Nueve puntos de los últimos 12 sacados a concurso. Balance impropio de un equipo descapitalizado, sin delanteros y sin dinero. El valor añadido corresponde a Javier Aguirre. Sangre brava después de tanta mansedumbre. Con este espíritu renovado visita hoy La Rosaleda el Real Zaragoza, momentáneamente instalado en una plaza de permanencia después de tanto tiempo censado en las brasas del infierno. Aguirre destiló ayer confianza en la rueda de prensa anterior al careo en Málaga, aunque se arrancó con muchísimo respeto hacia el rival. «Los números que presenta el Málaga no reflejan el nivel de la plantilla que posee. Se ha reforzado bien con un cambio de entrenador que genera cambios tácticos, y con jugadores que han llegado para ser titulares, gente de reconocida trayectoria que le han dado al equipo un empaque distinto. Vienen de jugar un gran partido en Valencia», advirtió Aguirre.

Los recelos referidos al Málaga y su potencial no quedaron aquí. Hubo más. «Una de las claves del partido estará en no dejar espacios al rival, en que sus jugadores no estén separados, porque cuentan con jugadores velocísimos en ataque: debemos aprender la lección de lo que nos ocurrió frente al Espanyol. Si hacemos lo mismo mañana -por hoy-, el Málaga nos la puede liar», reiteró.

La sombra de Mestalla

El conjunto andaluz sufrió en su última comparecencia liguera, en Valencia, un arbitraje pésimo. Sin embargo, Aguirre no piensa que este antecedente pueda afectar al desarrollo del encuentro de hoy. «Confío plenamente en la justicia arbitral y en los colegiados. Entiendo que cada equipo defienda sus intereses y considero normal que el Málaga se haya quejado si considera que ha sido perjudicado, igual que lo hizo antes el Levante; pero no creo que los árbitros vayan condicionados a ningún campo. No pienso que el árbitraje sea factor», subrayó.

Ya centrado en el Real Zaragoza, Aguirre destacó la profesionalidad que está mostrando el grupo que gestiona. «Me ha sorprendido gratamente la capacidad de aislarse de los profesionales. Siempre dije que era un buen vestuario. Los jugadores tienen una conducta intachable. Han demostrado que el problema de los cobros no ha sido obstáculo para ofrecer una buena actuación», elogió Aguirre.

El nuevo fichaje, N'Daw, y el recuperado Uche también ocuparon una porción de su parlamento. «Están para un ratito. Si solo tuviera 16, irían los dos; pero tengo 18», apuntó.

Sus palabras finales estuvieron repletas de optimismo, la luz de las últimas victorias después de la oscuridad de las derrotas. «Los jugadores necesitaban sentirse competitivos. Hubo momentos en los que estábamos distanciados de la zona de salvación. El equipo salía sin convicción, pero los triunfos lo han liberado y ya confía en su propias fuerzas. Vamos a Málaga a por los tres puntos», concluyó Aguirre.