baloncesto

Sito Alonso aquilata a Ocampo

La visita del UCAM Murcia mide el momento de un Casademont necesitado de una inaplazable reacción.

Deportes
Diego Ocampo se interroga, en una acción del encuentro ante el Burgos.
Toni Galán

Y, en medio de la crisis del Casademont, visita Zaragoza el aragonés Sito Alonso... Una piedra en el zapato de un equipo que quiere echar a andar. Porque aún no ha echado a andar. O, si ha echado a andar, tropieza demasiado este Casademont, capaz incluso de perder en su último encuentro ante la peor plantilla de la ACB, la del Gipuzkoa (70-67), confirmando las malas sensaciones que jalonan su caminar en este curso. Quizá, peor incluso que perder ante el Gipuzkoa, fue no superar a un rival que apenas valoró 68, que metió menos del 50% de 2 (47%) y que no alcanzó el 30 % en triples (un mísero 26%). Por muy bien que se explique Diego Ocampo en sus comparecencias, estos números, los completados por el rival para ganar, no tienen explicación.

El tiempo, que dicen que todo lo cura, quizá cure al Casademont. Esta semana ha habido tiempo para descansar, para entrenar, para preparar bien el careo de hoy ante el UCAM Murcia (pabellón Príncipe Felipe, 17.00). Después de un inicio competitivo con muchos más partidos que juego, el Casademont necesita una inaplazable reacción. Un solo triunfo ante el Herbalife Gran Canaria y una victoria ante el Iberostar Tenerife en la Basket Champions League (BCL) constituyen las únicas alegrías de un colectivo que continúa añorando a Carlos Alocén en la dirección, y que busca compañía debajo del aro para el único jugador que de verdad está dando la cara, el islandés Hlinason. Mal percal: sin dirección y sin pegada debajo del aro, sin cerebro y sin contundencia, sin continuidad en el base y sin presencia consolidada en el pívot, sin principio y sin final en toda estructura táctica. Sin ‘1’ y sin ‘5’, vitales en todo espinazo de un equipo de baloncesto, es lógico que resbale el resto del esqueleto, mucho más con tanto hueso repetido del ‘2’ al ‘4’. El cúbito casa con el radio, no con la tibia... Sobran escoltas, tanto como Benzing sobra en el ‘4’, tanto como sobra Thompson... Ni les cuento lo que se podría hacer si Hlinason contara con una rotación verdadera.

No lo tenía sencillo Ocampo. La herencia clasificatoria (reitero, clasificatoria) de Fisac era extraordinaria: tercero en la liga regular antes del parón covidiano. Exactamente, la situación inversa a la actual, terceros por la cola. Es decir, estamos al revés de lo bien que estábamos la temporada pasada. No lo tenía sencillo Ocampo, decía. Tampoco ha acertado en sus decisiones. San Miguel necesita auxilio, pero el técnico no le ha concedido la confianza necesaria a quien podía auxiliarle, el canterano Javi García. Rupnik llega ahora para sentar bases... Esperamos que consolide las bases del nuevo Casademont. Del resto del andamiaje del equipo, habrá que ver hoy lo que ha podido modificar Ocampo respecto a ese edificio que se desvanece jornada a jornada. Un incremento sensible en la solidez se antoja imprescindible para resistir ante el empuje del UCAM de Sito.

Sí, el UCAM es de Murcia, pero su juego es de Sito Alonso. El muchacho que vimos crecer en los patios de Maristas y Compañía de María, en Helios. El adolescente que se sacó el carnet de entrenador en plena pubertad, el jovenzuelo que se llevó Joaquín Arnal a Monzón. El chaval que, a la vez de jugar, entrenaba a los cadetes del Monzón antes de que amaneciera, antes de que los niños fueran a clase. Esa ilusión resulta difícil de detener. Por eso Aíto se fijó en él y lo llevó a la Penya. Pasó por el Gipuzkoa, el Bilbao y el Baskonia. Lo fui a ver entrenar en directo a Bilbao. El sonido de las zapatillas reverberaba en todo Miribilla. Nunca he visto entrenar con esa intensidad; ni Pepelu Abós en Zaragoza. Y se juega como se entrena... Luego, se tuvo que ir del Barça: Sito tenía las mismas ganas de entrenar que cuando entrenaba a los cadetes del Monzón, pero a los ‘cracks’ supermillonarios del Barça no les gustaba madrugar. Les iba más el buen rollito de Pesic que la caña de Sito... Hoy llega la caña, la pasión innegociable de Sito. Todo un medidor para el Casademont. Y para Diego Ocampo...

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