Las 16 leyendas del baloncesto aragonés

De Fernando Muscat a Rodrigo San Miguel, 16 talentosos y esforzados jugadores han escrito la historia del baloncesto español desde Aragón.

Epi, Fernando Arcega, Paco Binaburo, Zapata y Pepe Arcega. En el Europeo del 87, en Atenas, coincidieron los cuatro jugadores aragoneses y Binaburo, también zaragozano, que trabajó como fisioterapeuta.
Epi, Fernando Arcega, Paco Binaburo, Zapata y Pepe Arcega. En el Europeo del 87, en Atenas, coincidieron los cuatro jugadores aragoneses y Binaburo, también zaragozano, que trabajó como fisioterapeuta.
La casa del baloncesto

De Fernando Muscat a Rodrigo San Miguel pasando por los Arcega, los Angulo, Jorge Guillén, Alfonso Martínez o Paco Zapata. De uno de los grandes pioneros del baloncesto aragonés al actual referente del deporte de la canasta en la región. Con el debut de San Miguel el pasado viernes en Bielorrusia son 16 los jugadores aragoneses que han vestido la camiseta de la selección española de baloncesto absoluta. Nombres, todos ellos, que han escrito con sus canastas la historia del baloncesto aragonés. Jugadores talentosos y esforzados que han representado con honor a una tierra siempre vinculada a este deporte.

El primero fue Fernando Muscat, un precursor, un adelantado a su tiempo que, antes incluso de que existiera la selección española de baloncesto, fue capitán del equipo de Cataluña. Eran otros tiempos. Nacido en la pequeña localidad de Tobed en 1911, a los 11 años se trasladó junto a sus progenitores a Barcelona. Desembarcó en el lugar justo en el momento adecuado, cuando el padre Eusebio Millán introducía el baloncesto en España, concretamente en las Escuelas Pías de la Ciudad Condal. Cayó perdidamente enamorado de aquella práctica, a la que consagró horas, sudores y un talento arrollador. Su carrera estuvo ligada al histórico Laietà, el primer club de baloncesto que se fundó en España.

Considerado uno de los mejores jugadores nacionales de su época, Muscat estuvo convocado para disputar en Madrid el primer partido de la historia de la selección española –el 15 de abril de 1935 ante Portugal-, pero no consiguió el permiso laboral en Telefónica, donde trabajaba, para desplazarse a la capital. El zaragozano ya había solicitado las vacaciones para poder jugar el Europeo –si España se clasificaba– y la empresa no le concedió permiso para faltar tres días más.

Semanas más tarde, Muscat competiría con la selección en el Europeo de Ginebra, donde lograron una histórica medalla de plata. Solo Letonia les venció en la final (18-24), en el tercer y último encuentro que disputaría el aragonés con España. Su carrera internacional, como la del resto de sus compañeros, la frenó en seco la Guerra Civil. Muscat estuvo convocado para los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, pero el estallido del conflicto bélico propició que España se retirara de la competición deportiva.

El turolense Emilio Galve fue el segundo aragonés en jugar con España. Natural de Oliete, también se trasladó de niño a Barcelona, donde se enroló en el Laietà, el mismo equipo donde había triunfado Muscat. Pasó por diferentes clubes de Cataluña (Club Bàsquet Mollet, FC Barcelona, Ornillo Verde de Sabadell…) y jugó un encuentro amistoso en 1948 con la selección española. Fue su único partido internacional.

A Muscat y a Galve le siguió José María Pérez Loriente, aunque bien pudo haberlo hecho José Luis Zubero. Natural de Zaragoza, Zubero fue convocado para debutar en un amistoso en San Sebastián frente al Bélgica, justo cuando el Barcelona estaba a punto de ficharle. Sin embargo, se torció el tobillo cuando bajaba las escaleras de la Universidad. La caída fue tan grave que le obligó a retirarse y centrarse en la Medicina. Retirado, se marchó a Estados Unidos y se convirtió en un oftalmólogo de prestigio.

Seis veces jugó con España José María Pérez Loriente, un pívot de Biscarrués que a los 13 años ya metía sus primeras canastas en el Unión Deportiva Huesca antes de jugar en el Cerbuna de Zaragoza y de firmar posteriormente por el Barcelona. Su participación más importante con España fueron en los Juegos Mediterráneos de 1951, donde la selección logró la medalla de plata. Era la primera edición del torneo y se disputó en Alejandría.

También disputó los Juegos del Mediterráneo José Luis Martínez, concretamente la segunda edición, disputada en 1955 en Barcelona. El zaragozano tuvo el honor de formar parte de la selección que logró la primera medalla de oro de la historia del baloncesto nacional. En total disputó 22 encuentros, participando también en el Eurobasket de 1959, celebrado en Estambul.

