EL REFERENTE

Adiós Raúl, hola Casillas

El arquero español Iker Casillas asume los galones de capitán en el Mundial, confirmando la consolidación definitiva de una generación que enterró a la liderada por Raúl.

Casillas vuela durante el último entrenamiento de la selección española en Durban.
Adiós Raúl, hola Casillas
JAVIER SORIANO/AFP PHOTO

Poco queda en la selección española del grupo que defendió la camiseta roja en la Copa del Mundo de Alemania 2006. Allí cayó España ante Francia, en la muralla de octavos de final, y allí se inició un relevo generacional que tuvo su punto álgido en Viena, el lugar donde España venció a todas sus pesadillas para alzarse con la última Eurocopa. España debuta en el Mundial como favorita por primera vez en su historia. Nada que ver con anteriores torneos, ni siquiera con aquel Mundial de hace cuatro años, en el que España llegó como una incógnita y se marchó como una decepción en octavos de final.


Aquello supuso el final de una etapa y el comienzo de otra. Raúl era el capitán de aquella selección de 2006 que proporcionó tanta decepción entre la hinchada española. Se marchó a casa eliminada por una Francia que no parecía mejor, pero sí más competitiva.


Los tiempos cambiaron y Luis Aragonés, el seleccionador de entonces, acometió la empresa de renovar la selección, de sacar del vestuario a las "vacas sagradas". Y no había un ser más mitológico que Raúl.


El jugador del Real Madrid desapareció de la selección poco después del Mundial y ya no acudió a la Eurocopa. Por ahí también se quedaron otros veteranos como Cañizares y Michel Salgado.


Y España acudió a la Eurocopa de Austria y Suiza con el recelo de su afición, que no acababa de confiar demasiado en una selección acostumbrada a los fracasos. Pero aquel grupo triunfó y Aragonés completó su particular revolución de la mejor manera posible.


A sus 29 años, Casillas acomete su tercer Mundial y el primero como capitán. "Tengo ese placer y orgullo. Asumir la capitanía fue un paso importante tanto personal como profesional", manifestó hoy antes en la víspera del partido ante Suiza.


Cuando Raúl dejó la selección, Aragonés le explicó a Casillas que ser capitán de un equipo es mucho más que llevar un brazalete en los partidos y saludar al árbitro.


El arquero lo asumió con total naturalidad e intenta dar ejemplo siempre que puede. Ahora es el primero en salir al campo de entrenamiento, es una voz autorizada en el vestuario, le eligen para hablar a la prensa antes de los partidos importantes, negocia las primas con la Federación, transmite las inquietudes de sus compañeros al seleccionador...


Quizá por ello, por su sentido de la responsabilidad, durante la concentración en Sudáfrica se haya visto al Casillas más serio, más concentrado, menos accesible a los hinchas, con menos ganas de firmar autógrafos.


Aunque el arquero nunca abandonó su perfil discreto. "También delego en Xavi y Puyol, o en Xabi Alonso o Sergio Ramos. Estoy contento y orgulloso de representar a una selección llena de grandes jugadores y personas", explicó.


Casillas lidera desde su capitanía a esa nueva generación de jóvenes futbolistas españoles que se encargó de acabar con la fama de perdedora que arrastraba la roja.


El capitán español ya superó a Raúl en actuaciones con la selección y con sus 104 partidos internacionales se lanzó a la caza de Andoni Zubizarreta, quien lidera el ránking con 126 encuentros. Un aliciente más para una leyenda viviente en el fútbol español.