CAI Zaragoza

La pareja de moda

El buen momento de Sam Van Rossom y Pedro Llompart ha aupado al CAI Zaragoza hasta la quinta posición. Ambos son el segundo y tercer base más valorados de la Liga Endesa.

Llompart y Van Rossom, ahora compañeros
Llompart ficha por el CAI Zaragoza
CAI ZARAGOZA

Igual que una casa no se ha de comenzar por el tejado, un equipo de baloncesto ha de empezar siempre por el base. Bajito en un mundo de gigantes, el 'uno' suele ser un jugador especial. El encargado de dirigir el juego del equipo. La persona que ha de interpretar el partido para adaptarlo a las necesidades de los suyos. En definitiva, como se suele decir, la extensión del entrenador sobre la pista. 


Pese a lo extendida que está la idea de un que buen interior marca las diferencias, la práctica demuestra temporada tras temporada que desde el otro extremo de la 'botella' también se puede asentar el rendimiento de un conjunto. Algo que en las dos últimas jornadas está experimentando el CAI Zaragoza gracias al gran rendimiento simultáneo de Sam Van Rossom y Pedro Llompart. Cruciales en Sevilla y superlativos contra Valencia, los dos armadores se han convertido en el principal argumento del cuadro zaragozano en su aspiración a formar parte de la élite de la Liga. Tal y como dijo Rodrigo San Miguel en una entrevista concedida a HERALDO.es: “Si actualmente no son la pareja más en forma de la Liga, poco les falta”.


Las estadísticas apoyan la percepción de quién les tuvo en frente el pasado domingo en el Príncipe Felipe. Con una valoración media de 13,2, Van Rossom es actualmente el segundo base con mejor estadística de la competición, solo por detrás del madridista Sergio Llull (16,2). Llompart, por su parte, aparece tercero en dicha lista con un promedio de 12,6 puntos de valoración por partido. Palabras mayores. Sin embargo, no es la marca individual lo que genera diferencias. El éxito reside en la combinación de ambos jugadores en pista.Complicidad en la pista

Perfectamente complementarios, el belga y el mallorquín comenzaron la pasada jornada compartiendo lugar en el quinteto titular. Ante la baja de Stefansson y tras las buenas sensaciones mostradas en San Pablo, Abós optó por utilizar a la vez a sus dos teóricos bases desde el inicio. Una apuesta que mantuvo, en total, algo más de 20 minutos a lo largo del encuentro. Con especial incidencia al comienzo, casi siete minutos consecutivos con ambos en pista, y al final, en que jugaron algo menos de cuatro minutos y medio para cerrar el choque con el 'average' a favor de los zaragozanos.


Así, el de Gante, que terminó con 20 de valoración, reconocía la buena sintonía que posee con el que, sobre el papel, ha de ser su competencia directa. “Pedro y yo estamos jugando bien últimamente. El entrenador nos saca mucho en pista juntos, él de ‘uno’ y yo de ‘dos' y parece que nos va muy bien”, aseguró. Un acierto en el que Abós quiso restarse méritos. “No es un descubrimiento mío. El último año en Italia Sam jugó toda la temporada de escolta haciéndolo bastante bien. Él se adapta perfectamente a esa posición y Pedro en su puesto también está muy bien, así que tenemos que intentar adaptar a los jugadores a su estado de forma”, analizó el técnico al término del encuentro.


Más cerebral y pausado, Llompart representa la toma de decisiones correctas en el momento adecuado. Especialmente cuando la tensión sube conforme los minutos se van acabando en el cronómetro. Así, el mallorquín figura como el cuarto jugador que más faltas recibe, una media de 4,23 por partido. Faceta que complementa con un 89,71% de acierto desde la línea de personal. Van Rossom, por su parte, juega un baloncesto más impulsivo. Algo que le permite ejercer de ejecutor gracias al fenomenal 45% de acierto que acredita este curso desde más allá de la línea de 6.75.


Con una base sólida y un vértice prominente como Henk Norel, jugador más valorado del equipo con una media de 14,8 puntos, el CAI Zaragoza asienta la que ya es su mejor temporada de la historia. Un bonito título honorífico que, sin embargo, espera ser redondeado con la primera participación de los aragoneses en las eliminatorias por el título.