De familia baloncestista, José Luis era hermano de Alfonso, uno de los mejores pívots de la época y uno de los aragoneses con más internacionalidades. Alfonso, dos años menor que José Luis, también nació en Zaragoza y jugó durante 19 temporadas en los mejores equipos del país, convirtiéndose entonces en el único jugador que ganó la liga con tres clubes diferentes: el Barcelona, el Real Madrid y el Joventut de Badalona. Amo y señor de la pintura, sumó a su palmarés cuatro copas de España y tres títulos individuales de mejor anotador de la liga. Dominó el baloncesto nacional desde mediados de los 50 hasta bien entrados los 70. Por supuesto, era un fijo en las convocatorias de la selección española y disputó un total de 146 encuentros. Se estrenó en un gran torneo junto a su hermano Alfonso en el Europeo de Estambul y, desde entonces, no se perdió ninguna gran cita internacional. Participó en los Juegos Olímpicos de Roma 60 y México 68. También en el Mundial oficioso de Chile 66 y en los Europeos de 1959, 1961, 1963, 1967 y 1969.

Además de los hermanos Martínez, los 60 albergaron a una gran generación de baloncestistas aragoneses que alcanzaron, con mayor o menor participación, la selección absoluta. Lorenzo Alocén (69 partidos), Javier Sanjuán (25), Julio Descartín (23) y Jorge Guillén (13) representaron frecuentemente a Aragón con la selección española en la década de los 60.

Curiosa es la anécdota que acompaña la carrera de Lorenzo Alocén, un gigante zaragozano que obligó a la FIBA a cambiar las reglas del juego. Alocén, entonces en el Real Madrid, anotó –a petición de su entrenador– una autocanasta para evitar una amenazante prórroga y afrontar así el partido de vuelta en casa con solo dos puntos de desventaja. Desde entonces, la FIBA prohibió esta práctica bajo amenaza por expulsión de dos años. El pívot de San José jugó dos Europeos (61 y 69) y unos Juegos Olímpicos (México 68).

Los dorados 80

La década de los 80 fue la década dorada del baloncesto zaragozano, con un CAI Zaragoza que triunfaba en España y en Europa. También fue una etapa brillante para cuatro talentosos jugadores aragoneses, que fueron asiduos con la selección española en diferentes campeonatos. Juan Antonio San Epifamio ‘Epi’ (239 partidos), Fernando Arcega (121), Pepe Arcega (64) y Paco Zapata (37) protagonizaron algunas de las mayores gestas del baloncesto español, que caminaba con paso lento pero seguro hacia la éxitos de su etapa más moderna. Sin Epi o los Arcega, es complicado que hubieran triunfado después los Gasol y compañía.

La plata de Los Ángeles 84 fue, hasta el oro en el Mundial del 2006, el gran éxito de la selección española. Aquello fue tocar el cielo con los dedos. Y allí, en tierras americanas, compitiendo contra los Estados Unidos de Michael Jordan o Patrick Ewing estaban dos aragoneses: Fernando Arcega y Epi. El mayor de los Arcega sumó un bronce Europeo (Roma 91) a la plata olímpica. Su hermano Pepe participó en dos Europeos (87 y 89), un Mundial (90) y unos Juegos Olímpicos (92). Paco Zapata, por su parte, disputó el Europeo del 87 y el Mundial del 90.

Ejemplo de longevidad y compromiso fue Epi con España. El zaragozano jugó 239 partidos, récord absoluto hasta que lo superó Navarro en 2017, y anotó 3.330 puntos, una marca solo mejorada por Pau Gasol en 2016. Palabras mayores. Además de la medalla de Los Ángeles 84, ganó la plata en el Europeo del 83, en Nantes. En total, disputó ocho europeos (79, 81, 83, 85, 87, 89, 91 y 93), tres mundiales (82, 86 y 94) y cuatro Juegos Olímpicos (80, 84, 88 y 92). Una leyenda vida del baloncesto español que fue referente para toda una generación de aficionados españoles.

Los dos últimos, antes de Rodrigo San Miguel, que se vistieron con la camiseta española fueron los Angulo, Alberto y Lucio. El mayor, Alberto, participó en 98 encuentros, siendo la plata en el Europeo del 99 su mejor actuación. Lucio, el segundo de los Angulo, jugó 49 partidos, con el bronce de Turquía 2001 como su éxito más relevante. Su último encuentro fue el 25 de enero de 2003. Poco más de 15 años después, Rodrigo San Miguel se convirtió el pasado viernes en la leyenda número 16.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión