La apertura de las estaciones de esquí de Astún y Candanchú, con su dominio conjunto de 100K, y Formigal-Panticosa este sábado 3 de diciembre supone el momento más esperado para aquellos aficionados que han aguardado este inicio desde el pasado mes de abril con la esperanza, finalmente fundada, de que la caída de nieve permitiese no demorar el regreso a las pistas. También se abre una oportunidad para aquellos que se calzarán unos esquís por primera vez y que pueden comenzar por su cuenta o, de manera más recomendable, con el respaldo de un profesor de los que ofrecen todos los centros invernales. Estos son algunos consejos a tener en cuenta.

Una actividad física adaptable a todo el mundo

Conlleva una serie de excelentes beneficios para el organismo, como el aumento de energía y la fuerza, las habilidades psicomotrices y el fortalecimiento de huesos, articulaciones y músculos. Que la práctica sea al aire libre también fomenta el bienestar mental y ayuda a combatir el estrés. Los debutantes deben hacerlo poco a poco y sin descuidar ninguna precaución, y las pistas están clasificadas y adaptadas a todos los niveles. El principal ingrediente es el entusiasmo.

El calentamiento evita males mayores

Calentar antes de deslizarse por la pista permite activar la movilidad del cuerpo para evitar lesiones, caídas u otros incidentes. Conviene comenzar empezar en seco activando la movilidad articular de piernas, brazos, hombros y tronco con ejercicios específicos para después hacer las primeras bajadas de forma suave en pistas de poca pendiente.

Las estaciones disponen de profesores para todos los niveles

Para las primeras veces resulta recomendable la ayuda de un profesional. Un entrenador que adapte las técnicas al ritmo del alumno, le asesore para evitar correr riesgos innecesarios, le enseñe las bases y la técnica del deporte y le oriente sobre lo que hay que saber sobre las pistas y la montaña. El grupo Aramón ofrece el programa ‘Aprende a esquiar’ con recursos gratuitos para reforzar el aprendizaje.

Cuidado con los problemas de salud y las lesiones

El esquí se puede considerar un deporte de riesgo por las velocidades que se alcanzan. A ello se suman el frío, el viento y la nieve. Conforme se cumplen años las articulaciones se vuelven más sensibles y se debilitan y los huesos adquieren mayor fragilidad. Los especialistas recomiendan someterse a un reconocimiento médico si se va a empezar a esquiar en la madurez para tener una valoración de la fuerza física y potencia muscular.

Los materiales no son tan caros

Existe una horquilla tan amplia en el mercado de materiales (esquís, botas, bastones, prensas de abrigo, gafas de sol…) que los precios se encuentran al alcance de todos los bolsillos. Unos productos de mediana calidad para empezar estarán bien. Además, no hay que dejarse engañar por el (posible) mal tiempo. Uno de los elementos fundamentales es la crema solar para evitar el riesgo de quemarse con los rayos del sol que se reflejan en la nieve a gran altura, lo que hace que la radiación recibida sea mayor.