El Tecnyconta ha perdido en Manresa, ante el colista de la Liga Endesa, tras ofrecer su peor actuación de la temporada. Ha sido un ridículo gigantesco, a todas luces imprevisto, ante un adversario ya descendido a la Liga LEB que apenas se jugaba ya el decoro deportivo. Pero el equipo catalán, favorecido por la indolencia del cuadro aragonés, ha presentado una notable resistencia durante todo el encuentro. Ha sido un duelo equilibrado, decidido por detalles minúsculos, que ha necesitado de una prórroga para resolverse. Los zaragozanos, después de un inicio desalentador, han tenido que remontar una desventaja de 15 puntos para seguir optando a la victoria; y después, cuando se hallaban a escasos centímetros del triunfo, han regalado el partido de manera sorprendente, con decisiones impropias de un equipo profesional.

Jelovac, con triple, había inclinado el partido a favor de los visitantes, a tres segundos de la conclusión (78-81); pero su celebración -totalmente desproporcionada, encarándose con los aficionados del equipo rival-, ha conllevado la falta técnica del serbio. De esta forma, el cuadro catalán ha podido forzar el tiempo extra, con un tiro libre de Pere Tomás y una canasta de Machado sobre la bocina. Y en la prolongación, el Manresa ha sido un bloque más combativo, más estructurado, más intenso, más cuajado, mucho más seguro de sus fuerzas, y ha encontrado su justa recompensa (94-91).

De esta forma, el cuadro aragonés permanece en una situación de máximo riesgo. Se jugará la permanencia el próximo domingo, frente al Estudiantes, en la última jornada de la competición regular. En este sentido, el curso es decepcionante, inquietante y doloroso, de permanentes dudas y errores, de importantes desaciertos dentro y fuera de la pista. Víctima de una desnortada planificación deportiva, el cuadro aragonés vive atormentado por su particular caída al abismo y, de hecho, ha quedado expuesto al fracaso hasta el último suspiro. El descenso supondría un descalabro mayúsculo, de consecuencias devastadoras, para un club oprimido, además, por una coyuntura económica alarmante.

El Tecnyconta ha comparecido con su silueta desfigurada. Sin alma, sin carácter, sin orgullo, sin tensión. Sin criterio alguno en sus acciones de ataque. Sin la actividad necesaria en las labores defensivas. Sin la intensidad que demandaba un encuentro de tal magnitud. Y eso que se jugaba la vida. A los cuatro minutos, los locales ya habían edificado una sólida renta en el marcador (12-1), que ha ampliado después pese al tiempo muerto solicitado por Luis Guil (17-2). Por entonces, los zaragozanos ya acumulaban hasta siete pérdidas de balón, y no habían anotado ni una sola canasta en juego. Sorprendente. El Tecntconya ha sabido entonces que su destino era sufrir, ir a remolque, remar contracorriente, luchar contra su adversario y contra sí mismo.

El cuadro aragonés, con un juego lento, plano y previsible, no generaba ventajas en sus ofensivas. Ni en la pintura, ya sin Henk Norel -ha cometido dos faltas personales en sus dos primeras intervenciones-, ni tampoco en el perímetro, donde sólo Gecevicius representaba una amenaza real. Dos triples del lituano, ambos de gran dificultad, han minimizado el daño. Al cierre del primer acto (26-16), las estadísticas retrataban la ansiedad de los aragoneses: nueve pérdidas de balón, y sólo cinco rebotes por 10 de los locales.

El Tecnyconta se ha sobrepuesto en el segundo cuarto. Ha serenado su juego, ha madurado cada uno de sus ataques y ha dispuesto, por fin, de buenas situaciones de tiro. El acierto de Benzing, la insistencia de Knight y el oficio de Gecevicius han impulsado la reacción de los zaragozanos. Un triple de Benzing ha reducido las distancias a sólo tres puntos (36-33), a dos minutos para el intermedio; pero los catalanes han recuperado el pulso, gracias a la puntería de Suggs y a dos nuevas pérdidas de balón de los visitantes (41-36).

En la reanudación, el cuadro aragonés se ha empleado con mayor determinación, sobre todo en las labores defensivas, y su mejoría enseguida le ha aportado réditos. Otro triple de Gecevicius, el cuarto en su cuenta particular, ha situado a los zaragozanos con una desventaja de sólo dos puntos, en el ecuador del tercer acto (44-42). Y en la siguiente acción, un 2+1 de Henk Norel, tras una falta de Román Montañez, ha puesto por delante al Tecnyconta por primera vez en todo el partido (44-45). La contribución de Knight, siempre presto al combate, ha resultado decisiva en la remontada de los visitantes. El americano es enérgico, intenso, rápido, ágil, muy físico, da el máximo en cada una de sus intervenciones y emerge en los momentos más comprometidos.

A la media hora de juego, el escolta sumaba 10 puntos y 9 rebotes, y había asumido la responsabilidad ofensiva con un valentía y convicción. El Manresa ha anotado 10 tantos en todo el tercer acto, un fiel reflejo del buen desempeño de los zaragozanos en las labores de contención. El Tecnyconta, tras un parcial de 12-10, comenzaba a despegarse en el marcador (51-56).

En el tramo final, el cuadro de Luis Guil, mucho más sosegado, parecía administrar su ventaja sin apenas sobresaltos. Un triple de Gecevicius, ejecutado desde nueve metros, ha ampliado la renta de los visitantes (51-59) en la primera acción del cuarto definitivo. Después, el Tecnyconta ha encontrado situaciones muy favorables en la pintura, al dotar de buenos balones a Nenk Norel, y ha estirado la diferencia hasta los 12 puntos, a sólo cinco minutos de la conclusión (57-69). Sin embargo, en los compases finales volvieron las dudas, las imprecisiones, el desconcierto, la anarquía, las malas selecciones de tiro y las pérdidas de balón. Y el ridículo.