Un aragonés en la gesta de las chicas

Víctor Lapeña (izquierda) y el seleccionador Lucas Mondelo (derecha), posan con la medalla de plata.
Un aragonés en la gesta de las chicas
FEB

Durante un puñado de días doce jugadoras han logrado la proeza de ocupar titulares y telediarios, desalojando de las portadas a los astros del fútbol. Un privilegio que las integrantes de la selección nacional se ganaron a pulso en las canchas de Turquía, donde hicieron historia colgándose la medalla de plata en el Mundial.


El zaragozano Víctor Lapeña (1975) ha sido un actor fundamental en este éxito sin parangón. Como entrenador asistente y mano derecha de Lucas Mondelo, se ha encargado de la faceta defensiva y de confeccionar informes sobre cada uno de los rivales. Una sociedad que ha deparado unos réditos colosales. 


Tras aterrizar en la tarde de ayer en Madrid, la euforia todavía le acompañaba: "Hemos vivido una experiencia alucinante. Lo que hemos conseguido es muy bonito y encierra un significado enorme. Ha sido el triunfo de un grupo unido y humilde, que no se ha rendido jamás y que ha obtenido un premio extraordinario y merecido". 


La emoción y la excitación mitigaban el peaje por las celebraciones que se sucedieron tras la final frente a Estados Unidos: "La tristeza por perder la final duró muy poco y en seguida comenzamos a festejar, primero en el pabellón y después en un restaurante cerca del hotel que había reservado el presidente José Luis Sáez. Nos juntamos el equipo, los familiares y los amigos. Fue algo muy distendido. Hubo picoteo, charlamos, reímos y terminamos bailando. Lo celebramos por todo lo alto. Como obligaba la ocasión". Un ritmo festivo que no se detuvo ayer en la capital de España. Tras efectuar las visitas de rigor a varios medios de comunicación, el emblemático mesón Txistu culminó este maratón.


Víctor Lapeña regresa hoy a su hogar, en Tarragona, previa escala en Zaragoza para compartir unas horas con sus padres. A buen seguro, les detallará la hazaña en tierras otomanas.


Una narración que arrancará con la fase de preparación. "El camino hasta el Mundial fue muy productivo y laborioso. La Federación nos dio todos los medios a su alcance y se ha notado. Acudimos a un torneo en Bielorrusia que fue muy duro. Allí espabilamos y nos pusimos las pilas. A partir de allí, la filosofía fue ir encuentro a encuentro. Así fuimos creciendo", rememora. 


La progresión alcanzó su punto culminante en las semifinales, frente a la anfitriona Turquía. "Nos acongojamos un poco antes del partido. En el pabellón rugían 10.000 gargantas turcas. Son muy apasionados y patriotas. Tras cada canasta, parecía que se rompían los cristales del recinto. Fue muy impactante. Tras ese aturdimiento al inicio, fuimos imponiendo poco a poco nuestra mayor calidad. Las jugadoras no se amilanaron y silenciaron ese infierno a base de canastas", prosigue.


Superado dicho escollo, aguardaba otro prácticamente inabordable en la final. Estados Unidos, la escuadra que solo había cosechado una derrota en 20 años, exigía un milagro que finalmente no se produjo. Una mancha imperceptible en el expediente. "Tuvimos pocas horas para preparar el choque. Nos enfrentamos a un equipazo y perdimos con dignidad. Estamos muy orgullosos de la actitud de las chicas. Tenemos una selección de dibujos animados. Nunca sabes quién aparecerá para decidir. Son un regalo para un entrenador", asevera. 


Lapeña, que este verano estuvo muy cerca de acompañar al también aragonés Sito Alonso en el banquillo del Bilbao de ACB, continuará en su puesto en el Gabinete Técnico de la Federación Española.