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El Casademont se estrena en casa

El conjunto rojillo tratará de prolongar frente al Obradoiro (17.00) las buenas sensaciones transmitidas en la pretemporada y en la visita al Gran Canaria.

Rodrigo San Miguel, en el partido del jueves contra el Gran Canaria.
Rodrigo San Miguel, en el partido del jueves contra el Gran Canaria.
ACB Photo/M. Henríquez

 Acudir al Príncipe Felipe se ha convertido en motivo de felicidad para los seguidores del Casademont Zaragoza desde la llegada al banquillo de Porfirio Fisac la pasada campaña. El técnico ha devuelto el orgullo y la tensión competitiva a un equipo que siempre promete lucha y jamás indiferencia. Una ilusionante tendencia que parece mantenerse en el presente ejercicio, al menos por lo vislumbrado en una pretemporada intachable y, sobre todo, en el arranque liguero con una solvente victoria en el siempre temido Gran Canaria Arena.

Es por ello que el estreno en casa de esta tarde (17.00) frente al Obradoiro en el Príncipe Felipe adquiere la categoría de acontecimiento para la afición rojilla. Los alicientes se acumulan. Por un lado, se mantiene la base de la escuadra que tantas alegrías deparó hasta alcanzar las semifinales de la Liga Endesa. Por el otro, comparecerán unos fichajes que anuncian erigirse en refuerzos sumamente útiles. Comenzando por el retorno del hijo pródigo Rodrigo San Miguel, quien tras construir una laureada trayectoria en la élite, quiere abrocharla triunfando en su club del alma. Siguiendo por Nicolás Brussino, flamante medalla de plata en el Mundial de China; Robin Benzing, devuelto al credo rojillo tras dos ejercicios en Alemania y Turquía; el gigante islandés Tryggvi Hlinason y el experto americano DJ Seeley.

Y como guinda de esta apetitosa receta, la férrea apuesta de la entidad por su cantera. Carlos Alocén, a sus 18 años, volverá a llevar las riendas del equipo. Sin olvidar al checo Vit Krejci, que tan buenas sensaciones dejó en Gran Canaria, y a Javi García.

En el capítulo de posibles ausencias, tanto el escolta lituano Renaldas Seibutis, por un problema en la espalda, como el pívot cubano Javier Justiz, con una sobrecarga en una rodilla, continuarán siendo duda y muy posiblemente no se decida si pueden participar en el encuentro hasta la misma rueda de calentamiento.

Sin apenas tiempo para metabolizar la victoria cosechada en la medianoche del viernes, Porfirio Fisac manifestó ayer su motivación por reencontrarse con el público zaragozano. «Siempre es importante y agradable jugar en casa. Es clave a la hora de desarrollar nuestra idea de baloncesto», indicó.

Pese a hallarnos en los albores de la competición, el preparador segoviano recalcó la importancia de ir sumando triunfos al casillero. Un hecho sumamente trascendental en una temporada en la que se compaginará el torneo doméstico con el desgaste que supondrá la Champions League. «Es un partido muy importante para nosotros porque puede ayudarnos a definir más cosas de las que pensamos», prosiguió.

Enfrente estará un Obradoiro que el viernes complicó la existencia al todopoderoso Barcelona y únicamente dio su brazo a torcer en los últimos minutos. Sirva como advertencia el precedente que permanece fresco en la memoria del plantel zaragozano. Los gallegos asaltaron el Príncipe Felipe el pasado diciembre (78-86).

Fisac sintetizó las fortalezas de su contrincante: «El Obradoiro es un equipo aguerrido, con las cosas muy claras y que te hace entrar en una vorágine en la que tienes que estar muy preparado».

El bloque dirigido por Moncho Fernández mantiene una buena base del pasado curso, comandada por Kostas Vasileiadis, Vladimir Brodziansky, Pepe Pozas y David Navarro, a la que le han sumado la experiencia de hombres como Earl Calloway y Dejan Kravic –campeón de la Basketball Champions League el pasado curso con la Virtus de Bolonia–, junto a tiradores como Chris Czerapowicz, Mike Daum y Fletcher Magee.

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