Las once claves de la liga de Primera División

El cerrojazo culé, la irregularidad del Real Madrid, la doble cara del Atlético o las incesantes polémicas arbitrales explican un campeonato zarandeado por el Mundial de Catar.

Partido de liga entre el Celta de Vigo y el FC Barcelona.
Partido de liga entre el Celta de Vigo y el FC Barcelona.
MIGUEL VIDAL

La temporada 2022-23 bajó la persiana el domingo en Primera División con el FC Barcelona como gran triunfador de un campeonato que estuvo marcado por la solidez azulgrana, la irregularidad del Real Madrid, un largo parón por el Mundial de Catar que alteró dinámicas, las incesantes polémicas arbitrales, el adiós de figuras señeras y la irrupción de nuevos talentos destinados a protagonizar los cursos venideros. Estas once claves resumen el torneo.

1. El cerrojazo culé

Xavi Hernández basó el rearme del FC Barcelona en la fortaleza defensiva de un equipo que solo encajó nueve goles en las treinta primeras jornadas. Un registro asombroso que permitió a los azulgranas certificar el título con cuatro fechas de antelación. Los fichajes de Christensen y Koundé, junto al liderazgo de Araujo, resultaron determinantes para que el técnico catalán edificase un muro en torno a la portería de Ter Stegen, con todo el principal artífice del éxito. El guardameta alemán abrochó su primer Trofeo Zamora con 18 tantos encajados en 37 partidos (0,48 por duelo) e igualó la plusmarca de 26 porterías a cero que fijó el deportivista Francisco Liaño en la temporada 1993-94.

2. Un Real Madrid estrábico y exangüe

El defenso r del título arrancó la temporada como un tiro, cosechando 30 de los 33 primeros puntos en liza, pero levantó el pie justo antes de que el campeonato se detuviese en noviembre por la Copa del Mundo y entregó en la jornada 13 al Barça un liderato que ya no recuperó. Los blancos enterraron el hacha de guerra a raíz de la derrota en el clásico disputado a mediados de marzo en el Camp Nou y concentraron sus fuerzas en la Champions. La endeblez defensiva, con 36 goles encajados, y el descenso en las prestaciones de Benzema fueron sus principales lastres.

3. El parón mundialista

En los albores del curso existía un sentir prácticamente unánime: la ubicación del Mundial en plena temporada adentraba a los clubes en terreno resbaladizo. La Copa del Mundo paralizó el campeonato de Primera División durante mes y medio, ejerciendo como freno para algunas escuadras que pisaron a fondo durante el primer tercio del torneo y sirviendo como catapulta para otras que aprovecharon la interrupción para hacer borrón y cuenta nueva. Especular qué hubiera sucedido de no mediar ese brusco descanso pertenece a la esfera de la ciencia-ficción, pero tuvo un efecto indudable que escenifica especialmente la tropa comandada por Diego Pablo Simeone.

4. Las dos caras del Atlético

El ruido de sables atronaba en el Metropolitano cuando los rojiblancos alcanzaron en noviembre la larguísima pausa liguera. La derrota frente al Mallorca en Son Moix selló el paso de los colchoneros por la meta volante en quinta posición de la tabla, a 13 puntos del FC Barcelona y a 11 del Real Madrid. Siete escuálidas victorias en las catorce primeras jornadas discutían como nunca la continuidad de un Simeone maniatado por el tira y afloja que sostenía la cúpula del club con el Barça por Griezmann. La resolución del culebrón a comienzos de octubre despejó de nubarrones el trabajo del técnico y liberó al Principito, cuya formidable actuación en el Mundial tuvo correlato en la Liga. El paso al frente del atacante desencadenó la escalada de un Atlético que sumó 53 puntos tras el Mundial, una cifra que le hubiera proclamado campeón de un hipotético Torneo Clausura que comprendiese el tramo de campeonato disputado desde entonces.

5. La resurrección del Sevilla

Si el Mundial marcó un antes y un después para el Atlético, el punto de inflexión para el Sevilla lo generó la llegada al banquillo de José Luis Mendilibar. El técnico de Zaldíbar cogió a un equipo muerto que frisaba el descenso tras la vigesimosexta jornada y lo electrificó, hasta el punto de que los blanquirrojos cierran el curso con la cabeza muy alta. Cuesta encontrar precedentes de un impacto tan exitoso en el devenir de una escuadra como el que ha tenido el vasco sobre el Sevilla, desorientado con Julen Lopetegui y definitivamente perdido con Jorge Sampaoli.

