Primera victoria a lo grande

El Peñas se impone al Coruña en el Palacio con una remontada memorable. Llegó a ir perdiendo de 17 puntos y ganó de diez

Troutman salva a Burjanadze y entra a canasta. El americano concluyó con 21 de valoración.
Primera victoria a lo grande
Rafael Gobantes

Y a la cuarta, victoria. El Peñas ganó el primer partido del curso con una remontada memorable ante el Leyma Basquet Coruña. Del 7-22 del arranque al 83-73 final media un marcador de 76-51 que demuestra el crecimiento de un bloque que, por fin, se supo reponer a un cuarto penoso como los que le habían condenado en las tres derrotas anteriores. Los de Quim Costa terminaron arrollando a los gallegos en comunión con un Palacio de los Deportes enfebrecido. 


Fueron de muy poco a muchísimo. Erraron la estrategia inicial porque son un equipo en obras. Tanto, que Quim Costa pidió su primer tiempo muerto cuando aún no se habían cumplido los cinco minutos. Lo ensayado no salió. Porque el Peñas falló cinco de sus seis primeros triples lanzados. Inauguró el marcador Vicedo desde más allá de la línea de 6,75 y los oscenses se secaron hasta encajar un parcial de 0-13 que llevó al entrenador a formar sus manos en forma de T mayúscula. Ni se corrió, ni se pasó, ni se atacó ni se tiró bien.


El desastre tenía remedio y el entrenador lo encontró en la intensidad de los ‘pequeños’. Los verdiblancos lograron remontar siete de los 15 puntos antes del descanso ajustándose las tuercas en defensa y con el descaro de Darío Brizuela y Josep Pérez. El escolta se lanzó varias bombas al más puro estilo de Navarro y el base tiró de los suyos con inteligencia además de arengar a una grada que se fue agarrando a los suyos mientras las diferencias se iban estrechando. Con 23-34 paró el partido el técnico visitante, Tito Díaz, mientras Costa dejaba a sus dos bases en la pista y Troutman comenzaba a emerger. El 32-40 al descanso significaba que el Peñas empezaba a ser el Peñas.


El Coruña se sentía menos suelto en la pintura y Edgar Vicedo se convirtió en el complemento que faltaba a sus compañeros. El Peñas acertó más, o falló menos, para acercarse a los cuatro puntos (40-44, 8-0 de parcial) en cinco minutos de periodo en los que al Leyma le pesó la perplejidad. Habían llegado a ganar de 17. El baloncesto peñista fluía y un 10-6 parcial obligó a Díaz a reunir a los suyos para abroncarles.


El Peñas funcionaba en todos los órdenes, enchufadísimo al encuentro. Un 2+1 del ya estelar Troutman le puso a uno (49-50) y otra canasta del ‘yankee’ igualó al fin (51-51), cerrándose todas las carreteras al Coruña con una implicación defensiva pocas veces vista. Los locales dispusieron de la última posesión para culminar la machada con, cómo no, Troutman (53-51).


Con un Coruña cada vez más encogido desaparecieron las diferencias de altura y emergieron los valores que han de guiar a este Peñas joven, fresco, veloz y ambicioso. Se trataba de tener a raya los nervios. Un triple de Sanz amasó una ventaja de seis (58-52). La alegría ofensiva era veloz y contagiosa. Los de Costa se cargaron de personales porque hacía falta y el tiro exterior les dio la vida. Brizuela devolvió la renta de seis (66-60) y un tapón de Orukpe precedió al segundo acierto seguido del donostiarra (69-62). El Peñas, con la máxima de 12, jugó con el crono y su contrincante. 30 puntos en el último parcial, que fue una fiesta. Creyó con fuerza en que la primera de muchas ya no se escapaba.