Fabio Santana: "Mi madre fue mi primera entrenadora"

El base se lesionó de gravedad en 2014, en su primera temporada en la Liga ACB. Tras brillar el pasado curso en Oviedo, ahora ha regresado a la élite, con 26 años, de la mano del Tecnyconta Zaragoza.

Fabio Santana, en el pabellón Príncipe Felipe.
Fabio Santana, en el pabellón Príncipe Felipe.
Raquel Labodía

¿Por qué optó por el baloncesto?

Fue gracias a mi madre, que era jugadora del Gran Canaria femenino y que, además, también dirigía la escuela de baloncesto de mi colegio. Yo comencé practicando fútbol, pero apenas duré dos semanas:mi madre, Sandra, me llevó entonces a sus clases y ahí comenzó todo. Ella fue mi primera entrenadora.

Su padre, David, también era deportista.

Siempre ha sido muy futbolero. Jugó en la Primera División de fútbol sala, en el equipo Muebles el Norte de Maspalomas, y también competía en fútbol.

Usted enseguida ingresó en la cantera del Gran Canaria. Y fue escalando por todas las divisiones hasta alcanzar la primera plantilla.

Entré al club con siete u ocho años, y permanecí allí hasta los 22. Cuando jugaba en el equipo de EBA, ya me entrenaba todos los días con la primera plantilla del Gran Canaria, y esa misma temporada pude debutar en la ACB de la mano de Pedro Martínez. Después, con Aíto, me hicieron mi primer contrato profesional y pasé a formar parte definitivamente del primer equipo.

Su trayectoria sufrió entonces un importante retroceso: una luxación meniscal que le mantuvo ocho meses sin competir.

Esa lesión ha marcado una parte de mi vida y de mi carrera deportiva. Me sucedió en diciembre, en un partido de Eurocup, y no pude volver a las pistas hasta el inicio de la siguiente temporada. Fue un revés muy duro.

Además, estaba completando muy buenas actuaciones. Incluso había disfrutado de la titularidad.

Me hallaba en un gran momento. Tenía la confianza del entrenador y, de hecho, venía jugando asiduamente en la competición continental. Cada vez contaba con más minutos y estaba ganando experiencia y seguridad. Justo entonces llegó la lesión... y los ocho meses sin poder participar en un partido oficial.

¿Cómo se supera un contratiempo así?

Es una etapa muy difícil. Los primeros días estás en estado de schock, ni siquiera te lo llegas a creer. Te vienes muy abajo. Pero luego, las personas más cercanas a ti te van levantando, y empecé a encontrar la fuerza necesaria para luchar. El camino se hace largo y duro, de ahí la importancia de apoyarte también en la gente que te rodea. Con trabajo, sacrificio y buenos pensamientos, y con el respaldo de los míos, fui superando todos los obstáculos. Un día te ves jugando de nuevo al baloncesto, que es lo que tú perseguías, y a partir de ahí todo va resultando mucho más fácil.

Pero tuvo que empezar nuevamente desde abajo: se despeñó hasta la Liga LEB Plata.

Después de ocho meses sin jugar, el Gran Canaria me ofrecía estar en el segundo equipo del club. En ese momento, creí que mi mejor opción era marcharme, salir fuera, para poder progresar y volver a sentirme jugador. Fiché por el Araberri, en la LEB Plata, y sin duda tomé la decisión acertada. Fue un año magnífico en Vitoria, culminado con el ascenso de categoría.

En el Oviedo, el pasado curso, usted dio un gran paso adelante en su rendimiento. Sobre todo tras la lesión de Fran Cárdenas.

Fiché por el Oviedo tras ascender con el Araberri. En mi primera temporada allí, compartí el puesto de base con Dani Pérez, ahora jugador del Gipuzkoa, y nos compenetramos a la perfección. Al año siguiente yo ya estaba más adaptado a la categoría, con más confianza, y todo resultó más fácil. Fran Cárdenas tuvo la mala suerte de lesionarse la rodilla, lo que le apartó un largo periodo de las pistas, y entonces me tocó asumir mayores responsabilidades. Ese año adquirí mucha seguridad en mí mismo, me hizo crecer en todos los sentidos.

