El Tecnyconta desafía al Bilbao y al cansancio

El equipo zaragozano debe refrendar esta tarde las grandes sensaciones que ha transmitido en el arranque de la temporada.

Isaac Fotu durante un partido de esta temporada.
El Tecnyconta desafía al Bilbao y al cansancio
M. Pozo/ACB Photo

La Liga ACB no da tregua. Sin tiempo para metabolizar el inesperado triunfo del viernes en Málaga y con el cansancio presente en el equipaje del viaje de vuelta, el Tecnyconta Zaragoza saltará esta tarde al parqué del Príncipe Felipe (19.00) con el objetivo de derrotar al Dominion Bilbao y refrendar su ilusionante arranque de campaña. Un reto repleto de dificultades que el equipo de Andreu Casadevall tratará de resolver aplicando intensidad y solidaridad, los valores que le están acompañando.


Enfrente comparecerá uno de los cuatro únicos equipos que acreditan dos victorias y ningún tropiezo en el casillero. Una escuadra que, pese a sus vaivenes económicos y a la marcha de su ya exentrenador Sito Alonso en dirección al Baskonia, ha sabido reinventarse o, más bien, renovarse. De la mano de un Carles Durán que ansía volar solo tras su aprendizaje como técnico ayudante de Velimir Perasovic y de Pedro Martínez, ha reclutado un rico plantel, encabezado por los fichajes de anotadores como Jonathan Tabu (un viejo conocido en Zaragoza) y Scott Bamforth, y los interiores Danilo Nikolic, Michael Eric e Ivan Buva. Notables refuerzos para una base extremadamente sólida (Mumbrú, Hervelle y Todorovic encarnan la continuidad del proyecto). Incluso se ha repescado al veteranísimo Javi Salgado, que suele inspirarse ante los aragoneses. Fuenlabrada (a domicilio) y Estudiantes han sido sus primeras víctimas.

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Pero ninguno de los argumentos anteriormente expuestos deben magullar el ánimo de un Tecnyconta que está gestionando su temible inicio liguero con una brillantez admirable. Ha sido capaz de tutear al todopoderoso Valencia Basket hace una semana y derribar al Unicaja en el Martín Carpena hace menos de 48 horas. Pero por encima de los resultados, asoma el aroma a equipo fiable y combativo, unas cualidades ausentes en el plantel del pasado ejercicio y que confieren esperanzas a la afición.


Un trabajo coral, sustentado en la intensidad, en la concentración y en la fe en las posibilidades del colectivo, que ha permitido salir del atolladero en las situaciones aparentemente más críticas, como los diez puntos abajo en el tercer cuarto de Málaga. Sin embargo, esta empresa grupal no sería posible sin las apariciones de algunos jugadores.


Como Isaac Fotu, que emergió ante Unicaja con una fuerza arrolladora y con un insobornable acierto desde la línea de tiros libres. O el infatigable Stevan Jelovac, faro ofensivo del Tecnyconta por tercera campaña consecutiva. El serbio habla a través de sus múltiples canastas. Un arte en el que le secunda con pasmosa naturalidad su viejo amigo Martynas Gecevicius. Ambos sembraron el pánico cuando militaban en el Lietuvos Ritas y amenazan con seguir haciéndolo en las canchas españolas. Si a ello añadimos el pegamento que aplican Henk Norel, Tomás Bellas o Robin Benzing, la consecuencia es que derrotar al Bilbao es una meta franqueable.

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