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¿Puede ganar el Tecnyconta al Barcelona?

El conjunto zaragozano debe aferrarse al gran partido que hizo frente a los azulgranas en abril para tratar de inquietar a su todopoderoso rival en las semifinales de la ACB.

Stan Okoye lanza un triple ante la defensa del azulgrana Adam Hanga.
Stan Okoye lanza un triple ante la defensa del azulgrana Adam Hanga.
Guillermo Mestre

¿Puede ganar el Tecnyconta Zaragoza la eliminatoria de semifinales -o al menos algún partido- al todopoderoso Barcelona? Esta es la pregunta que se hacen los ilusionados aficionados del equipo aragonés que están disfrutando de una temporada memorable. El próximo viernes arranca en el Palau Blaugrana esta serie a un máximo de cinco encuentros a la que los pupilos de Porfirio Fisac concurren con el cartel de víctimas. Un hecho contra el que, como sucedió frente al Baskonia en cuartos de final, se rebelan.

Es indudable que el desafío al que se enfrentan los jugadores rojillos es descomunal, una misión aparentemente imposible si nos atenemos a las kilométricas distancias económicas y deportivas que separan a ambas entidades. Sin embargo, existe un antecedente, muy cercano en el tiempo, que puede ejercer de patrón de conducta para motivar y mentalizar a un colectivo convencido de seguir haciendo historia. Se trata del choque disputado el 13 de abril en un Príncipe Felipe que rozó los 8.000 espectadores.

Los azulgranas comparecían como líderes de la Liga Endesa, con su plantel al completo, en la antesala de encarar el cruce contra el Anadolou Efes en la Euroliga. Por su parte, el Tecnyconta perseguía el sueño de clasificarse para los ‘play offs’, un objetivo amenazado por un calendario repleto de explosivas minas. Además, contaba con la ausencia de Fran Vázquez, un golpe notable ante el poderío interior culé.

En este contexto, la escuadra zaragozana puso contra las cuerdas a su contrincante. El resultado (86-91) refleja la igualdad y el espectáculo que gobernó en el parqué. De hecho, ingresó y transitó en el último cuarto con una ventaja de seis puntos. El gigante catalán se tambaleaba ante la atónita mirada de Svestislav Pesic. Sin embargo, un arreón final de la mano de Thomas Heurtel y de un inspirado Kyle Kuric obraron la remontada.

El Tecnyconta debería retomar muchas de las armas que exhibió en aquel duelo y que ha vuelto a esgrimir frente al Baskonia. Comenzando por un Stan Okoye en flor e imparable. En aquel pulso en abril, el nigeriano anotó 20 puntos y, sobre todo, proyectó una extraordinaria imagen de superioridad física y técnica. Coronada por un mate que ha quedado incrustado en los anales de la temporada en la ACB. Alrededor del jugador/franquicia brotaron, cual coro, un sinfín de compañeros que remaron en la misma dirección. Ese convencimiento, esa generosidad, esa primacía de lo grupal por encima de lo individual es la cualidad más valiosa que ha amasado Porfirio Fisac. En ataque y en defensa, el equipo se aplica con entusiasmo e intensidad. Nacho Martín, con 15 puntos; Berhanemeskel con 10; Radovic y Barreiro con 9; McCalebb con 8 y Seibutis y Alocén con 6… Hasta el joven Jaime Pradilla se fajó con un Ante Tomic al que provocó numerosos errores. Reproducir ese ejercicio coral se antoja indispensable para albergar alguna opción de triunfo.

Por el contrario, como ejemplo a corregir y a erradicar, se halla el partido de la primera vuelta en el Palau Blaugrana. Aquel 13 de octubre, cuando la campaña se desperezaba, el Tecnyconta encajó una dolorosa derrota (99-55). 44 puntos separaron a ambos contrincantes. Los 18 triples azulgranas -por 4 de los aragoneses- sembraron de desesperación a los visitantes. Por fortuna, en poco se parece aquel equipo rojillo del actual.

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