locales no dieron opción a la remontada. Golpearon Ennis, Benzing y San Miguel desde el perímetro, en los primeros compases del cuarto, y también lo hicieron Harris, Wiley y Barreiro desde situaciones cercanas al aro. La ventaja aragonesa se disparó hasta los 21 puntos (81-60), a cinco minutos de la conclusión. Y disfrutó entonces de un partido plácido y sosegado, sin oposición, ya con el premio de la clasificación consumado: el Casademont luchará nuevamente por el título continental.

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