SD HUESCA

Tariq Spezie: «Aquí los veinticinco estamos a muerte»

Ídolo destronado, el ariete emiratí hace autocrítica de su inicio de Liga, aplaude el rearme del equipo y dice que responderá al esfuerzo de su fichaje.

Tariq dialoga con Moisés, segundo entrenador, en el entrenamiento de ayer en el Montearagón.
Tariq Spezie: «Aquí los veinticinco estamos a muerte»
RAFA GOBANTES

Se hace rara la suplencia de Tariq. El año pasado, con ocho goles en dieciocho partidos, fue uno de los ases de la salvación junto a Camacho o el guardameta Andrés. Extraña que el delantero emiratí no juegue por lo mucho que costó su fichaje, una operación a tres bandas con Udinese y Granada que se ganó la etiqueta de culebrón veraniego. Pero el fútbol se nutre de estados de forma. Físicos y mentales, amén de otros apartados. Y Tariq, por lo que sea, no ha empezado fino.


Lejos de generar polémicas nacidas del ego, el punta azulgrana habla con naturalidad de su situación: «Me encuentro mucho mejor. Es cierto que las dos últimas jornadas que participé en el once no estuve bien. Cuando el equipo no funciona hay que buscar otras alternativas. Solo me queda respetar al compañero que está jugando y trabajar», señala Tariq.


Su imagen de glotón insaciable del área, ávido de rematarlo todo, se ha transformado en este inicio de campaña en la de un jugador acelerado, falto de concentración y por momentos ausente. «La mente tiene que estar limpia y fresca. Cuando no te salen las cosas te desesperas. Este año me he notado un poco enfadado jugando, pero ahora ya estoy mejor».


Cuando se le pregunta si acaso la presión de responder a su condición de ídolo ha podido lastrar su rendimiento, Tariq desmonta la teoría de forma contundente: «Sigo confiando en que responderé a lo que la gente espera de mí. El club, como ya dije en verano, hizo un gran esfuerzo para contratarme con todo el tema que ya conocéis del Udinese y el Granada, así que voy a currar al máximo para demostrar que puedo ser un jugador importante».


Ama el gol sin obsesiones. El nueve nacido en Sharjah tiene claro qué es lo realmente importante: «Firmo un gran año del Huesca, no necesariamente de Tariq. Cuando vine la temporada pasada ya dije que para mí era prioritario que el equipo se salvara aunque yo no marcase ningún gol».


El sábado fue un día muy feliz para todos. Llegó el primer triunfo después de un mes de dudas por la imagen que transmitía el equipo. «Nos hacía falta. Se nota en el vestuario, donde ya se escucha alguna risa. Necesitábamos el buen ambiente. Estábamos todos a una, pero era necesaria una victoria», comenta Tariq.


En su análisis de la reacción el punta no se pierde en argumentos vacíos, anclados en el tópico: «El equipo empieza a jugar más junto. Quizá en los primeros partidos también hubo mala suerte, pero eso ya es pasado. El grupo está bien y el sábado hay que demostrarlo contra el Córdoba».


Que no le hablen a Tariq de que en la victoria ante el Nástic colaboró la propia endeblez del rival: «No hay equipos flojos. El Huesca hizo un partido muy bueno y marcó tres goles fuera de casa». Claro que tampoco se debe caer en el error de bailar de un extremo a otro. «No podemos relajarnos. Solo hemos ganado un partido, no la Champions.Tenemos que seguir unidos. Aquí estamos los veinticinco a muerte».


Su última apreciación revela una confesión al menos llamativa: «Hay un equipo muy bueno. Quizá nos faltaba creer un poco más en lo que el míster nos pedía».