CAI ARAGÓN 29 - 27 ALCOBENDAS

Inercia de ganador

El Alcobendas luchó hasta el último segundo e hizo sufrir mucho al conjunto aragonés en el último tramo de este partido de la liga Asobal.

Inercia de ganador
Inercia de ganador
CARLOS MONCÍN

Ni jugando mal pierde el CAI Aragón. El conjunto naranja vuela alimentado por una inercia ganadora que lo ha transportado a la cima de la Asobal. Ya se ha superado el primer cuarto de la competición y no solo conserva la segunda plaza sino que la consolida. El cuarto clasificado, el Valladolid, ya queda a cuatro puntos. Solo le supera el todopoderoso Ciudad Real, con el que se jugará el liderato en el Quijote Arena en la próxima jornada. Y todo este logro se ha consumado sin tocar techo, sin alcanzar la plenitud. Gane o pierda en La Mancha, se ha ganado a pulso el derecho a soñar.


Su última víctima responde al nombre de Alcobendas. Qué más da el nombre, si todos los enemigos caen igual, con marcadores estrechos. La diferencia real probablemente alcance una dimensión mayor. Los errores de Ortega ayer en la dirección del equipo aproximaron a unos y otros. El técnico, en otro loable ejercicio de humildad, reconocía en los vestuarios que "se había liado con los cambios". Durante la semana también reiteró que se estaba teniendo suerte. Mariano no subraya sus aciertos. Tampoco hace falta. La clasificación de la Liga Asobal ya se encarga de ese cometido.


Desorientado durante toda la tarde, el CAI Aragón vivió en la primera mitad de media docena de latigazos de Stankovic y, sobre todo, de las paradas de Pablo Hernández. Muy meritorio lo del guardameta, pues la defensa más que defensa en muchas ocasiones ejerció de acusación. El Alcobendas también ayudó al equilibrio en el marcador con una defensa más entregada y mejor organizada. Mijatovic, aunque tenga nombre de delantero, demostró buenas condiciones abortando goles.


Ortega nunca le concedió continuidad a Larsson en la dirección del juego. Y nunca encontró el CAI Aragón continuidad en su juego. La relación causa-efecto parece obvia. Además, Grebenar apareció tarde, y los extremos no hicieron acto de presencia en la primera media hora. Stojanovic anotó por fin, aunque desde el atajo de los siete metros. Solo Sifre mostró verdadera eficacia. Amadeo también saltó tarde a la pista. Está muy fino el capitán para tenerlo sentado. La razón, igual que el resto de casi todos los cambios que ayer realizó Ortega, cabe buscarla en el deseo de que todos los hombres participen.


En la reanudación tampoco se encontró cómodo el CAI Aragón. El Alcobendas se acercó. Además de defender, los de Guijosa encontraron en el japonés Daisuke Miyazaki al goleador amenazante. Una superioridad de dos jugadores propició el despegue del CAI Aragón (24-19, minuto 43). Pero el partido regaló en emoción todo lo que había robado en buen juego. Otro final apretado bien resuelto por Grebenar en inferioridad numérica. Rafa Guijosa protestó de forma ostensible a los árbitros al final del encuentro. Después se duchó, se fumó un cigarrillo, y en la sala de prensa confesó que el triunfo era justo y que había protestado porque a él le gusta ganar. Ganar, eso que sabe hacer el CAI Aragón hasta cuando juega mal.