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Babacar Seck, el vigilante de seguridad que manda en el tatami

El karateca aragonés acaba de conseguir la medalla de oro en los Juegos Mundiales de Estados Unidos. Es 13 veces campeón de España y bronce en el último Mundial.

Babacar Seck, en el centro, durante la ceremonia de medallas en los Juegos Mundiales.
Babacar Seck, en el centro, durante la ceremonia de medallas en los Juegos Mundiales.
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Babacar Seck es un hombre feliz. Después de proclamarse campeón de kárate en los últimos Juegos Mundiales de Estados Unidos, el aragonés saborea la medalla de oro que cosechó tras derrotar en la final de +84 kilos al croata Andjelo Kvesic. “Me encontré muy bien durante todo el campeonato. Tenía muchas ganas y mentalmente me sentí muy bien. Esta victoria se la dediqué a mi primo porque falleció su padre y veníamos de unos días muy duros, fue un golpe muy fuerte para todos nosotros”, confiesa Seck.

El karateca regresó a Zaragoza el pasado lunes, después de un largo viaje que llegó de forma inesperada. Inicialmente, Seck no había conseguido el billete para ser uno de los ocho deportistas que iban a competir en los Juegos Mundiales. Sin embargo, la lesión de un rival dio al aragonés el acceso para el torneo.

“Me lo dijeron a última hora, cuando volví de los Juegos Mediterráneos. El pasar de estar fuera a ganar la medalla de oro hace que sea todavía más especial. Me encuentro muy bien y estoy muy contento por todo el trabajo que vengo realizando”, afirma con convicción.

"No tengo ayudas ni becas de ningún tipo para dedicarme al deporte"

Una preparación muy condicionada por la delicada situación que atraviesa el kárate, una disciplina que en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024 dejará de ser olímpica. Esta modificación hace que deportistas como Seck, un “enamorado” del kárate, no perciba ningún tipo de ayuda. “No tengo ninguna beca ni ayuda que me facilite dedicarme al deporte. Si en esta situación, sin entrenar casi nada, he ganado los Juegos Mundiales, imagínate si me dedicara a eso. No percibo ayudas para centrarme en lo que de verdad me gusta”, lamenta el deportista.

Una inestabilidad económica que, a sus 24 años, le ha obligado a acceder al mercado laboral y dejar a un lado su rutina como karateca. “Trabajo todas las tardes como vigilante de seguridad de 17.30 a 1.30 de la madrugada. A lo que llego a casa son las 2.00… Entre que cenas o miras un poco el móvil, muchas veces no me da la vida para entrenar o para prepararme como debería. En estas circunstancias es todavía más complicado”, reconoce.

Un objetivo ambicioso

Pero, a pesar de las dificultades, Babacar no pierde la ambición. Los 13 títulos de campeón de España, el bronce en el último Mundial y las medallas conseguidas en la Liga Mundial le permiten soñar con seguir acrecentando su palmarés. En el horizonte, dos objetivos: por un lado, el Campeonato de Europa de kárate que se disputará el próximo año en Guadalajara. Pocos meses después, llegará el Campeonato del Mundo, donde Seck asistirá con el deseo de conseguir el título de campeón.

“A pesar de que no puedo entrenar mucho, tengo ganas de que lleguen esas competiciones. Voy a darlo todo”, señala el aragonés. A partir de ahí, el futuro y, sobre todo, las estrecheces económicas dictarán sentencia sobre su continuidad en esta disciplina.

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