Y llegó, por fin, el premio a su tenacidad: el regreso a la ACB.

La gente me recuerda todo lo que he trabajado, todo lo que me ha costado volver a la élite, y me dice que disfrute de este momento. Y ahora toca disfrutar, sin duda, aunque siempre sin olvidar que todavía soy joven y que tengo que seguir creciendo y mejorando. El Tecnyconta me ha dado esta gran oportunidad, pero debo emplearme al máximo todos los días, en cada uno de los entrenamientos, para llegar lo más alto posible.

¿Por qué eligió Zaragoza?

El Tecnyconta me aportó muchísima confianza desde el primer momento. Me sentí muy querido y valorado desde mi primer contacto con Pep Cargol, quien me demostró que su apuesta por mí era firme. Y qué más quiere un jugador que las palabras de respaldo de su director deportivo. Zaragoza, además, era la mejor opción porque el proyecto es muy ilusionante. Estoy muy agradecido de poder estar aquí.

¿En qué medida influyó el técnico, Porfirio Fisac, en su decisión de venir al Tecnyconta?

Es un entrenador al que conocía, ya que él dirigía al Gipuzkoa Basket, en la LEBOro, cuando yo jugaba en el Oviedo. Es un gran técnico, que me transmite confianza y tranquilidad. Además, siempre apuesta por quien se lo trabaja, por quien se lo gana día a día en los entrenamientos. Estoy muy contento con él.

En la pista, usted siempre garantiza compromiso e intensidad.

Intento dar el máximo en todo momento. En los entrenamientos y en los partidos. Si en ocasiones no me salen las cosas, al menos que no falten nunca la intensidad ni la mentalidad defensiva. Eso lo que tengo siempre. Si luego, en ataque, también estoy acertado, pues entonces mucho mejor, porque cuanto más aporte al equipo más opciones tendremos de conseguir la victoria.

Sin ser un especialista en una determinada faceta, sí es un base que hace de todo en la pista, que suma en todos los aspectos.

Si alguien me pregunta por mis características, le diría precisamente eso. Yo hago un poco de todo. Puedo tirar de tres, penetrar, asistir, ser rápido, defender a un escolta y a un base… No soy especialista en nada, pero trato de aportar en todo. Ysiempre pienso en el colectivo, porque lo primero es el grupo. Mi función es crear juego, intentar que el equipo tenga la mejor opción en ataque. Si veo un buen pase, lo voy a dar siempre; nunca he sido egoísta.

¿Qué me dice de McCalebb?

Siempre ha sido uno de mis ídolos. Cuando me enteré de su fichaje por el Tecnyconta, la alegría fue tremenda. De pequeño lo veía jugar en la Euroliga y flipaba con él. Es un jugador rapidísimo, con un cambio de ritmo increíble, con una gran explosividad, con muchísimo talento. Cuando vino aquí, en los primeros entrenamientos, yo le tenía muchísimo respeto por todo lo que es y representa. No me creía que estuviera con McCalebb. Ahora, que ya lo conozco, me ha sorprendido por su humildad y nos llevamos genial. Estoy muy agradecido de poder compartir vestuario con él. Siempre le he admirado.

¿Y de Alocén?

Carlos es muy joven, por lo que aún tiene un amplio margen de mejora. Sin embargo, al mismo tiempo se trata de un jugador muy veterano para su edad, para sus 17 años. Está muy concienciado con lo que tiene que hacer, es muy inteligente sobre la pista, juega muy duro y tiene muchísimo talento. Le aguarda un futuro espléndido.

¿Qué retos se ha marchado para el presente curso?

Mi intención es darlo todo en los entrenamientos para seguir creciendo, para aprender todo lo posible de mis compañeros, para ayudar al equipo a ganar. La afición se lo merece.

¿Le ha sorprendido el comportamiento de la ‘marea roja’?

Sin duda. Ha sufrido mucho las últimas temporadas y, sin embargo, ha estado totalmente entregada con el equipo desde el primer momento. Su actitud es ejemplar. Por ello, hay que dar el máximo para ganar el domingo al Fuenlabrada.

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