Prueba superada

El Tecnyconta Zaragoza se impone al Guaros de Lara en su último partido de preparación. Robin Benzing (16 puntos), Isaac Fotu y Martynas Gecevicius lideran el triunfo de los zaragozanos ante un combativo rival.

Tomás Bellas encara a un rival.
Tomás Bellas encara a un rival.
Oliver Duch

El Tecnyconta se presentó ante su público, a falta de seis días para el inicio de la competición, y lo hizo con una actuación irregular ante el Guaros de Lara, reciente campeón de la Copa Intercontinental. El cuadro aragonés se manejó con seguridad, solvencia y criterio durante muchos tramos de la contienda, aunque también exhibió, en determinados momentos, importantes desajustes que deberá corregir con prontitud. De hecho, fue capaz de edificar una sólida renta en el marcador, ya en el tercer acto (53-40), pero dilapidó su ventaja por la indolencia defensiva de alguno de sus jugadores. Altibajos lógicos en un equipo que, tras haber acometido hasta cinco nuevas incorporaciones, se halla inmerso aún en pleno periodo de construcción. 


Los jugadores necesitan tiempo para asimilar los sistemas de juego, para conocer a sus compañeros y para ejecutar correctamente el ideario del entrenador. Al menos siempre exhibió carácter y orgullo, además de un elevado compromiso colectivo, y resistió con entereza las continuas acumetidas de su adversario. De momento es un conjunto bipolar, de caras opuestas, con numerosos aspectos que potenciar y con una irregularidad manifiesta en su juego.


De inicio, el Tecnyconta edificó un muro sólido, resistente, prácticamente inabordable, que dejó sin respuestas ofensivas a su adversario. El Guaros de Lara, muy exigido, apenas halló situaciones ventajosas para lanzar. Cerró el primer acto con 14 puntos en su haber, un diáfano indicador de la presión ejercida por los zaragozanos. Únicamente Graham –siete tantos en siete minutos– encontró soluciones para derribar el sistema de contención de los locales.


Sin embargo, el cuadro aragonés no supo sacar réditos de su fortaleza defensiva. Al contrario, su productividad se redujo a 17 tantos, y ello gracias a la destreza de Gecevicius y Benzing en el tiro exterior. Con Bellas al mando, el conjunto local se manejó con solvencia y criterio en muchas sus acciones de ataque; pero también exhibió un desatino gigantesco en sus lanzamientos, la mayoría sin excesiva oposición. Por entonces, los porcentajes del Tecnyconta resultaban muy significativos: un 36% de acierto en los tiros de 2, y un 29% desde el triple. Guarismos insuficientes para adquirir una importante renta en el marcador (17-14).

Ritmo y fluidez

El equipo local mejoró en el segundo cuarto, sobre todo en sus acciones ofensivas, y comenzó a facturar puntos con suma facilidad. Su concepción colectiva del juego fue más diáfana y aguda, con Sergi García acertado en la dirección. El canterano emite señales muy positivas y una ambición desbordada. Yel conjunto aragonés elevó notablemente sus prestaciones. En ataque ofreció ritmo, fluidez, acciones rápidas y muy buenas lecturas en la circulación del balón, lo que le proporcionó numerosas ventajas para ejecutar sus lanzamientos.


Especialmente en la pintura, donde Fotu y Jelovac gobernaron con autoridad, sin distracciones, en los dos lados de la pista. Mientras, Gecevicius golpeaba desde el perímetro (12 puntos en la primera mitad), evidenciando una amplitud de recursos devastadores.


El Tecnyconta había cerrado el primer acto con una única asistencia, un reflejo de desconexión y cierta anarquía. Sin embargo, alcanzó el intermedio con ocho pases de canastas, cuatro de ellos de Sergi García, y con una convicción admirable en su juego. Al poco de la reanudación, la distancia se había ampliado a los 13 puntos (53-40), y disfrutaba de un partido plácido al calor de sus aficionados. Y, de repente, se desplomó de manera sorprendente. Se desatendió en las labores de contención, abandonó rutinas y automatismos, y llegaron las dudas, las precipitaciones y el desconcierto. Los venezolanos recuperaron el pulso y voltearon el marcador. Pero el Tecnyconta se recompuso, ya en los últimos compases, de la mano de Fotu, Benzing y Holt, y acabó conquistando la victoria.


Hay un trazo definido, un plan reconocible y una plantilla solvente. Sólo necesita tiempo para ajustar definitivamente todas sus piezas.

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