Cambio de tendencia

Con la victoria ante el Nancy, el CAI Zaragoza ha confirmado un cambio
de actitud y de intensidad necesario para revertir los malos resultados
lejos del Príncipe Felipe.

Nate Linhart, en posición de triple amenaza en el encuentro en Nancy.
Nate Linhart, en posición de triple amenaza en el encuentro del pasado miércoles en Nancy.
sluc nancy

El CAI Zaragoza llegó el miércoles a Francia con la obligación de ganar al Sluc Nancy, pero también con el deber autoimpuesto de dar un giro de 180 grados a su dinámica lejos del pabellón Príncipe Felipe, donde todavía no había ganado un solo partido y, a excepción de tres cuartos y medio del partido inaugural de la Liga Endesa en la pista del FC Barcelona, firmado sus peores minutos de lo que ha transcurrido de temporada.


La victoria ante el Sluc (76-78) supuso un cambio de tendencia en los hombres de Joaquín Ruiz Lorente, que mejoraron los registros anotadores, la efectividad y la solidez defensiva que brillaron por su ausencia en las derrotas frente al Valencia Basket (Eurocup) y Río Natura Monbus Obradoiro (campeonato liguero).


Si se comparan los números que los zaragozanos firmaron ante el Charleroi belga, en casa, frente a los valencianos, en La Fuente de San Luis, y los de hace dos días en Nancy, se observa una clara mejoría en la efectividad de los lanzamientos de tres, ya que se ha pasado de un 19,2% de acierto en la primera de las tres citas a un 41,2% ante los galos.


Salvo Drake Diener, que no jugó un minuto en el último partido, los registros desde más allá del 6,75 de Benzing (2/3), Linhart (2/3) y Joan Sastre (2/3) han crecido, y eso es una buena noticia para los intereses caístas, ya que los tres son, junto al americano, exteriores llamados a desempeñar un papel protagonista en este aspecto del juego. En el partido de hace seis días en Santiago, el único que cumplió desde los tres puntos fue Diener, con tres de cuatro triples convertidos.


Una lectura positiva se puede hacer también de los tiros de campo. Ante el Obradoiro, el CAI lanzó 31 veces a canasta desde dentro del perímetro y anotó 14 de ellos, lo que significa una canasta de dos puntos cada tres minutos de juego, un promedio que, difícilmente, puede contribuir a una victoria cómoda.


En Nancy, el equipo aragonés se mostró más sólido en ataque, con un muy inspirado Sastre, y efectuó 46 lanzamientos, de los que anotó 22. Además, el miércoles se confirmó que cuando, en este inicio de temporada, los zaragozanos han realizado más de 40 tiros de campo, se han terminado llevando el partido. Así sucedió ante el UCAM Murcia (23/40), ante el Charleroi (26/43) y contra el Sluc Nancy.


Donde igualmente se ha producido una variación de ritmo y mentalidad es en el aspecto defensivo. En Francia, firmaron 33 capturas (10 en defensa y 23 en ataque) que, si bien es un número inferior al del partido liguero en Santiago (35 rebotes totales, 12 ofensivos y 23 defensivos), fue compensado con una mayor presión y control sobre las líneas de pase.


El resultado: 4 robos y 9 recuperaciones, cuando, a día de hoy, el CAI Zaragoza es el equipo que menos balones recupera de todos cuantos militan en la Liga Endesa (una media de 3,67 por encuentro). Otros dato a tener en cuenta es que el CAI es el quinto mejor equipo de España en cuanto a rebotes defensivos (25,6 por encuentro) y el segundo que menos pérdidas comete (11 en cada encuentro).


El crecimiento se pone a prueba

Al margen de las estadísticas, ha sido un cambio de actitud en la plantilla lo que ha activado esta evolución positiva en el rendimiento a ambos lados de la cancha. Sobreponerse a la baja de Sek Henry, que reaparecerá, previsiblemente, la próxima semana, y saber asumir una mayor responsabilidad en la pista (Joan Sastre y Tomás Bellas jugaron en Francia 35 y 29 minutos, respectivamente) ha sido crucial en la reacción. Un crecimiento que ahora afronta el reto de recibir, este domingo, al Real Madrid, el campeón de todo, en el pabellón Príncipe Felipe. Más todavía si se tiene en cuenta que el último triunfo caísta ante los blancos data de 2011. Eso sí, fue en Zaragoza.
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