GHANA - ALEMANIA (20.30)

Alemania se juega su prestigio

El conjunto teutón, herido tras caer con Serbia, necesita el triunfo ante Ghana, el orgullo de África, a la que le vale el empate.

El seleccionador alemán habla con todos sus hombres durante un entrenamiento.
Alemania se juega su prestigio
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Alemania, tres veces campeona del mundo y una selección que jamás abandonó el Mundial en la fase de grupos, afronta hoy una espinosa reválida ante Ghana, un equipo fibroso como un filete y la única selección africana que mantiene vivo el orgullo del continente negro.


A falta de un partido para que finalice la primera fase, las cuentas de ambos equipos, a grandes rasgos, son simples: a Ghana le basta con un empate para llegar a los cruces, mientras que Alemania necesita la victoria, aunque podría valerle el empate en función del resultado entre Serbia y Australia.


Sin embargo, dado el alto riesgo que supone especular con las cuentas de la lechera, el equipo que dirige Joachim Loew ya ha avisado de que saldrá a por los tres puntos, en busca del juego que admiró al mundo en la primera jornada, cuando goleó a Australia.


"Cuando hace falta ganar, siempre estamos ahí. Estamos convencidos de que vamos a hacer un buen partido y ganar", dijo el defensa Arne Friedrich. "No subestimamos a Ghana, sabemos de lo que es capaz", admitió.


Ghana llega al tercer partido invicta y al frente de la clasificación, tras haber superado a Serbia (0-1) en la primera jornada, pero que no supo ganar a Australia (1-1) pese a jugar una hora con un hombre más.


Al grupo que comanda el serbio Milovan Rajevac le sobra desparpajo y prestaciones físicas pero de momento solo ha marcado de penalti y peca muchas veces de bisoño, lo que abre unas rendijas en su juego que en manos de una selección con el oficio de la alemana pueden convertirse en auténticos boquetes.


"Todos sabemos que Alemania tiene un buen equipo, pero nosotros creemos que también lo tenemos. Hemos de mantener las cosas (del juego) ajustadas, permanecer juntos, y estoy seguro de que podemos ganar el partido", dijo John Mensah, capitán de la selección, quien regresa al once tras causar baja en el último encuentro frente a Australia.


Una victoria de Ghana, que ya sabe qué es superar la fase de grupos en un Mundial, supondría algo más que la clasificación: significaría una enorme alegría para todo el continente, que ha visto cómo el rendimiento de equipos como Camerún o Costa de Marfil ha estado muy por debajo de lo anunciado.


El cartel de los germanos, por su parte, perdió lustre después de perder (1-0) en la segunda jornada ante Serbia, un equipo con el que no había caído en 37 años, tras un partido que acabó con diez jugadores por la expulsión de Miroslav Klose. Máximo goleador del Mundial de 2006, Klose es la primera y la última referencia del juego alemán, que no podrá contar hoy con su concurso, lo que obligará a Loew, que tiene numerosas piezas intercambiables, a recomponer el mecano.


Aunque rivales, hay algunos hilos invisibles que, de algún modo, hermanan las trayectorias de ambos equipos: en Ghana juega Kevin-Prince Boateng, a cuyos pies cayó lesionado en la final de la Copa inglesa Michael Ballack, el faro de Alemania y su gran ausencia en Sudáfrica. Baoteng, que jugó con Alemania en categorías inferiores es, además, medio hermano de Jerome, seleccionado por Loew pero que empezará el partido en el banquillo.


Muchos son, pues, los elementos que hacen del Ghana-Alemania un partido atractivo en el que la tricampeona se juegan no solo su clasificación, sino también su prestigio.