El músculo de la España vacía
La final de Copa del Rey de voleibol entre el Pamesa Teruel y el Río Duero Soria ejemplifica la lucha de provincias pequeñas por un hueco en la élite del deporte.
Teruel y Soria luchan en la final para llevarse a su tierra la Copa del Rey. En deportes como el fútbol o el baloncesto, este titular sería inviable. Sin embargo, este domingo sí se pudo vivir en voleibol, donde el Pamesa Teruel y el Río Duero Soria son dos de las grandes potencias en España. Dos de los más claros exponentes de la España vacía, frente a frente por un título nacional en el cuarto deporte colectivo del país por número de licencias federativas.
La final del domingo fue todo un ejemplo de la lucha que emprenden las ciudades y las provincias más pequeñas para poder asomar la cabeza en el deporte de élite. El fútbol es, generalmente, inalcanzable para ellas. En Primera División, Almería es a día de hoy la única capital de provincia con relativos problemas de despoblación que aguanta. En la ACB, quizá el Breogán de Lugo podría enarbolar esa bandera. Sin embargo, está claro que son las grandes capitales las que se llevan todos los focos tanto en el fútbol (Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao, Sevilla...) como en el baloncesto (Real Madrid, Barcelona, Valencia Basket, Unicaja Málaga...).
En otros deportes, capitales y ciudades –incluso pueblos– más pequeños tratan de abrirse un hueco. El balonmano es un buen ejemplo. En la liga Asobal, el Cuenca es el tercer clasificado, y varias ciudades y provincias con problemas de despoblación como León, Puente Genil, Huesca o Guadalajara tienen equipo. También lo tienen Torrelavega, Irún, Logroño, Pontevedra, Cangas de Onís, Benidorm... De las grandes capitales, solo Barcelona cuenta con un equipo en la élite del balonmano español.
En el fútbol sala también se da una situación similar. Jaén es el tercer clasificado en una Primera División que cuenta también con el Murcia, el Cartagena, el Valdepeñas y el Manzanares (ambos de Ciudad Real), el Noia de La Coruña, el Antequera y el Ribera Navarra de Tudela.
En la Superliga de voleibol están los citados casos del Pamesa Teruel y el Río Duero Soria, a los que se pueden sumar localidades pequeñas que también disfrutan de un equipo en la máxima categoría como Melilla, Lugo, Manacor o Boiro, en La Coruña. Lo característico de este deporte es que, además, los equipos de Teruel, Soria y Almería han sido los grandes dominadores, ya que han ganado 22 de las últimas 27 ediciones de liga. Los ‘Real Madrid’, ‘Barcelona’ y ‘Atlético de Madrid’ del voleibol son tres capitales que de provincia no están entre las 20 más pobladas de España –de hecho, Teruel y Soria son las más pequeñas del país–.
El ejemplo de Teruel
En el caso del Club Voleibol Teruel, el éxito de esta Copa del Rey no es ni mucho menos nuevo. La capital de provincia más pequeña de España puede presumir de tener 22 títulos nacionales y 14 participaciones en competiciones europeas. ¿Cómo llegó a eso? El presidente del club, Carlos Ranera, explica que en la ciudad había una buena base "gracias al trabajo que se hacía en el colegio Las Viñas y en el instituto Vega del Turia", donde se potenciaba la práctica del voley. Para que los chicos pudieran seguir jugando en edad juvenil o senior, se creó un club que empezó a mover este deporte en la ciudad.
Sin embargo, la clave fue "la entrada de la CAI como patrocinador en 2004". Gracias a su apoyo, al de las instituciones y otros patrocinadores, se pudo subir a la máxima categoría y empezar a trazar el camino de éxitos ya conocido. Ranera dice que la despoblación también se nota en el deporte, ya que "casi todo se concentra en el litoral mediterráneo y en unas cuantas ciudades grandes", mientras que el resto deben "trabajar mucho" para poder abrirse un hueco.
"Tanto en el fútbol como en la ACB los clubes son sociedades anónimas deportivas, y en balonmano llevan el mismo camino. Nosotros somos clubes o sociedades sin ánimo de lucro, ya que esto nos cuesta tiempo y generalmente dinero", reflexiona.
La despoblación les afecta en cosas como que "al no tener ningún aeropuerto cerca ni un tren de alta velocidad, los viajes se alargan y se encarecen". Ellos tienen que viajar a lugares como Las Palmas de Gran Canaria, Melilla, Manacor o Palma, por lo que no tienen más remedio que ir hasta Madrid en autobús y conectar desde Barajas con su destino.
Además, la despoblación también les afecta en el trabajo que hacen con la cantera: "Es duro porque muchas veces cuando dan el salto, se van de Teruel para estudiar fuera, así que pierden el nivel de los entrenamientos o empiezan a jugar con otros clubes", señala el presidente del Club Voleibol Teruel.
