El propietario de Los Angeles Clippers, Donald Sterling, sancionado de por vida por la NBA por sus comentarios racistas captados en una grabación privada durante un partido del pasado mes, "va a luchar hasta el maldito final" por mantenerse como el dueño de la franquicia, desautorizando a su esposa, Shelly Sterling, para que pueda venderla.

El abogado de Donald Sterling, Max Blecher, apuntó a la cadena ESPN que su cliente "va a luchar hasta el maldito final" y que efectivamente ha "desautorizado" el acuerdo alcanzado con su esposa la semana pasada que permitiría a ésta vender los Clippers.

"No sé el acuerdo que tiene con él, pero les digo hoy que desautoriza cualquier cosa que esté haciendo para vender el equipo. El dice: 'Es mi equipo y lo venderé cuando yo lo decida", aseguró el abogado de Sterling. Además, Blecher fue claro cuando le preguntaron el por qué del cambio de opinión del dueño de la franquicia angelina. "Estaba al principio en estado de 'shock'. Ahora se está recuperando y está mucho más enérgico", añadió.

Por su parte, en una declaración del vicepresidente de comunicaciones de la NBA, Mike Bass, la asociación dijo que recibió respuestas separadas de los abogados que representan a Donald y Shelly Sterling que se distribuirán, junto con el cargo, a la Junta de Gobierno antes de la audiencia el próximo martes.

"En caso de que el voto de la Junta sostengan la acusación, los intereses de los Sterling en los Clippers se darán por terminado y el equipo será vendido", advirtió la liga. Donald Sterling argumenta que las grabaciones realizadas por su exasistente V. Stiviano se hicieron sin su conocimiento, por lo que en ningún caso, es admisible bajo la ley de California. Además calificó el asunto como una "violación clara y flagrante de los derechos constitucionales de California".

También amenaza además tener acciones legales contra la NBA bajo la leyes estatales o federales, y cuestiona la probabilidad de que pueda tener una audiencia imparcial en la Junta de Gobierno ya que muchos ya han emitido declaraciones de condena a sus palabras y alabando las acciones de Adam Silver, comisionado de la NBA, afirmando también que nunca tuvo la intención de dañar la NBA con sus comentarios.