Vivir sobre una tabla: los aragoneses surfean en Zarauz
Las olas de esta localidad del País Vasco, una de las más cercanas a nuestra comunidad para practicar este deporte, reciben cada año a surfistas de todo el mundo.
Año tras año son muchos los aragoneses que viajan hasta Zarauz, en el País Vasco, para practicar este deporte que llegó a España en la década de los años 60. En concreto a Cádiz, Asturias, Cantabria y a esta zona, la más cercana para los amantes del surf de la comunidad aragonesa y punto de encuentro de surferos de todo el mundo temporada tras temporada.
Tanto es así que son muchos los aragoneses que cuentan con éste como uno de sus destinos de ocio predilectos. Incluso otros, como la zaragozana Leire Gascón (31), vecina del barrio del Actur, decidieron empezar aquí una nueva vida. Hace cuatro años cambió el asfalto y el cierzo de la ciudad por las olas de la playa más larga del País Vasco. Actualmente intercala sus temporadas de trabajo en la nieve, en el Pirineo aragonés, con las del mar, en Zarauz, donde trabaja en Pukas Surf Shop. “Esta va a ser mi quinta temporada aquí. En la tienda vendemos material especializado y ropa, y fabricamos nuestras propias tablas, que se venden en todo el mundo”, destaca la joven.
Pero, ¿cómo surge mudarse a una de las cunas del surf del país? En su caso, era un sueño que tenía desde niña: “Siempre había soñado con estar cerca del mar y de las olas. Desde pequeña veía vídeos de Aritz Aranburu, un surfista local y el único en llegar al circuito mundial, pero nunca lo había practicado”. Fue tras apuntarse a su primer curso cuando supo que quería vivir sobre una tabla. “Tuve que engañar a mi padre, pero descubrí que esto era lo que quería”, reconoce.
La zaragozana asegura que, año tras año, son muchos los aragoneses que se dejan ver por la localidad vasca que cuenta con una decena de escuelas de surf para principiantes. La primera abrió sus puertas en 1991. “Las redes sociales han potenciado mucho este deporte y cada vez son más los aragoneses que llegan hasta aquí. En Aragón no tenemos costa, y Euskadi siempre es un destino idílico”, admite.
A escasos metros de la playa encontramos una de las principales escuelas de la zona, Zarauz Surf House, un negocio familiar que abrió sus puertas hace un año de la mano de Luisa Petit Garcia (56) y su hija Marie Rondeau (25), actualmente directora del negocio ubicado en un pueblo de 22.000 habitantes. “Si sabes surfear, la mejor época va de septiembre a marzo, aunque para principiantes es mejor el verano, pues son olas más pequeñitas. Aquí se puede disfrutar de una jornada de surf durante todo el año”, explica.
Y aunque confirma que hace unos años no era tan habitual, asegura que “cada vez vienen más personas de Aragón a practicar este deporte. Es la playa más cercana que hay con olas, y siempre se lo pasan genial. Muchos repiten cada año. La semana pasada tuvimos un grupo de seis personas de Aragón y esta vez hemos tenido un par de chicas”, añade.
Una historia de cine…
En el sótano de la escuela encontramos varios neoprenos de todos los tamaños apilados frente a la zona de duchas, y tablas de todo tipo. Predominan las de principiante. Hodei Gómez (26) es el director de la escuela de Surf y quien recibe a los legos en tablas y olas, además de un experto en este deporte. “En 1957, un grupo de estadounidenses vino a Pamplona a rodar la película ‘The Sun Also Rises’, entre ellos el guionista Viertel, que decidió importar clandestinamente alguna de sus tablas y probar las olas de la playa de Biarritz”, relata.
Entre las alumnas aragonesas que se han apuntado a la escuela esta semana encontramos a Reyes Aguarón (32) que ha venido a probar por primera vez con una amiga. “Llevábamos tiempo pensándolo y dijimos ¿ por qué no? Está cerca de Zaragoza en coche, nos pareció una buena alternativa y era puente, así que no nos lo pensamos”, explica. ¿Lo más divertido? El reto que supone mantenerse en pie. “Ha sido muy entretenido y algo completamente diferente”, reivindica.
El zaragozano Javier Salazar (36) hace tiempo que surfea, y siempre, por el norte de España: “Es lo que más cerca tenemos los maños”. Una vez al año se desplaza a Asturias, su lugar predilecto; aunque también ha visitado Zarauz en un par de ocasiones, la última en autocaravana. “Empecé en 2015 porque me gustaba mucho verlo. Un año decidí probar, y me enganchó. Es un deporte muy complicado, pero tiene muchas cosas”, reconoce. De hecho, recuerda que la última vez que viajó a Zarauz surfeó olas de más de dos metros de altura: “Impone mucho, pero es muy divertido. La sensación de velocidad, de subirse encima de la ola, es muy bonito”.
