quebrantahuesos 2022

Unzué: "Quiero dar sentido al tiempo que esté en este mundo, disfrutar hasta el último día"

El ex futbolista y entrenador (Pamplona, 1967) será homenajeado este viernes en Sabiñánigo durante la víspera de la Quebrantahuesos. En junio de 2020 anunció que sufría ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).

Juan Carlos Unzué, durante uno de los múltiples actos de homenaje que ha recibido en los últimos meses.
Juan Carlos Unzué, durante uno de los múltiples actos de homenaje que ha recibido en los últimos meses.
Jesús Caso (Diario de Navarra)

Juan Carlos Unzué regresa este fin de semana a Aragón. La localidad oscense de Sabiñánigo rendirá este viernes un sentido y cariñoso homenaje a la figura del ex jugador y entrenador de fútbol, de 55 años, en la víspera de la 31ª edición de la Quebrantahuesos. Una cita multitudinaria (reunirá a más de 11.000 cicloturistas) que el navarro conoce muy bien, después de participar hasta en cinco ediciones (2006, 2007, 2008, 2009 y 2011). En junio de 2020, Unzué hizo público que sufría ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una enfermedad incurable y con la esperanza de vida entre 3 y 5 años.

¿Cómo está, Juan Carlos?

A nivel físico, la enfermedad me está afectando a mis extremidades: piernas, brazos y manos. Estoy en un punto que para cualquier cosa que quiera hacer necesito ayuda. Soy dependiente para cosas tan esenciales como vestirme o asearme, algo que no hubiese pensado en mi vida, que con 55 años iba a pedir ayuda.

Su mujer, María, y sus tres hijos, se desviven por ayudarle.

Tengo la gran suerte de tener a mi lado una familia fantástica. Si soy capaz de mantenerme fuerte mentalmente, relativizo la progresión de la enfermedad. Y, si no, voy a conseguir que tenga sentido el tiempo que esté en este mundo. Quiero disfrutar hasta el último día. Yo me sigo sintiendo útil, de una manera muy distinta, pero muy satisfactoria. Mientras tenga fuerza, voy a seguir peleando para que la ELA sea visible y podamos conseguir recursos económicos para su investigación.

¿Tiene ganas de volver a Sabiñánigo?

Estoy con muchas ganas de volver a Aragón porque Sabiñánigo me trae recuerdos inolvidables. El ambiente anterior y posterior a la prueba es maravilloso. Hace ya unos años que participé, pero los recuerdos son inolvidables. Difíciles, por el esfuerzo que supone, pero reconfortantes y de mucha satisfacción cuando llegas a la meta.

¿Qué sintió usted las cinco veces que terminó la Quebrantahuesos?

Participé por primera vez en el 2006, mi primer año cuando empecé a andar en bicicleta de forma continua. Cuando entré en este mundo, lo primero que apareció es ir a la Quebrantahuesos, una prueba muy seguida por muchísima gente a nivel internacional. Superar los más de 200 kilómetros, las subidas y bajadas de los puertos… Como todo en la vida, es ponerse pequeños objetivos para disfrutar del camino. Es también el momento en el que das sentido a todo el esfuerzo que has hecho.

Su lucha por visibilizar esta enfermedad es incansable.

Estoy muy agradecido de que se hayan acordado de mí en Sabiñánigo. La propia organización, sin yo decirles nada, quisieron ayudar a la causa. Me dijeron que querían hacer una donación. Con los eventos que se organizan, yo lo que hago es donar a la asociación de cada comunidad donde se genera ese acto. Tenía ganas de aportar también a Araela (Asociación Aragonesa de Esclerosis Lateral Amiotrófica), la cual preside un buen amigo mío como Jorge Murillo.

"He tenido una vida plena, me siento un privilegiado"

¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Aragón?

A finales de mayo me dieron una sorpresa en Zaragoza. Yo pensaba que iba a una comida con un amigo, pero aparecieron 80 de diferentes ciudades. Lo había organizado todo uno de ellos con la ayuda de mi mujer. Fue uno de estos momentos tan especiales que estoy viviendo como consecuencia de estar diagnosticado de ELA. Es la parte positiva, recibir tanto cariño y tanto respeto.

¿Qué ha significado el ciclismo en su vida?

Antes de ser mi afición en el 2006, en nuestra casa el ciclismo era tan importante como el fútbol. Eusebio, mi hermano mayor, lleva más de 40 años en este mundo. Han sido dos temas muy recurrentes en las conversaciones familiares, muy alegres. Siempre traían a la familia buenos momentos.

Precisamente, su hermano cree que si hubiera sido ciclista hubiera llegado lejos...

No sé si es muy objetivo (ríe). Estoy muy contento por haberme dedicado al fútbol como profesión. El ciclismo tiene un componente de resistencia, algo que yo siempre he tenido. He sido siempre muy perseverante.

La foto de WhatsApp de Juan Carlos Unzué dice así: “A veces, la vida te pone a prueba para ver si eres lo suficientemente fuerte para seguir adelante”.

Está muy relacionada con mi situación. A veces, este tipo de frases las leemos y las interiorizamos, pero nos cuesta actuar en consecuencia. Es así, la vida está llena de momentos fantásticos, pero también de situaciones complicadas. Lo que hay que hacer es normalizarlo.

¿Cómo?

La vida se trata de disfrutar cuando las cosas van bien. Yo he tenido una vida plena, me siento un privilegiado porque he vivido momentos fantásticos gracias a mi profesión y a mi familia. Pero también hay momentos complicados, decepciones, frustraciones… Insisto, tenemos que normalizarlas.

Usted reitera que ha aprendido más en la adversidad que en el éxito.

Te da la posibilidad de revelarte, de sacar tu mejor versión, de superarte… A la gente joven, lo que hago es transmitirle esto, que no crean que si tienen un problema son los únicos que lo tienen. Incluso si es un problema grave, que lo transmitan a alguien, que les será un alivio.

El día que hizo pública su enfermedad dijo sentirse un privilegiado por lo que la vida le había dado.

Y hoy también me siento así. Con una vida plena, estoy viviendo situaciones que, de otra manera, hubiera sido imposible. Eso es impagable. Cualquier situación tiene su lado positivo. Eso sí, hay que buscarlo.

¿Se considera un ejemplo, tal y como asegura su amigo Luis Enrique Martínez?

Soy una persona normal, con mis virtudes y mis defectos. Cuando hablan de ejemplo, se refieren a la situación en la que estoy, con una enfermedad incurable, con esperanza de vida muy corta… Hay que aceptar que la ELA forma parte de mi vida, algo que ya no podía cambiar y que no podía controlar. Si eres capaz de aceptarlo, estás preparado para jugar estas malas cartas de la mejor forma posible.

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