6. Cambio de guardia

El testigo ha pasado de manos en FC Barcelona y Real Madrid. Los dos transatlánticos del fútbol español han dejado de depender de los últimos coletazos de un puñado de veteranos para depositar el liderazgo sobre las piernas de un manojo de jóvenes sobradamente preparados. Araujo, Pedri y Gavi lideran el presente azulgrana pese a los goles de Lewandowski, mientras que Vinicius, Rodrygo, Valverde y Camavinga tiran del carro en un Real Madrid que supo adelantarse al último baile de Benzema.

7. La rebelión de los modestos

En un fútbol cada vez más subyugado por la chequera, resulta vivificante encontrar equipos que logran abrirse paso contrarrestando su limitación de recursos económicos con trabajo ingente e ilusión máxima. Osasuna y Mallorca encabezaron la insurrección de las clases bajas en una campaña en la que también brilló el ascendido Girona y el Rayo Vallecano de Andoni Iraola.

8. Patricios venidos a menos

El Valencia ocupa la cuarta posición en la clasificación histórica de la Liga atendiendo al número de puntos recolectados desde que el campeonato echó a andar en la segunda década del siglo XX y el Espanyol es séptimo. Sin embargo, ambos clubes, víctimas de una gestión catastrófica, vivieron otra temporada para olvidar. Los del murciélago salvaron la cabeza sobre la bocina, pero los pericos regresaron al pozo de Segunda dos años después, estableciendo una nueva advertencia para todas aquellas entidades desnaturalizadas y sometidas a la tiranía de dueños a los que el fútbol les importa un bledo.

9. El adiós de los viejos rockeros

Joaquín colgó las botas el domingo en su amado Benito Villamarín, tras igualar el récord de 622 partidos en Primera División que fijó más de dos décadas atrás Andoni Zubizarreta. El portuense deja huérfana de su duende y afable carácter a una Liga que también se despidió de Sergio Busquets y Jordi Alba, los dos últimos supervivientes del mejor Barça de la historia después de que Gerard Piqué, disgustado por su falta de minutos, optase por retirarse el pasado mes de noviembre. El mediocentro de Badia del Vallès y el lateral de L'Hospitalet de Llobregat apuntan a un retiro dorado en Arabia Saudí, precisamente el destino escogido por Karim Benzema para cerrar una carrera que le ha convertido en una de las mayores leyendas del Real Madrid. Después de pasar catorce campañas subyugando a los aficionados españoles con su fútbol de etiqueta, el lionés abrazará los petrodólares de la monarquía wahabita para convertirse en uno de los grandes reclamos de la candidatura saudí al Mundial de 2030, al que también opta España junto a Portugal y Marruecos.

10. Las revelaciones

Unos que se van y otros que ya han llegado. Gabri Veiga y Arnau Martínez protagonizaron dos de las apariciones más deslumbrantes en un torneo en el que la carestía de recursos económicos y el 'fair-play' financiero obligaron a los clubes a tirar de la cantera. El centrocampista gallego y el lateral catalán están en la órbita de la selección española y suenan para grandes de Europa. Balde, Taty Castellanos, Javi Guerra, Rodrigo Riquelme, Nico Williams, Abde, Nico Jackson o Fresneda garantizaron el relevo generacional en una Liga que también asistió a la eclosión definitiva de Samu Chukwueze, entre otros.

11. Un VAR que no convence a nadie

En su quinta temporada de aplicación en España, el VAR tampoco sumó adeptos. Jornada sí y jornada también, el campeonato se vio zarandeado por polémicas permanentes a causa de los veleidosos criterios arbitrales y una tecnología que ayuda, pero que también confunde. Repeticiones a cámara lenta que tornan en criminales entradas sin mala fe, penaltitos que se sancionan o no según sopla el viento, fueras de juego por el pelo de una gamba que pervierten el espíritu de la norma y la ausencia de una tecnología de gol que restaría líos adicionales al módico precio de cuatro millones de euros sirvieron como carnaza y embarraron aún más el torneo.

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