baloncesto

El Casademont Zaragoza tumba al Falco y suma su tercer triunfo continental (85-76)

El equipo aragonés sigue invicto en la Champions League y se encarrila su clasificación para la siguiente fase. Justiz aporta 12 puntos en 16 minutos en su regreso a las pistas. 

Casademont Zaragoza-Falco Szombathely, en directo
Casademont Zaragoza-Falco Szombathely, en directo
Oliver Duch

El Casademont Zaragoza conquistó su tercera victoria continental, tras superar este miércoles al Falco Szombathely, y fortalece sus aspiraciones de acceder a la siguiente fase del torneo. El cuadro aragonés volvió a completar otra actuación de altura, brillante por momentos, acorde a la fantástica imagen que había ofrecido ante el Andorra y el Bilbao Basket, en la Liga Endesa, en sus dos compromisos más recientes. 

Definitivamente, el equipo zaragozano ha recuperado sus señas de identidad y su esencia competitiva, y ahora es un bloque intenso, incisivo, temible, con unas responsabilidades perfectamente definidas en cada jugador y con una amplitud de recursos devastadores en los dos lados de la pista. Fue un triunfo coral, edificado en la fuerza del grupo, en la implicación de todos los jugadores. Sin embargo, el duelo engrandeció aún más la estatura de Tryggvi Hlinason y Javier Justiz, imparables en la pintura. El islandés mantuvo la formidable línea de inicio de temporada, mientras que el cubano protagonizó un regreso estelar -con el único déficit de su desacierto en los tiros libres-, al aportar 12 puntos en 16 minutos de juego. Además, Javi García evidenció de nuevo su talento, al margen de representar una amenaza en el tiro exterior; y Sulaimon también mostró su polivalencia, su generosidad y su facilidad anotadora (13 tantos en un cuarto de hora). 

Ya desde el inicio, el Casademont dotó de balones al juego interior, buscando con insistencia a Tryggvi Hlinason bajo los aros. Cinco puntos del islandés y un certero triple de Barriero comenzaron el despegue de los locales (8-2), ante un oponente lento, trabado, sin ritmo ni fluidez en sus acciones de ataque. Otra acción de Hlinason en la pintura ampliaron la renta de los zaragozanos en el ecuador del primer acto, además de conllevar el tiempo muerto de Gasper Okorn, el entrenador de los visitantes (10-4).

Las instrucciones del técnico reactivaron al Falco, que al menos sí encadenó cuatro jugadas colectivas de ataque para situarse a sólo tres puntos (17-14), en los últimos compases del primer cuarto. Pero apareció Hlinason, otra vez Hlinason, para castigar de nuevo a los húngaros con otra canasta de mérito en el juego interior (19-14). El islandés aportó 11 puntos, sin un solo fallo en sus lanzamientos, durante los primeros 10 minutos de la contienda.

En el segundo cuarto, Hlinason se sentó en el banquillo para dar el relevo a Javier Justiz, quien regresó a las pistas tras 11 meses de inactividad. El cubano, muy incisivo, se exhibió en su vuelta con una actuación estelar: anotó 9 puntos en sus primeros cuatro minutos, sin ningún error en los tiros de campo, además de cobrarse hasta tres faltas personales de sus adversarios. Al igual que Hlinason en el primer acto, Justiz resultó incontenible en el ámbito ofensivo, e inabordable en las labores de contención. Con los pívots aragoneses gobernando en la pintura, el Falco de descompuso sin remisión. Más aún cuando Javi García y Nico Brussino y Sulaimon, todos ellos en dos ocasiones, golpearon desde el perímetro con seis triples liberados. 

Al descanso, el Casademont ya había edificado una sólida renta en el marcador (50-31), con todos los jugadores sumando en los dos lados de la pista. En la primera mitad, la facturación del Falco Szombathely se redujo a los 31 tantos; un diáfano indicador de la sobresaliente presión ejercida por los locales, toda vez que los húngaros se habían presentado a la cita como máximos anotadores del Grupo D, con un promedio de 86 puntos por choque.

El guion se mantuvo en los primeros compases reanudación. El Casademont continuó firme atrás, sostenido por la capacidad de intimidación de sus jugadores interiores, y se manejó en ataque con criterio y buenos movimientos de balón. Eso sí, el cuadro aragonés fue perdiendo fuste conforme avanzaba el tercer acto: rebajó drásticamente su puntería, sobre todo desde el perímetro, y el duelo se desarrolló con marcadores muy bajos, consecuencia también de una falta de tensión alarmante. En este escenario, el entrenador de los zaragozanos, Sergio Hernández, optó por detener el encuentro para intentar reactivar su equipo, que por entonces había abandonado rutinas y automatismos, favoreciendo el intento de remontada de los húngaros (61-53).

Sin embargo, la indolencia de los locales acabó por despertar definitivamente a su adversario. Y el Falco redujo aún más las distancias (63-57), al filo de la media hora. Ennis clausuró el tercer cuarto, con una genial penetración (65-57).

Fue Ennis, precisamente, quien aportó oxígeno en los momentos más comprometidos de los aragoneses. El escolta monopolizó el balón y asumió la responsabilidad cuando los visitantes amenazaban con la remontada, en los primeros minutos del acto definitivo. Ocho puntos suyos aumentaron la renta del Casademont (75-61), siempre con canastas fabricadas por él mismo. Ya no había juego colectivo en el equipo local, que además tampoco defendía con la intensidad que demandaba el partido. Después emergió la figura de Sulaimon, con cinco tantos consecutivos; y posteriormente fue Benzing, con un triple, quien golpeó en la autoestima de los visitantes (83-71) a tres minutos y medio de la conclusión. Ahora sí, el Falco arrojó definitivamente la toalla. 

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