baloncesto

El Obradoiro frena la escalada del Casademont Zaragoza (102-91)

El equipo aragonés, muy permisivo en defensa, pierde en Santiago de Compostela y pone fin a una racha de tres victoria seguidas. 

Robertson, del Obradoiro, fue un dolor para la defensa del Casademont.
Robertson, del Obradoiro, fue un dolor para la defensa del Casademont.
Lavandeira jr/Efe

El Obradoiro, muy poco exigido, se deshizo del Casademont Zaragoza con una facilidad imprevista. Víctima de su indolencia defensiva, el cuadro aragonés se desangró sin remisión en Santiago de Compostela, en un duelo gobernado de principio a fin por el equipo de gallego. Los zaragozanos exhibieron su perfil más vulnerable y, de nuevo, se desencajaron ante las primeras adversidades frente aun oponente más activo, más intenso, más constante, más tenaz, más comprometido, más equilibrado, mucho más seguro de sus fuerzas. Robertson, con 37 puntos (9 de 14 en triples), fue el principal ejecutor de los visitantes, quienes protagonizaron un tercer acto especialmente productivo (38 tantos). En el lado aragonés, Dylan Ennis fue el jugador más incisivo, con unos registros de 29 puntos y 32 créditos de valoración en 32 minutos de juego. Guarismos insuficientes para aspirar este domingo a la victoria, por la extraordinaria debilidad defensiva de su equipo en una contienda a todas luces desigual. También Barreiro y Sulaimon emitieron señales positivas, pero nunca encontraron el respaldo de sus compañeros. 

Y eso que era, a priori, un duelo de muy buen pronóstico para el Casademont: se presentaba a la cita rearmado anímicamente, tras haberse impuesto de manera consecutiva al Andorra (83-98) y al Bilbao Basket (105-76), en la Liga Endesa, y también al Falco Szombathely (85-76), en el campeonato continental. Todo lo contrario le sucedía al Obradoiro, cuya última victoria se remontaba al pasado 25 de octubre, cuando logró imponerse a domicilio al Herbalife Gran Canaria (75-85). Desde aquel partido, había encadenado una negativa racha de hasta siete derrotas seguidas, después de haber doblado la rodilla ante el Unicaja (82-76), el San Pablo Burgos (63-78), el Valencia Basket (77-78), el Baskonia (80-74), el Iberostar Tenerife (107-62), el Barcelona (75-78) y el Joventut de Badalona (83-87).

Cohen inauguró el marcador, con triple desde la esquina, pero Bray respondió en la siguiente jugada, también desde el perímetro, para igualar nuevamente el choque (3-3). El Casademont pagó su vehemencia defensiva, y fue castigado con tres faltas personales en los primeros 90 segundos del duelo. Dos de ellas de Nico Brussino, quien enseguida se marchó al banquillo para ya no participar en todo el acto inaugural. Ennis, desde ocho metros, puso por delante a los visitantes (10-11), por primera vez en el partido, a los cuatro minutos de juego; aunque los locales reaccionaron con prontitud. 

Favorecido por los desajustes defensivos del Casademont, el Obradoiro generó importantes ventajas en cada uno de sus ataques, lo que le permitió edificar una sólida renta con los triples de Robertson y Álvaro Muñoz, y con dos canastas bajo los aros de Laurynas Birutis (20-11). Sergio Hernández detuvo el encuentro, y el tiempo muerto modificó el escenario: el equipo aragonés se fortaleció atrás, con Thompson y Barreiro siempre prestos al combate, y la escuadra gallega por fin tuvo problemas para anotar. El Casademont, de esta forma, redujo las distancias y se situó a un solo punto (22-21), tras un rápido contragolpe culminado por Dylan Ennis. A la reacción de los zaragozanos contribuyó decisivamente Barreiro, y no sólo por su desempeño defensivo; también por los 7 puntos facturados, al margen de aportar también 4 rebotes y una asistencia en sus diez primeros minutos sobre la pista. Robertson, sin embargo, neutralizó el intento de remontada de los visitantes con un certero triple que clausuró el primer acto (28-23).

Enoch, con cinco puntos consecutivos, protagonizó las primeras acciones del segundo cuarto (33-23). Los aragoneses volvían a presentar importantes lagunas en su estructura de contención, además de atacar sin criterio, ritmo y fluidez. Dos triples más de los locales, ambos sin ninguna oposición, ampliaron la ventaja de los gallegos y retrataron, al mismo tiempo, la fragilidad defensiva del cuadro aragonés (39-25). En este sentido, el Obradoiro presentaba un 66% de efectividad desde el perímetro, al haber acertado en 8 de sus 12 primeros lanzamientos.

Javi García y Ennis, desde más allá del arco, y Thompson, con un mate, iniciaron la reacción de los zaragozanos (39-33), al cuarto de hora de partido. Por entonces, el Casademont parecía haber recuperado su solvencia defensiva: el Obradoiro permaneció hasta cuatro minutos seguidos sin anotar, lo que conllevó el tiempo muerto de Moncho Fernández, el técnico de los locales. Sin clarividencia ofensiva, la escuadra gallega se agarró a los tiros libres para recuperar nuevamente el pulso, justo antes del descanso (47-37). En los primeros 20 minutos, hasta 13 lanzamientos ejecutaron los locales desde la línea de personal, por sólo cuatro de los zaragozanos. En el intermedio, la productividad de Ennis (13 puntos) y Barreiro (12 de valoración) eran las notas más positivas del equipo visitante.  

No mejoró el Casademont Zaragoza en los primeros compases de la reanudación. Erró canastas de fácil ejecución, al mismo tiempo que atrás abandonaba rutinas y automatismos, con una desidia defensiva impropia de un equipo profesional. El Obradoiro no desaprovechó concesiones de tal magnitud, y estableció un parcial de 11-0 en apenas tres minutos de juego (58-39). Hernández tuvo que detener nuevamente el partido. El conjunto aragonés adelantó líneas, trató de aumentar su intensidad y por momentos se situó en zona, pero nada rebajó la elevada productividad del equipo gallego. 

Sobre todo de Robertson, quien, en el minuto 25, ya sumaba 27 puntos en su cuenta personal, con 7 de 11 en los lanzamientos triples (68-48). Los visitantes habían encajado 22 tantos en el ecuador del tercer acto, un diáfano indicador de su escasa presión atrás, de la dejadez de sus jugadores. A la media hora, el equipo de Moncho Fernández ya había finiquitado el duelo (85-61) ante un rival abatido, entregado, totalmente retratado por su fragilidad, su inconstancia y su perezosa actitud.

De ahí al final, el Casademont recuperó el decoro y restauró su imagen, mostrando mayor orden, disciplina y perseverancia en cada una de sus intervenciones, aunque su mejoría nunca le alcanzó para poder aspirar a una posible remontada. El Obradoiro disfrutó de un duelo plácido, sin sobresaltos.

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