ciclismo
Huesca y Tarbes unidas a base de pedaladas
Más de una treintena de ciclistas oscenses recuperaron el sábado dos años después la marcha cicloturista que une a la capital oscense con la ciudad francesa.
No se pudo celebrar en 2020 y 2021, pero el sábado pasado se logró recuperar no sin dificultad ante la ausencia de la representación francesa. La Marcha Cicloturista Huesca-Tarbes alcanzó su 17ª edición con 35 ciclistas oscenses cubriendo los 209 kilómetros que distan entre la capital oscense y la ciudad gala con la que se encuentra hermanada desde 1964. La tradición dicta que cada año se cambia la dirección y en esta ocasión tocó pedalear hacia el norte.
Sebastián Oliván, gran impulsor de la cita, se mostró muy satisfecho por la recuperación de la actividad. "Este evento celebró su primera edición hace más de dos décadas y nunca he perdido la ilusión por disfrutarla. Esta edición ha supuesto un esfuerzo mayor a nivel organizativo al no contar con la participación francesa, pero todo ha ido sobre ruedas, la climatología ha sido envidiable y hemos disfrutado del recorrido como nunca”, valoró poniendo el acento “en el ambiente increíble” de unos participantes que pusieron “todo su esfuerzo por completarla”.
El pelotón partió desde el Palacio de Congresos de Huesca para ascender por los puertos de Monrepós y Portalet, donde se realizó una parada para descansar antes de afrontar la segunda parte del recorrido. El objetivo de la marcha es completar el recorrido sin importar el tiempo o quién llega antes y por ello lo que se trata es de rodar en grupos. Sobre las 19.00 y tras más de ocho horas sobre las dos ruedas, los ciclistas entraron en Tarbes para callejear hasta su ayuntamiento, donde se tomaron la tradicional fotografía con las banderas de Francia y España.
La primera edición de la marcha data de 2002 cuando se puso en marcha gracias a la colaboración de los ayuntamientos de ambas localidades. En 2003 dejó de realizarse y tres años después volvió al calendario gracias al empeño de dos socios de CC Oscense, Manolo Lacarte y Sebastián Oliván.
