deportes de inverno

Fallece Eduardo Roldán, ex director de Candanchú y figura clave de la nieve en Aragón y España

El deceso se ha producido esta tarde, en la Clínica Universitaria de Navarra, en Pamplona, donde llevaba ingresado desde hace más de un mes

Eduardo Roldán, junto a un esquiador, en Sochi
Eduardo Roldán, junto a un esquiador, en Sochi
Archivo RFEDI

Este viernes por la tarde falleció en la Clínica Universitaria de Pamplona, a los 83 años, Eduardo Roldán, quien fuera director y gerente de la estación de esquí de Candanchú desde principio de los años 70 hasta que se vendió el centro invernal a los actuales accionista, en el año 2015.

Ingresado este verano en el citado centro hospitalario a causa de unos problemas de cadera, derivados, a su vez, de una enfermedad degenerativa, según fuentes consultadas por este periódico, Roldán no ha podido superar las diversas complicaciones que luego se han ido presentando. Durante el último mes, su estado de salud fue muy delicado, hasta que esta tarde se ha producido el deceso. 

Como director y gerente de Candanchú, Eduardo Roldán vivió en primera persona toda la transformación que ha experimentado este deporte, que de ser practicado por una minoría en nuestro país ha llegado a convertirse en una práctica seguida por millones de aficionados. 

Impulsó, asimismo, la formación del profesorado y fue director de la Escuela Española de Esquí, tanto del centro de Candanchú como a nivel nacional. Apasionado de un estilo muy técnico y clásico, fue perfeccionista a la hora de marcar niveles de exigencia entre los profesores que fue formando a lo largo de su dilatada trayectoria. 

Natural de San Sebastián, Eduardo Roldán llegó al Pirineo aragonés a finales de los años 60, procurando siempre el desarrollo de los deportes de nieve en Aragón y en España, siendo, igualmente, una persona convencida de las posibilidades olímpicas de nuestro territorio. 

Se involucró, en este sentido, en varios de los proyectos de Jaca (sobre todo en la  candidatura de Jaca 98) y trabajó con las mismas convicciones por dar acogida a la Universiada, como finalmente resultó. 

Hasta principios de este verano, Eduardo Roldán llevó adelante su vida ordinaria con perfecta normalidad. Era una persona habitual en Jaca, si bien su residencia estaba fijada en Candanchú, a donde se sentía especialmente vinculado. 

Entre los empresarios del Valle del Aragón se extiende un profundo sentido de reconocimiento y gratitud hacia su persona, por cuanto también se esforzó en mejorar la economía de esta zona del Pirineo a través del desarrollo turístico, comportándose Candanchú y los deportes de nieve como fenomenal palanca. 

Su relación estrecha con el Rey emérito, con don Juan Carlos I, del que era amigo íntimo, contribuyó de igual manera a la promoción del centro invernal, de Candanchú, como de esta parte del Pirineo.     

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