Aguirre esconde sus cartas

Sin tiempo para lamentos, Javier Aguirre prepara el partido que enfrentará al Real Zaragoza ante el Valencia en La Romareda. Tras el último entrenamiento de los zaragocistas previo al encuentro, celebrado en la Ciudad Deportiva a puerta cerrada, el entrenador mexicano atendió a los medios de comunicación para explicar el estado anímico de la plantilla tras el varapalo de Pamplona. "Estamos recuperados de la mala noche que pasamos", ha asegurado el técnico azteca.

Celoso de sus planes para encarar a los valencianos, el preparador zaragocista no ha querido desvelar el once inicial que tiene en mente. Ni siquiera, afirmar si habrá cambios o no. "Realmente todavía no tengo la alineación. Ni la tengo yo, ni la tienen ellos. Y no es por ningún secreto, no es nada que ocultar, pero tengo un par de dudas y, con la gente que me rodea, trataré de disiparlas de aquí a mañana", ha explicado.

Sin embargo, Aguirre si que ha matizado que, de haber cambios, estos no obedecerán a ningún tipo de rotación por cuestiones físicas. "El equipo está en un momento bueno, físicamente muy bueno", ha señalado al desarrollar que su idea no es fija por motivos "de rendimiento".

Sin confiarse

El Real Zaragoza ha salido reforzado de las dos últimas visitas del Valencia a la capital aragonesa. Un bagaje del que el míster zaragocista no se quiere fiar. "Habría que mirar las circunstancias de aquellos partidos. Me tocó el del año pasado y venían de un batacazo fuerte en Champions, con fatiga incluida del viaje. Quizás los sorprendimos, fuimos muy intensos. Hoy no es el caso, ellos vienen de la Liga y estarán igual de cansados que nosotros", ha analizado.

Aguirre ha aclarado que espera un partido "disputado, igualado y de mucho ritmo" que, a su juicio, se decidirá "en los pequeños detalles". El técnico se ha mostrado preocupado, además de por la gran calidad de sus oponentes, por los problemas que tiene el Real Zaragoza a la hora defender las jugadas a balón parado.

Incidentes en Pamplona

Por último, Aguirre se ha referido al ambiente hostil en el que se desarrolló tanto el partido contra Osasuna como el regreso de la expedición blanquilla a Zaragoza, con el infame ataque sufrido en la autopista. "Lo del autobús es grave ya que lo que puede ser una travesura puede devenir en una tragedia bestial. Imagínate que impacta en el conductor, estaríamos hablando de otra cosa", ha expresado.

En la previa, el entrenador del Real Zaragoza, que también lo fuera de Osasuna anteriormente, tildó de "absurda" la rivalidad existente entre ambas aficiones. Una idea en la que ha vuelto a reincidir. "Es una pena porque según recuerdo son aficiones que en su momento estuvieron hermanadas. Recuerdo en el 86 que nos clausuraron el campo por algún incidente que tuvimos con el Real Madrid y jugamos en La Romareda, contra el Murcia. Pudiendo elegir campos más cercanos se vino acá porque seguramente había muy buena relación a nivel institucional y de grada", ha rememorado de sus tiempos como jugador osasunista.

Tras conocer a ambas partes, el mexicano tiene claro que se trata de un problema que "se ha radicalizado en algunos grupos" y ha reiterado que, a su juicio, “no tiene nada que ver con la gran afición que tiene Osasuna”.