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El Casademont navegó con la Marea Roja hacia la victoria ante el Sassari

La energía emanada desde la grada por los 300 aficionados que por fin pudieron presenciar un partido alimentó a los aragoneses, que superaron con holgura a los italianos.

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Sulaimon bota la pelota en un ataque. Detrás, una de las dos gradas con aficionados.
Guillermo Mestre

Un año y dos semanas después regresó el público al pabellón Príncipe Felipe. Fueron 300 los afortunados en el sorteo, pero parecían once mil. La energía emanada desde la grada alimentó a un Casademont que navegó con la Marea Roja hacia una victoria esencial en sus aspiraciones de acceder a la Final a Ocho de la Basketball Champions League, el verdadero objetivo en este curso del conjunto aragonés. El Sassari, como su Cerdeña, quedó aislado cuando subió la marea. Es mucho más equipo el Casademont cuando se arremanga su gente: 105-88.

Antes de comenzar, Eduardo reflexionaba junto al rincón que ocuparon los Inchas Lleons. "El Casademont llegó al confinamiento con un balance de 16 victorias y siete derrotas, solo superado por el Barça, con 19 victorias, y por el Real Madrid, que creo que tenía 18. El último partido de liga antes del parón lo perdimos precisamente con el Madrid. Después, ya hemos visto lo que sucedió. La burbuja de Valencia, el final de la Liga, se fue Porfirio, vino Ocampo, ahora el Oveja... Resumiendo, que la covid les ha afectado a todos los equipos, pero al Casademont mucho más", se lamentó.

Debajo de Eduardo animaban seis hinchas de los Inchas Lleons. "Somos 80, pero nos ha tocado solo a seis hoy. Estamos Sara, Chus, Ramón, Fernando, Pascual y yo, que me llamo Rubén. Después de tanto tiempo sin sentir al equipo tan cerca, queremos recuperar las sensaciones. Si podemos hacer algo este año, será en la Champions", apuntó Rubén.

Arropado por los suyos desde que saltó a calentar a la pista 27 minutos antes del inicio del careo, estimulado por un presentador (David García) más activo que nunca, el Casademont surcó las olas hacia la victoria. No eran las aguas tirrenas de los sardos, sino una Marea Roja absolutamente arrolladora. El histriónico Pozzecco, exjugador del CAI Zaragoza y ahora técnico del Sassari, lucía un pin de Zaragoza en su elegante chaqueta. Sus jugadores lucieron orgullo para llegar al descanso en ventaja (51-52). Carlos Ayora, curiosamente también afortunado en el sorteo de entradas y que lucía una americana tan elegante como la de Pozzecco, era optimista en el intermedio. "Estoy convencido de que vamos a ganar", reiteró. Acertó. Fue mejor el Casademont en la reanudación. Mejor, no; mucho mejor. Hasta Ennis jugó en equipo... Hay un buen equipo. Se acaricia la Final a Ocho. Se puede llegar a buen puerto en la Champions. Mucho más cuando sube la marea, la Marea Roja.

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