Manolo González -Folgoso do Courel (Lugo), 1979- es desde finales de la semana pasada un arlequinado más. Más concretamente, el primer entrenador del CD Ebro en la que será la cuarta experiencia del conjunto zaragozano en la Segunda División B. El extécnico del CF Badalona deja atrás la etapa en la entidad escapulada para iniciar la que es su primera experiencia fuera de Cataluña, a donde llegó procedente de su Galicia natal cuando solo contaba tres años.

¿Por qué se ha decantado por el Ebro en esta nueva etapa como entrenador?

Por lo bien que me han hablado del club. Kevin Lacruz y Raúl Marqueta -jugadores aragoneses del Badalona- y más gente con la que tengo contacto me dejaron claro que es un club serio y que el trato es muy bueno. También ayudó que Garitano, al que conozco desde hace mucho, esté como director deportivo.

¿Le costó tomar la decisión de venir a Zaragoza?

En el aspecto deportivo, no. Sí que es cierto que cambiar de ciudad implica muchas cosas, pero se han podido dar las circunstancias.

Con Emilio Larraz guarda una buena relación.

Con Emilio me llevo bien desde que nos conocemos. Es un buen entrenador, una buena persona y con un trato muy correcto. Creo que la buena relación es tanto de mi parte hacia él como de su parte hacia mí.

Seguro que ha podido hablar largo y tendido con Garitano. ¿Prevé gestionar una plantilla muy diferente a la que ha conseguido firmar la mejor actuación de su historia?

Es pronto para saberlo, pero de momento estamos de acuerdo con las renovaciones que se están tratando. Hay que intentar retener a los que hicieron un buen año. En función de los que se queden, reforzaremos al equipo. Ander y yo tenemos de bueno que vemos el fútbol de manera parecida. Coincidimos en el estilo y la idea de juego.

¿Se verá un modelo muy diferente al que estábamos acostumbrados?

Cada entrenador es diferente, pero dentro de esas diferencias, no creo que sean muy grandes. La base es el grupo y conseguir hacer un trabajo ordenado. A partir de ahí, intentar ser lo más ofensivo posible. La categoría es la que es, así que primero hay que tener orden y que el equipo esté bien colocado.

¿El campo va a condicionar su estilo de juego?

El campo influye. Yo he tenido campos pequeños y hay que intentar aprovecharlos para tu beneficio y, por qué no, también intentar jugar bien; pero desde luego que hay que empezar por hacerte fuerte y ser práctico.

Tras cuatro campañas entrenando en un club acostumbrado a la Segunda B, con un estadio nuevo y unas instalaciones envidiables, ahora llega a una entidad humilde que se está asentando en la categoría de bronce y donde se reitera por activa y por pasiva que el CMF Almozara no está a la altura. ¿Cree que son entidades poco comparables?

La diferencia del campo es de hace poco más de un año, que es el tiempo que lleva inaugurado el nuevo estadio. Pero a nivel presupuestario y de estructura, tampoco es tan grande como pueda parecer de puertas afuera.

¿El reto es intentar repetir los números de esta última temporada o la permanencia ya sería un éxito?

En mis años en Badalona, siempre el primer objetivo era la permanencia. Lograr la permanencia es lo que te da tranquilidad. Hay que hacer las cosas con orden y a partir de ahí llevar al equipo hacia arriba. En tres de los cuatro años estuvimos muy cerca del ‘play off’ sin ser el objetivo marcado.

El Ebro abrazó la permanencia de manera holgada en estas tres temporadas. En las dos primeras quedó la sensación de que se relajó después de conseguirla, pero en la última fue ambicioso y a punto estuvo de alcanzar la zona de promoción.

Es difícil saber qué pasa. Parece que un equipo se para, pero no creo que se pare, lo que pasa es que la categoría es muy complicada. A veces, aunque no quieras, los rivales te paran. Coger una racha como la que cogió el Ebro al final o la que tuvo el Badalona -ganó siete partidos consecutivos de la jornada 25 a la 31-, es muy complicado.

El Ebro jugó el primer año en el grupo 2 y los dos siguientes en el grupo 3. ¿Trastocaría que tuviese que volver a competir con los conjuntos del norte?

Si nos tocase otro grupo, nos adaptaríamos. Lo que sí que creo es que el grupo 3 es el más complejo por la diversidad de presupuestos, de campos, de rivales... Para acertar con la plantilla y para adaptarte, es el más complicado de todos.