vida activa

Los 10 minutos de oro para empezar a llevar una vida más saludable

La OMS estipula en 150 minutos a la semana la cantidad de actividad física necesaria para ser saludables, pero son divisibles.

El entrenamiento es imprescindible antes de comenzar la actividad física.
Además de hacer deporte hay que evitar periodos sedentarios de más de dos horas.
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Tanto si hemos completado el test para saber cuán activos somos y el resultado no ha sido el esperado, como si tenemos claro que necesitamos empezar a movernos y no sabemos cómo, hay muchos consejos y muchas formas para empezar a llevar una rutina más saludable y activa. Lo importante es entender y diferenciar conceptos, sabiendo que hay que completar unos objetivos semanales de ejercicio físico que deben ir acompañados de costumbres que alejen el sedentarismo. 

Para la gente adulta, la OMS recomienda realizar cada semana al menos 150 minutos de actividad física moderada (la mitad si es actividad física de alta intensidad). De primeras, completar este total puede parecer un reto relativamente importante, pero existe un truco muy sencillo para poder cumplirlo. 

La regla del 10 x 3 x 50

Y es que esos 150 minutos se pueden dividir en sesiones mucho más pequeñas siempre y cuando se superen los 10 minutos de ejercicio continuado, mejor aún si son 15 minutos. Así, empezar a cumplir con las recomendaciones de la OMS sería tan sencillo como incorporar media hora de actividad física moderada durante cinco días a la semana (30 minutos x 5 días = 150 minutos a la semana). Si no se dispone de este tiempo, se pueden acortar los periodos: 15 minutos por la mañana y 15 por la tarde durante cinco días, 22 minutos todos los días de la semana... Jugando con esta posibilidad de fragmentar el tiempo es mucho más fácil conseguir los objetivos que imponerse largas sesiones de entrenamiento. 

Si queremos salir de una vida sedentaria, aunque no se considere una actividad física moderada podemos empezar a incluir estos diez minutos de actividad física buscando excusas para realizar nuestra tareas de la vida cotidiana y, así, poco a poco ir subiendo la intensidad. Por ejemplo, podemos buscar 10 minutos para sacar al perro o dar un paseo rápido por las mañanas, ir andando al trabajo si está a más de diez minutos andando de distancia, ir a pie a hacer las compras... Las posibilidades son muchas y variadas. Y, aunque no cuente para la consecución de los objetivos, aprovechar para desplazarse a pie, subir las escaleras andando y moverse cada dos horas de periodos sedentarios contribuirá a nuestra salud más que quedarnos quietos o coger el autobús. 

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