CULTURISMO

Acero aragonés

El zaragozano Kike Martín, actual campeón de España de culturismo, optará mañana al título de Míster Universo en la modalidad de talla superalta, durante el campeonato mundial que se celebra en Hamburgo.

El culturista aragonés Kike Martín exhibe su cuerpo.
Acero aragonés
HERALDO

Un cuerpo recio, robusto, atlético y vigoroso; y músculos firmes y definidos, de proporciones mayúsculas. El contorno de Kike Martín, actual campeón de España de Culturismo, se asemeja mucho al acero. Un acero aragonés, edificado sobre una dieta estricta y un entrenamiento intenso, que persigue ahora el reconocimiento internacional: el deportista zaragozano optará mañana al título de Míster Universo, en la modalidad de talla superalta, durante el campeonato mundial que se celebra en Hamburgo (Alemania). Se trata, en principio, de la última comparecencia en la élite del culturista aragonés, quien tiene previsto retirarse de la alta competición tras la cita germana.


El recorrido hasta Hamburgo ha resultado arduo y laborioso, de una exigencia máxima, sobre todo en los días previos al acontecimiento deportivo. "Conforme llega el campeonato, se aumentan considerablemente las cargas de entrenamiento; también se incrementa el trabajo cardiovascular, que se acomete varias veces al día, incluso con sesiones en ayunas, para quemar el mayor porcentaje de grasa posible", explica Kike, quien también recuerda "que las dos horas de pesas al día son innegociables".


Pero el entrenamiento físico, pese a su enorme magnitud, sólo es una parte de la preparación de Kike; el culturista también debe soportar otro proceso tenaz, de imprescindible cumplimiento, igual de costoso y sacrificado: el sometimiento a una dieta severa, rigurosa, inflexible. "La nutrición se controla al milímetro. La dieta es muy estricta, con un alto contenido en proteínas y una reducción de los carbohidratos. Es una alimentación mediante vitaminas, aminoácidos y productos naturales", señala el deportista zaragozano.


Y la alta competición, además, conlleva otra exigencia. "Para ganar un campeonato, saber posar resulta imprescindible. Es un aspecto que también se entrena a conciencia. No hay que olvidar que los jueces, a la hora de establecer un vencedor, tienen en cuenta muchísimos parámetros: observan el cuerpo y su simetría; valoran la definición muscular, el tamaño del músculo, el equilibrio; buscan una estructura bonita, atractiva, bien proporcionada? Es un cómputo de todo", insiste Kike, quien añade un dato significativo: "El nivel de grasa corporal, en los culturistas profesionales, está por debajo del cuatro por ciento".


Kike ha intensificado el trabajo en los días previos al campeonato mundial. Sin embargo, también durante el resto del año se somete a sesiones físicas agotadoras. "Yo siempre estoy entrenando. El culturismo es una forma de sentirme bien conmigo mismo. Cuando no compites, todo es mucho más liviano, más fácil de llevar; pero yo no paro jamás", argumenta Kike, quien acumula ya 20 años de experiencia en esta modalidad deportiva.


Y ahora, precisamente cuando venía conquistando los mejores éxitos de su carrera, el deportista aragonés opta por la retirada. "Esta es mi última participación en un campeonato", admite Kike, que abandona la alta competición aunque no la práctica del culturismo: "No podría hacerlo. Es mi estilo de vida", reitera.


Además, Kike es profesor de culturismo, fitness y musculación, y tambien posee la titulación en nutrición del deportista. "Quiero centrarme, única y exclusivamente, en preparar a la gente. Ya lo hacemos en mi gimnasio (Palladium, en Montecanal), donde asesoramos tanto a nivel amateur como a nivel profesional", advierte el culturista zaragozano. "Trabajamos de manera individualizada con todo tipo de personas. Desde chicas jóvenes hasta personas mayores. Tratamos también a gente con problemas de hipertensión, obesidad u otro tipo de dolencias que, gracias a la actividad física, obtienen una mayor calidad de vida", sostiene Kike.


El deportista, de 36 años, arroja una recomendación: "Lo ideal es que cualquier persona realizase, al menos, unas cuatro horas semanales de actividad física", sugiere. Aunque también lanza una advertencia: "Mi caso es diferente. Lo mío es una elección extrema; es deporte profesional, de alta competición". Un argumento avalado, sin duda, por sus músculos de acero; de acero aragonés.