En sus compromisos más recientes, el Tecnyconta no ha alcanzado la altura requerida para competir. Su negativa trayectoria, con diez derrotas en sus últimos once partidos, han conllevado el despido del entrenador, Jota Cuspinera, además de generar importantes dudas sobre la capacidad real de la plantilla. La situación es inquietante: tras la celebración de 18 jornadas, el cuadro aragonés se halla a un solo partido de los puestos de descenso a la Liga LEB. Y lejos de progresar, los zaragozanos han acentuado sus dudas, su ansiedad y sus preocupaciones conforme avanzaba la temporada. Pep Cargol y Sergio Lamúa asumirán hoy la dirección del equipo, mientras el club rastrea el mercado para la incorporación de un nuevo entrenador.

Al menos, el Tecnyconta tiene ante sí una buena oportunidad para modificar su enfermizo aspecto. El equipo aragonés, ya sin Cuspinera en el banquillo, recibe hoy al Obradoiro (18.30) en el pabellón Príncipe Felipe, en un duelo vital para fortalecer sus aspiraciones de sellar la salvación. Se trata de un rival enérgico, correoso, combativo hasta la extenuación, que edifica gran parte de sus éxitos en su fortaleza defensiva (78,22 encajados por partido) y que viene superar con solvencia al Valencia Basket (96-77), el actual campeón. Por el contrario, presenta carencias ofensivas –es el segundo equipo que menos anota de la competición–, al margen de reducir notablemente su rendimiento en sus actuaciones fuera de casa.

Eso sí, acude a la cita tras sumar dos triunfos consecutivos, uno de ellos ante el mencionado Valencia, y fue capaz de imponerse en sus desplazamientos a Fuenlabrada, Murcia y Bilbao. De momento, el Obradoiro ocupa la undécima posición de la tabla, con nueve triunfos conquistados, y se ha situado a una sola victoria de los puestos de ‘play off’.

En Santiago, en el partido de la primera vuelta, el Tecnyconta se quedó a escasos centímetros de la victoria (80-74). Fue un careo equilibrado, resuelto en los compases finales, donde el Obradoiro se manejó con mayor templanza y criterio en las últimas acciones del choque. Sin embargo, en un duelo de muy mal pronóstico para los zaragozanos, el cuadro aragonés exhibió carácter, orgullo, personalidad y un elevado grado de compromiso, pese a encontrarse aún en pleno periodo de construcción. Entonces sí dio un importante paso adelante en su rendimiento, después de una pretemporada irregular, de continuos altibajos y desajustes defensivos. Compitió en Santiago de Compostela, un escenario de gran exigencia, y aspiró al triunfo hasta el último instante de la contienda.

Un desplome sorprendente

Todo ha cambiado con el discurrir de la competición. El Tecnyconta, en este sentido, ha protagonizado una sorprendente involución en su juego. Ahora es un bloque indeciso y timorato, con una fragilidad sorprendente en las labores de contención y un juego plano y previsible en sus acciones de ataque. Sin embargo, el principal hándicap del Tecnyconta atiende a sí mismo, a su propia actitud. Es un equipo voluble, inconstante e imprevisible, con una irregularidad manifiesta en los dos lados de la pista. Debilidades que deberá solventar hoy para poder aspirar al triunfo.

Matt Thomas, con 15,4 puntos por partido, representa la mayor amenaza ofensiva de los gallegos. Presenta, además, un 47% de efectividad en sus lanzamientos triples. Pero el Obradoiro cuenta con otro francotirador formidable desde el perímetro: Alberto Corbacho, quien viene de anotar 20 puntos contra el Valencia Basket, con 6 triples convertidos de 7 intentos. Mientras, Artem Pustovyi es su mejor argumento en el juego interior. El pívot, de 2,18 metros de estatura, factura 10,8 puntos y 6 rebotes de media por partido, al margen de su capacidad de intimidación (2,2 tapones por duelo). Recursos suficientes para hurgar en la herida de los zaragozanos.