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El ciclismo adaptado aragonés rueda al más alto nivel

Eduardo Santas es el deportista con mejor palmarés y Juan Alberto Jiménez, una joven promesa que con 24 años ya ha sido tres veces campeón de España.

Los componentes de la selección aragonesa de ciclismo adaptado en la pasada cita de Valencia.
Los componentes de la selección aragonesa de ciclismo adaptado en la pasada cita de Valencia.
Heraldo

Los deportistas aragoneses que compiten en ciclismo adaptado están rodando al más alto nivel y plantan cara a sus rivales tanto en el panorama nacional como internacional. La última competición celebrada ha sido el Campeonato de España de Valencia y Torrent, de principios de mes, donde la selección aragonesa volvió a casa con dos medallas de plata y tres maillot de campeón de España. El equipo lo integran tres handbikes, que son Diego Ballesteros, quien subió al podio para recoger la medalla de plata en contrarreloj y en ruta; Alejandro Gastón, campeón de España de crono y también en ruta; y Sergio Pamplona (séptimo puesto en ruta). El cuarto integrante es Juan Alberto Jiménez, que corre en bici y se hizo con el maillot de campeón de España de contrarreloj. Esta joven promesa tiene 24 años y ya ostenta una medalla de plata en la copa del mundo de Elzach (Alemania 2022) y es triple campeón de España (entre 2021 y 2022) en la categoría C4 de bicicletas.

Por su parte, Eduardo Santas, que es de Tarazona pero compite con la Federación de Navarra, se hizo con el oro tanto en la carrera de fondo en carretera de ruta como en la contrarreloj individual. Con estos logros Santas engrosa su palmarés, el mejor de Aragón en ciclismo adaptado. Tiene 38 oros en campeonatos de España, 16 medallas en mundiales (alguna de oro y la mayoría de bronce), una medalla en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y dos cuartos puestos en los de Tokio 2020. Actualmente está quinto en el raquin mundial en su categoría y su próximo reto competitivo será en agosto en Canadá, donde se disputa la última manga de la Copa del Mundo en la modalidad de carretera.

Santas compite en ciclismo adaptado desde 2011. A los cuatro años una varicela le ocasionó una hemiplejia, dejando el lado derecho de su cuerpo paralizado. “Cuando tuve la parálisis en rehabilitación me dijeron que hiciera deporte porque si no, se iba a quedar muy atrofiada la zona. Ahora me dedico al ciclismo profesionalmente y me sirve para estar activo. Las partes muertas no se pueden recuperar pero me puedo mantener tal y como estoy haciendo deporte”, explica. En su bici no necesita ninguna adaptación y lo único que utiliza es una plantilla especial para el pie derecho. Vive en Tarazona y entrena seis días a la semana, entre 3 y 6 horas entre bici y gimnasio. Para prepararse para las pruebas de carretera sale por el Moncayo y para la disciplina de pista se desplaza a Tafalla, donde está el velódromo más cercano.

Juan Alberto Jiménez también se inició en el ciclismo adaptado en 2011 pero en su caso era mucho más joven. Tenía 13 años cuando, sin haber entrenado previamente, subió el Tourmalet en bici. Actualmente compite en la categoría C4 de bicicletas y es el más joven tanto a nivel nacional como internacional. Su discapacidad es congénita, nació con una patología que le obligó a pasar por quirófano con solo un mes de vida y empezó a caminar a los cuatro años. Tiene afectación en ambas rodillas y en la masa muscular de ambos cuádriceps, así como limitaciones en la flexión de ambas rodillas, falta de ligamentos y tendones. También le afecta a los pies, que son cavos y equinos. “Pero todo ello no me impide para nada haber competido con ciclistas sin discapacidad y actualmente en ciclismo adaptado, midiéndome con los mejores ciclistas del mundo”, defiende. Su próxima meta, competir en el mundial de carretera de Canadá con la selección española y, en octubre, llegar al de velódromo cubierto, que se celebra en París.

El “gran problema” de Aragón: unas instalaciones insuficientes

En este deporte, los ciclistas compiten en dos modalidades, carretera y pista (en velódromos). Algunos ruedan en bicicletas normales con o sin adaptaciones (identificados con la letra C), otros en handbike (H), también en tándem (MB) o en triciclo (T). Por otro lado, un clasificador valora al deportista y lo asigna en una categoría según sus capacidades físicas, yendo desde 1 al 5. En la Comunidad esta labor de clasificación la llevan a cabo profesionales de la Federación Aragonesa de Ciclismo (FAC), a donde puede acudir cualquier persona que tenga inquietud por competir en ciclismo adaptado. En este caso, una terapeuta formada como clasificadora tiene una entrevista con el deportista para valorar su estado físico. La clasificación se envía a la Federación Española que la aprueba o no, aunque siempre es algo provisional y que se revisa antes de cada prueba. El objetivo de esto es que los ciclistas compitan al mismo nivel.

Imagen de archivo de una competición de handbikes en Motorland.
Imagen de archivo de una competición de handbikes en Motorland.
Lorenzo Charlez

Dicha entrevista también sirve para, en el caso de querer competir, ayudar al usuario con el asesoramiento sobre el tipo de bici que pueda necesitar o si hicieran falta adaptaciones. Toda esta gestión forma parte de un programa de Ciclismo Inclusivo que, a su vez, se enmarca dentro de uno macro, el de Ciclismo Seguro. Este incluye otra importante iniciativa de la Federación Aragonesa de Ciclismo, que es la construcción de un Velo Parque. “Para prepararse tanto para las carreras de pista como para las de carretera, los ciclistas aragoneses se ven limitados por unas instalaciones que son insuficientes”, explica Luis Antonio Marquina, presidente de la Territorial, en referencia al velódromo de Zaragoza. Actualmente está prácticamente en desuso por su deterioro. Así, como le sucede a Santas, tanto los deportistas de ciclismo adaptado como el resto tienen que desplazarse a las instalaciones de Tafalla para entrenar la disciplina de pista en condiciones. “El colectivo de ciclistas con discapacidad sería uno de los grandes beneficiados de tener un Velo Parque donde habría una pista de ruta, es decir, como una carretera asfaltada donde poder entrenar con seguridad. Podrían guardar allí su bicicleta y no tendrían que transportarla, con las dificultades que esto supone para algunos, y evitando el peligro que es salir a la carretera”, explica Marquina.

En este sentido, el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó en el pleno de mayo una moción presentada por el Grupo Socialista en la que se compromete a estudiar y poner en marcha en proyecto del Velo Parque de la mano de la FAC y el Gobierno de Aragón. “Es un primer paso para que el ciclismo aragonés, adaptado y no adaptado, pueda seguir progresando”, apunta el presidente de la Territorial.

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