El equipo de Gerard Piqué

Gerard Piqué (izda.), en el acto de compra del FC Andorra en diciembre de 2018, hace cuatro años.
Gerard Piqué (izda.), en el acto de compra del FC Andorra en diciembre de 2018, hace cuatro años.
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Para bien, mejor o peor, el Andorra frente al que esta tarde juega el Real Zaragoza es el equipo propiedad de Gerard Piqué, quien fuera admirable jugador del Barça, de la España campeona del Mundo y Europa, del Manchester United y del propio Real Zaragoza, y es, asimismo, un océano insondable en negocios y personalidad. 

Este Andorra de Piqué, hoy rival de algún modo normalizado en la Liga, podríamos decir -en términos convencionales- que, sin embargo, tiene el aspecto del permitido pelotazo que favorece el régimen por el que se ordena actualmente nuestro fútbol. 

Un equipo tomado abajo, sin el peso de la historia y las deudas, puede ascender casi tanto, tanto, como un globo: lo que le permitan la gestión, el buen hacer, la perspicacia, el acierto, la suerte, su padrino... 

No así el Real Zaragoza, el Sporting de Gijón, el Tenerife, Las Palmas o incluso el Málaga, por las razones que aquí bien sabemos. Son históricos condenados a pasar por sus respectivas travesías del desierto: concursos de acreedores, incertidumbres societarias de primer orden o entradas de capital extranjero en entidades con una raigambre social y cultural extraordinarias, de las que realmente crean valor en los afamados derechos de televisión, y que luego se reparten como se reparten. 

En cierto modo, se enfrentan hoy dos modelos de club muy distintos, aunque convivan y jueguen en la misma Liga. 

Por alguna razón, como es evidente, nunca ha disputado el Real Zaragoza un partido oficial en el campo donde esta tarde se empleará: el Nacional de Andorra La Vella. 

Quizá como deriva de aquello que le sucede a su propietario, el Andorra se ha parado en las últimas semanas. Al menos, ha decaído en su correcto funcionamiento. Después de una brillante primera vuelta, de fútbol pulido, se ha arrugado en resultados, hasta el punto de que su entrenador, Eder Sarabia, explotó en rueda de prensa. 

A Piqué -como decimos-, en las últimas semanas, se le ha parado el Andorra, la Federación Internacional de Tenis (ITF)  ha demandado  la sociedad Kosmos Piqué un dineral (40 millones de euros por edición) por la Copa Davis y ambas partes han roto la colaboración, su Kings League (al lado de Ibai Llanos) ha recibido algún recado de la Liga, de su presidente, Javier Tebas, y la Supercopa de España le sigue dando males de distinto orden, por las comisiones conocidas o por las cuantías que han recibido Betis y Valencia, juzgadas escasas en relación a otros equipos, como Real Madrid y Barcelona, y a otros parámetros. 

Acaso algo de esto también juegue en el Andorra. Simplemente, porque los problemas de arriba suelen llegar abajo.

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