Un castigo exagerado

El Tecnyconta compite en Málaga ante uno de los mejores equipos de la competición, pero se desploma en el tramo final y cae por 98-82.

Unicaja Málaga-Tecnyconta Zaragoza.
Unicaja Málaga-Tecnyconta Zaragoza.
Álvaro Cabrera/Efe

El Tecnyconta recuperó sus señas de identidad, sobre todo en el ámbito colectivo, y compitió en Málaga con seguridad y convicción. Sin embargo, su  desempeño no le alcanzó para conquistar la victoria en uno de los escenario más exigentes de la Liga Endesa.  El Unicaja, que permanece invicto al calor de sus aficionados, inclinó el duelo a su favor en una segunda mitad formidable. Hasta entonces, el cuadro aragonés siempre había gobernado el marcador, en ocasiones con rentas favorables de 10 puntos,  pero se desencajó después, ya en la tramo final, cuando su rival exhibió una amplitud de recursos devastadores en la faceta ofensiva. En cualquier caso, el Unicaja se impuso con una amplitud en el marcador inexistente en el juego (98-82).

El Tecnyconta inició el duelo con determinación. Se aplicó atrás con intensidad y arrojo, y anuló las primeras cometidas del cuadro andaluz. El Unicaja, de hecho, permaneció sin anotar los dos primeros minutos y medio de la contienda. Al mismo tiempo, el equipo aragonés supo encontrar fisuras en la defensa rival, con dos acciones individuales de Bo McCalebb y un 2-1 de Radokic, y enseguida edificó una renta de siete puntos en el marcador (0-7). Respondió Salin con cinco tantos consecutivos, pero el Tecnyconta no se desencajó. Al contrario, mantuvo su actividad atrás y, sobre todo, exhibió acierto en sus ofensivas con dos triples prácticamente consecutivos, primero de Barreiro y luego de Seibutis (5-15), que conllevaron el tiempo muerto del entrenador local, Luis Casimiro, justo en el ecuador del primer cuarto.    

El Unicaja elevó sus prestaciones después, coincidiendo con la ausencia en la pista de McCalebb, y comenzó a reducir distancias en los últimos compases del cuarto. El Tecnyconta, sin su indiscutible guía espiritual, tenía ahora numerosos problemas para generar ventajas en sus acciones ofensivas. No había ritmo, ni fluidez, ni buenas situaciones de tiro. El conjunto zaragozano, que además se prodigó en las pérdidas de balón, dejó de anotar con la facilidad de los primeros minutos. Su adversario tomó oxígeno, aunque sin llegar a culminar la remontada (17-22). Más allá del resultado, el Tecnyconta había recuperado su esencia competitiva y se comportaba como un bloque unido, comprometido y solidario. El Unicaja, con 2 de 11 en triples, sólo había facturado 17 puntos en el primer acto. Un importante lastre para un equipo que promedia más de 90 tantos por duelo.

La escuadra andaluza intentó golpear después de la mano de Waczynski; pero el Tecnyconta, muy constante, seguía oponiendo una tenaz resistencia. Con McCalebb liderando cada uno de los ataques visitantes, el Unicaja era castigado con cualquier desatención. Un triple de Berhanemeskel devolvió la ventaja de los zaragozanos a los 10 puntos, al cuarto de hora de partido, lo que obligó a Luis Casimiro a detener nuevamente el duelo (21-31). El conjunto aragonés emitía señales muy positivas. Sin embargo, el Unicaja no admite ni una sola concesión. El ímpetu de Carlos Suárez, con siete puntos, y dos triples consecutivos –Wiltjer y Waczynski–, volvieron a situar a los locales a sólo cuatro puntos (37-41), a dos minutos del intermedio. La reacción de los locales llegaba, de nuevo, con McCalebb descansando en el banquillo.

Al cierre del segundo cuarto, el Unicaja había recuperado definitivamente el pulso (42-44) con los puntos de Waczynski y Suárez, y con el talento exhibido por Jaime Fernández en la dirección. Mientras, McCalebb era el hombre más productivo de los aragoneses, tras alcanzar los 11 créditos de valoración en 15 minutos de juego. Al descanso, el base contabilizaba 9 puntos, 2 rebotes y 5 asistencias, al margen de sus grandes prestaciones en las tareas de contención. Además, Seibutis acumulaba 11 puntos, con un solo fallo en sus lanzamientos; y Barreiro (8 tantos, 4 rebotes) sumaba con tenacidad en los dos lados de la pista.        

Reacción local

El Unicaja volteó el marcador con un parcial de 5-0, en el primer minuto de la reanudación, con una bandeja de Shermadini y un certero triple de Wiltjer (47-44). El equipo andaluz, ahora muy acertado en sus ofensivas, sumaba en cada uno de sus lanzamientos, mientras que a los zaragozanos les costaba mucho anotar. El Tecnyconta encajó 13 puntos en los primeros cuatro minutos, un fiel reflejo de la escasa presión ejercida por sus jugadores en los primeros compases del cuarto. Pese a todo, los aragoneses seguían agarrados al partido (57-54) a los 25 minutos, tras dos tiros libres convertidos por Seibutis.

Pero todo cambió después. Shermadini emergió bajo los aros, con ocho puntos prácticamente seguidos, y Porfirio Fisac tuvo que detener el partido para corregir las continuas desatenciones de su equipo. Por entonces, los locales habían firmado una importante ventaja en el marcador (63-54), que se amplió hasta los 12 puntos, tras un triple de Roberts, al filo de la media hora (70-58). El conjunto visitante, vulnerable y quebradizo atrás,  había salido malparado del intercambio de golpes con su rival: 28puntos recibidos en los últimos 10 minutos de juego.

En el tramo decisivo, cuando el Unicaja se sentía ya ganador, el Tecnyconta tomó impulso de la mano de Santana. El base, además de aplicarse atrás con tesón, encontró grietas en la defensa de los locales y facturó 7 puntos para, de nuevo, avivar las esperanza sde los zaragozanos (72-67). Sin embargo, el conjunto andaluz firmó un parcial de 8-0, inmediatamente después, para cerrar definitivamente el partido. En los compases finales, con el choque ya sentenciado, los locales castigaron con saña a los aragoneses, en lo que supuso un castigo exagerado.  

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión