El Manchester City de Guardiola salda su deuda con la Champions

Un gol de Rodri sirve al conjunto inglés para vencer la loable resistencia del Inter y alcanzar por primera vez el ansiado trono europeo.

El Manchester City celebra su triunfo enel Olympic Stadium.
El Manchester City celebra su triunfo enel Olympic Stadium.
Thanassis Stavrakis

El Manchester City de Guardiola ha cerrado esta noche el círculo en Estambul. Le ha costado siete años de proyecto, marcados por una enorme inversión y también por un trabajo táctico casi obsesivo, pero ha acabado por encontrar el ansiado fruto en la Champions, tan esquiva hasta ahora, al ganar por 1-0 al Inter de Milán. Atrás quedan tantos y tantos reveses en el Viejo Continente. Contra el Mónaco del jovencísimo Mbappé, el Liverpool de Klopp o el Tottenham de Pochettino. Frente al Olympique de Lyon en aquel torneo exprés de Lisboa por la pandemia de covid, contra el Chelsea en la final de 2021 y en la épica semifinal de la temporada pasada ante el Real Madrid.

Todos esos fantasmas quedaron para siempre enterrados en la ciudad que conecta Occidente y Oriente, donde se cruzaban los caminos del City, representante de la nueva aristocracia impulsada por la inversión emiratí, y del Inter, miembro de ese selecto club de hidalgos con solera en la Copa de Europa. Era la gran oportunidad para rubricar un triplete que solo el Manchester United había logrado en Inglaterra, la cuna del fútbol. Desde ahora, su eterno adversario, ese club durante tantos años condenado al ostracismo frente al lujo 'red devil', ya puede lucir ante el mundo como uno de los mejores equipos que jamás se han visto en las islas británicas.

Sangre, sudor y lágrimas le costó al equipo 'sky blue', elevado a los cielos por un gol de Rodri, un hombre llamado a marcar una época desde su magisterio en el centro del campo. Y es que el Inter no cedió metros sobre el campo al teórico favorito y se pertrechó en sus dominios, como se esperaba, sino que fue valiente y desafió los pronósticos con una presión hercúlea. Gran intensidad 'nerazzurra' desde el primer minuto. El equipo de Simone Inzhagi era consciente de la necesidad de un esfuerzo físico importante para contrarrestar el talento 'citizen'.

Brozovic fue titular por sus cualidades como mediocentro de contención más que por la cábala de que todos los campeones de Europa en la última década lo habían sido con un jugador croata en su once. Lo demostró liderando la recuperación de balón italiana. La gran puesta en escena interista evidenció el nerviosismo del City, plasmado en las dudas de Ederson en el inicio de la circulación de balón desde la portería.

Muy poco bagaje ofensivo del City, apenas dos disparos desviados de Haaland, en fuera de juego, y Bernardo Silva. Y es que la tradicional apuesta 'sky blue' por el juego de posesión brillaba por su ausencia, inquietando al hiperactivo Guardiola en la banda. No es que el Inter generase excesivo peligro, más allá de un remate muy lejano de Brozovic, pero logró reducir a la mínima expresión las muchas virtudes del City.

Un partido complicado

Casi media hora le costó al campeón inglés carburar en la medular, pero una gran combinación entre Rodri, Gündogan y De Bruyne, los tres tenores del centro del campo, generó a Haaland el espacio necesario para fabricar un zurdazo y examinar los reflejos de Onana. El partido ya estaba en el terrero inglés, con el Inter varios metros por detrás de lo establecido en el inicio.

Parecía que el City había encontrado finalmente la combinación de la final cuando De Bruyne comenzó a dar muestras de sufrir un problema muscular. El belga forzó, consciente de la dimensión del partido, pero se rindió finalmente a la evidencia dejando su lugar en el campo a Phil Foden. Baja muy sensible para Guardiola, que no terminaba de tomar la temperatura a su cuarta final de Champions. Con Stones como comodín, fue variando su dibujo táctico aunque alcanzó el descanso otra vez inmerso en un mar de dudas fruto del gran trabajo colectivo del Inter.

Tampoco el receso le dio al City la claridad de ideas para desarbolar el excelente entramado táctico del Inter. Pasaban los minutos, redoblando el ánimo del conjunto italiano y desesperando a un equipo que llegaba a la final después de una exhibición contra el Madrid pero que comenzaba a sentir el sudor frío del miedo a dejar escapar otra excelente ocasión para conquistar la ansiada 'orejona'. Mientras, el conjunto lombardo esperaba su oportunidad, que pudo llegar en una falta de entendimiento entre Bernardo Silva y Akanji que solucionó Ederson ante Lautaro.

El desgaste acumulado redujo la rigidez del partido, que dejó paso al ida y vuelta. Le convenía menos este escenario al Inter y el City aprovechó los espacios para desbordar por el flanco derecho con Bernardo Silva y golpear de forma inmisericorde a través de Rodri, que puso el ojo y luego la bala en la red italiana tras el pase atrás del portugués.

Con apenas 20 minutos de juego por delante el golpe era de una contundencia difícilmente reversible, aunque el Inter reaccionó con orgullo y pudo encontrar el empate en un doble cabezazo de Dimarco que primero rechazó el larguero y luego el cuerpo de su propio compañero Lukaku. Fue el claro signo de que esta vez la fortuna acompañaba al City.

Inzhagi cambió su esquema a defensa de cuatro para quemar las naves y Guardiola se protegió con Walker en lugar del polifacético Stones, lo que no impidió que otra vez la suerte abandonase a Lukaku en un testarazo a bocajarro que Ederson sacó con el pie. Hasta el último minuto lo intentó el corajudo Inter, con otro cabezazo de Gosens al primer palo que Ederson alejó junto con los fantasmas del City. Siete años después, el trabajo de Guardiola está completo. Ha acumulado cinco títulos de la Premier League y ha demostrado ser casi imbatible en la regularidad hasta ganarse a pulso su primera Liga de Campeones y tocar el cielo, más celeste que nunca.

La ficha

Manchester City 1-0 Inter

Manchester City: Ederson, Akanji, Rúben Dias, Aké, Stones (Walker, min. 82), Rodri, Bernardo Silva, De Bruyne (Foden, min. 36), Gündogan, Grealish y Haaland.

Inter de Milán: Onana, Darmian (D'Ambrosio, min. 84), Acerbi, Bastoni (Gosens, min. 76), Dumfries (Belanova, min. 76), Barella, Brozovic, Çalhanoglu (Mkhitaryan, min. 84) Dimarco, Lautaro Martínez y Dzeko (Lukaku, min. 57).

Gol: 1-0: min. 68, Rodri.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a Barella, Lukaku, Haaland, Onana, Ederson e Inzhagi.

Incidencias: Final de la Liga de Campeones 2022-23, disputada en el Olímpico Atatürk de Estambul. 66.000 espectadores.

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