JAVIER AGUIRRE

''La actitud no fue la ideal''

El técnico mexicano asumió toda la culpa del desastre, pero fue crítico con la conducta del equipo.

Los entrenadores de ambos equipos, el argentino Mauricio Pochettino y el mexicano Javier Aguirre, se saludan antes del partido.
?La actitud no fue la ideal?
A. GARCÍA. EFE

Por primera vez desde su llegada hace 40 días, ayer se vio a un Javier Aguirre tocado moralmente cuando tuvo que comparecer ante la prensa. En contra de su costumbre, el mexicano no tenía anoche ganas de bromas, chanzas, tacos traídos a su discurso con tono jocoso y desengrasante o rodeos de similar pelaje. Al contrario, el Vasco adoptó en todo momento un tono extremadamente serio, lleno de corrección y con un halo de humildad que puso de manifiesto su profunda preocupación por lo que acababa de ver en el campo con sus jugadores como tristes protagonistas.

“Sin lugar a dudas, el 4-0 a favor del Espanyol es justo. Fueron infinitamente superiores a nosotros. El marcador refleja perfectamente lo que hizo un equipo y lo que hizo otro en el partido”, empezó reconociendo sin dudar un instante.


Aguirre, en el momento en que advirtió que iban a llover los palos sobre sus jugadores, abrió el paraguas y asumió en primera persona la responsabilidad de la catastrófica actuación del equipo en Cornellá. “No tengo ningún reproche para los jugadores. Si a alguien hay que reprocharle algo es a mí, porque yo soy quien decide la manera de jugar y con quién hacerlo. Y, en ese sentido, he tenido una muy mala tarde. Elegimos un mal sitio para jugar el peor partido y estar atontados al campo”, salió al cruce el técnico americano. “Seguramente, no preparé bien al equipo. A juzgar por cómo salimos, no estuve bien durante la semana. No elegí bien y no supe cómo parar la avalancha que fue el Espanyol. No hay nada rescatable del partido”, prosiguió autoculpándose del oprobio.


Aguirre no buscó, como hacen habitualmente la mayor parte de entrenadores hasta en días tan aciagos como el de ayer, recovecos por los que positivizar algún aspecto de los puestos en escena por el Zaragoza. “Hoy hemos hecho muy poquitas cosas bien. Y las pocas que hemos hecho, no se han notado”, resumió con contundencia.


Y, como colofón a su postura sincera, Javier Aguirre decidió ir un poco más allá en el análisis de la conducta de sus jugadores. Lo que no había permitido por parte de los periodistas, acabó haciéndolo él personalmente: “Como se lo he dicho a los jugadores en privado en el vestuario, voy a decirlo también aquí (en la sala de prensa). La actitud de los futbolistas no fue la ideal, eso es evidente. Desde el minuto 1 hasta el 90. Hubo chispazos, hubo intentos, pero el rival no nos dejó nunca levantar el partido y nosotros tampoco pusimos mucho empeño, a juzgar por lo visto. Hay errores flagrantes. Y hay días que se notan más”, reveló Aguirre en un pasaje que puede levantar ampollas en la caseta.

El Vasco sabía que salía de nuevo colista del campo del Espanyol. “Me preocupa, sobre todo, la imagen que hemos dado. Moralmente, el daño no creo que sea tanto porque, al final, llevamos todo el año así, lo que quiere decir que en ningún momento el equipo ha sido capaz de salir de esos puestos de descenso”, dijo.


Por último, Aguirre quiso poner la mira telescópica y apuntar de lleno al futuro inmediato en busca de bálsamo para curar la honda herida recibida ayer. “Por fortuna, el fútbol siempre te da vida. Y el sábado ante el Levante tenemos un partido vital en el que acabamos la primera vuelta de la Liga y donde tenemos opciones de alcanzar a un rival que está por encima de nosotros. Yo creo que hay tiempo para solucionar esto y, de veras, tengo fe en este equipo”, señaló pese a todo lo reseñado antes en su comparecencia.