ASSECO RESOVIA 3-2 CAI TERUEL

Adiós con la cabeza alta

El CAI Teruel peleó en Rzeszow por su pase a las semifinales de la Copa CEV, pero el Resovia se llevó el premio.

Jozefacki remata ante la defensa del Abel Bernal, en el partido de ayer jugado en el Hala Podpromie polaco
Adiós con la cabeza alta
A. CORTéS

«Re… Sovia, Re… Sovia, Sovia, Sovia…». Alto y fuerte atronaba el Hala Podpromie de Rzeszow. Fiesta polaca, amargo adiós español. El Asseco Resovia se ganó el pase a las semifinales de la Copa CEV. El CAI Teruel puso fin a su periplo continental. Aplausos para el equipo que ha sabido ganar los dos partidos de la eliminatoria. Triste despedida, pero con la cabeza alta. El CAI tendrá que seguir madurando a golpe de derrotas en el último suspiro. La experiencia es un grado, y solo se consigue aprendiendo de los errores. Dos partidos, dos ‘tie-break’ y, otra vez, como el año pasado, a las puertas de formar parte del cuarteto que se disputará el título del segundo torneo continental. No hubo que recurrir al set de oro. No hubo milagro en Rzeszow, aunque la confianza era plena en el equipo. Pese a la ausencia de García-Torres, baja por un esguince en el tobillo derecho, pieza básica en el esqueleto de Óscar Novillo. El sevillano empujaba desde el banquillo a sus compañeros que se rehicieron en el segundo y cuarto set para forzar un quinto que el Resovia barrió a su favor. El CAI Teruel mira ya a la Superliga y al trascendental partido del sábado en su casa frente al CMA Soria. Y, ahora, no caben dudas.


Más de dos horas de un voleibol intenso que disfrutaron los casi 4.000 espectadores que llenaron el Hala Podpromie. AC/DC caldeaba el recinto, y los hinchas más fieles, de rojo y blanco, tomaban el relevo con sus tambores de guerra y el himno de la Marsellesa, tomado prestado de los franceses, cantado a coro en una novedosa adaptación. No eran el Orfeón Donostiarra, pero sus cánticos arrastraban a un público que se entregó con un primer set impecable de su equipo. La estrella Grozer, principal arma ofensiva del Resovia, ausente en Teruel por un extraño virus estomacal, se vistió de corto. Travica guardó a su opuesto hasta el último momento. Pero tampoco salió de inicio. Millar, Cernic, Akherm, Baranowicz, Kosok y su sustituto en las funciones ofensivas, Jozefacki, se bastaron para borrar a un CAI superado en todas las facetas del juego. Un recital, especialmente en bloqueo, con los centrales Millar y Kosok agigantándose en la red (13 bloqueos entre los dos de los 17 totales). El CAI, impotente, no podía cortar la brecha de puntos. Novillo paró dos veces el partido, movió el banquillo ante la poca efectividad atacante de Cáceres y Batista, poco inspirados ayer los dominicanos. Con 10-5, el partido estaba casi roto. Cáceres paró momentáneamente la hemorragia. Pero el Resovia puso la quinta y firmó un parcial de 6-0 (16-6) que terminó con la poca moral que le quedaba al CAI.


Novillo se aplicó en la terapia de grupo. Hay que creer en uno mismo, hacer ver que los objetivos se pueden lograr porque son posibles. Apasionarse, emocionarse, porque entonces se crece. Y funcionó. Volvió la mejor versión del CAI. Había que poner en práctica la lección tantas veces machacada: apoyarse en un buen saque, aplicarse en una positiva recepción, defender con orden y rematar con convicción. El cambio de actitud del CAI puso un poco nervioso al Resovia, que apelaba al brazo de Akhrem. Por dos veces tumbó a Suela (13-12), y el madrileño respondió con tres puntos consecutivos que tiñeron de naranja el marcador. Grozer salió al rescate (21-22), insuficiente. Él mismo daría la manga al CAI Teruel con un error en saque.


El CAI es capaz de mostrar su mejor versión. También de manchar el esforzado trabajo. Esa irregularidad se paga. Ante un rival, con un potencial en la red tremendo, se exige la máxima concentración. Y el Resovia aprovechó ese momento con el central estadounidente Millar magistral. Novillo agotó sus dos tiempos muertos con 9-3, una distancia que se ampliaría hasta el 13-4. El balón no circulaba con fluidez; la defensa hacía aguas y aunque Suela sostenía al CAI con su aportación ofensiva, no era suficiente. El Podpromie enloquecía.


Al Resovia le faltaba dar la puntilla. Pero Travica pedía calma. Hasta el último punto no se canta victoria. Y el CAI revivió en la cuarta manga. Tomó el mando con una recepción mejorada (enorme Efrón) y puso fe en cada punto. Quedaba otro set para rozar la gloria. Pero el Resovia no dio margen al error. Akhrem golpeó, y Cernic y Grozer ejecutaron a un CAI Teruel que se quedó otra vez sin premio en Europa.